Conmemora 35 años de la fundación de la colonia Citlalmina
Ixtapaluca, Edomex. Con miles de asistentes, el Movimiento Antorchista mostró su capacidad de convocatoria al abarrotar la sede del evento donde conmemoraron 35 años de la fundación de la colonia Citlalmina, donde recordaron la represión ocurrida en 1990, cuando el gobierno del Estado de México desalojó violentamente a 180 familias que contaban con contrato de compraventa de un terreno donde construirían sus viviendas, dejando un saldo de decenas de heridos y el asesinato de Gonzalo López Cid, cuya viuda estuvo presente en la conmemoración.
“Antes éramos un puñado de hombres y mujeres; hoy somos miles, pero necesitamos ser millones… porque México hoy más que nunca necesita de nosotros”.
En un evento masivo teñido de banderas rojas, Maricela Serrano Hernández, lideresa histórica del movimiento y expresidenta municipal de Ixtapaluca, pronunció un discurso político que marcó el tono del acto. Recordó que en 1990 “ganamos un derecho elemental, el derecho a la vivienda” y que, a partir de aquella lucha, comenzó “el crecimiento y consolidación del grupo Antorcha Popular”.
Enfatizó que la organización no sólo logró los lotes familiares sino que “hemos avanzado en la construcción de infraestructura deportiva, educativa… al grado que hoy nuestra organización coordina escuelas de nivel preescolar hasta una opción universitaria”.
Serrano subrayó que, aunque la organización ha llevado “servicios, beneficios e incluso hemos generado empleos”, el problema de fondo del país sigue intacto: “El problema fundamental es la mala distribución de la riqueza… mientras unos pocos nadan en la abundancia, otros no tienen nada”.

Señaló también que los gobiernos “nos mandan toneladas de información… donde se genera el individualismo y se esconde la grandiosa capacidad que puede tener el pueblo si se organiza”.
Más adelante, enfatizó la evolución del movimiento: “Antes éramos un puñado de hombres y mujeres; hoy somos miles, pero necesitamos ser millones… porque México hoy más que nunca necesita de nosotros”. Y remató con una declaración que elevó el sentido político del evento: “Nuestra lucha ya no es por una colonia, sino por todo el país”.
Por su parte, el dirigente del Estado de México, Abel Pérez Zamorano, explicó al público que México atraviesa por una crisis en todos los rubros, pero que la más preocupante es la amenaza de intervención yanqui ya que el propio presidente Donald Trump ha expresado su deseo de intervenir en el país, por lo que llamó a unirse, a no ser indiferentes ante tal situación que calificó como un peligro.

El evento reunió mayoritariamente a vecinos de la zona alta de Citlalmina, pero también a delegaciones de colonias populares, pueblos tradicionales y unidades habitacionales, así como a figuras políticas locales, líderes regionales y representantes de distintos municipios del Estado de México, además de la dirigencia estatal y regional del antorchismo.
El momento más emotivo fue el reconocimiento a los fundadores y activistas de 1990, además de a las familias que “a pesar de la represión tan aguda, no corrieron… se quedaron aquí”. Agradeció al biólogo Jesús Tolentino, quien “bajo una lluvia de piedras, estuvo dirigiendo el trabajo de defensa”. También agradeció al doctor Abel Pérez, quien “estuvo varios días haciendo guardia”.
Asimismo, extendió su agradecimiento a liderazgos históricos como Jerónimo Rorrava Grave y a la viuda de Gonzalo López, presente en el estrado.

El acto cerró con un mensaje de continuidad generacional:
“Antorcha no se rompe. Antorcha no se apaga. Los viejos seguimos luchando; los actuales están tomando la batuta y los que vienen se están preparando, ¡porque Antorcha algún día va a gobernar este país!”.
Los asistentes pudieron disfrutar de un evento cultural donde vieron la interpretación de los grupos artísticos locales, así como a los Grupos Nacionales del Movimiento Antorchista y el Ballet del Centro Universitario Tlacaélel que interpretó la Danza Tlacaélel.
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