MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los alimentos basura nos matan lentamente

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Reza el dicho popular que “somos lo que comemos” y es totalmente cierto, los hábitos y consumos alimenticios han cambiado con el tiempo, anteponiendo los intereses de unos pocos monopolios que son quienes planifican, diseñan, controlan el mercado de alimentos a nivel mundial.

Los alimentos basura que hoy son la única opción de millones de trabajadores están causando estragos irreversibles en la salud del pueblo.

A través de sus poderosos medios de comunicación obligan a las frágiles y manipulables mentes humanas a adoptar nuevos estilos y formas consumistas que van en paralelo con sus poderosos y ambiciosos intereses económicos, hasta llegar a sembrar la falsa y peligrosa idea de que consumir alimentos de ciertas marcas transnacionales da estatus social: productos tradicionales por alimentos procesados, consumir bebidas o jugos naturales por bebidas azucaradas, bebidas con alcohol de ciertas marcas, etcétera.

La población es bombardeada todo el tiempo para inducirla imperceptiblemente a consumir ciertos alimentos que poco a poco la van matando.

Por otra parte, la industria farmacéutica en cada esquina ha instalado una botica donde se venden productos milagrosos y medicamentos costosos que se recetan y que nunca curan, obligando a consumir grandes cantidades por periodos prolongados, en muchos casos sobrellevando una vida de mala calidad de la clase trabajadora, mientras la rama de esta poderosa industria obtiene cuantiosas utilidades anualmente.

¿Qué están haciendo las autoridades responsables de vigilar, aprobar y regular la calidad de los alimentos? Absolutamente nada, lo que han hecho es muy poco y las pocas acciones implementadas son ridículas y de nada sirven.

Hoy la gran cantidad de alimentos basura que se venden a bajo costo, única opción de alimento para los humildes, debido a los salarios de hambre que perciben, provoca estragos irreversibles, causando miles de muertes al año.

Las cinco principales causas de muerte en 2024 fueron enfermedades del corazón con 192 mil 563 defunciones, diabetes mellitus con 112 mil 641, tumores malignos con 95 mil 237, enfermedades del hígado con 40 mil 704 y accidentes con 39 mil 729; estos padecimientos concentran más de la mitad de las muertes del país.

El grupo de edad más afectado fue el de 65 años y más, que concentró 57.9 % de los fallecimientos. Estas son las consecuencias de un consumismo desmedido de productos que se dicen alimentos, pero que están compuestos por químicos dañinos y mortales.

En este aspecto, la inmensa mayoría de la humanidad es víctima de las empresas muy poderosas productoras de alimentos a nivel mundial; con su mercadotecnia, discurso de libre mercado, eslogan de vida saludable, “aliméntate sanamente” y “cuidemos el medio ambiente”, han inducido desenfrenadamente a que los humanos sean aparentemente sanos, felices y libres comiendo hoy lo que los matará mañana: golosinas, dulces, azúcares procesadas, harinas refinadas, grasas artificiales, productos ultraprocesados, etcétera.

Esas son las libertades que añoran las empresas capitalistas occidentales, que pueden llevar con toda libertad sus mercancías que envenenan el cuerpo y el espíritu, para obtener millonarias ganancias.

Desde que el sistema económico convirtió a los alimentos y productos de primera necesidad en mercancías, los alimentos en el mercado están disponibles al mejor postor y quien los produce no tiene como interés saciar el hambre de los consumidores, sino sacar ganancia en cada venta de esas mercancías. 

Actualmente el gran capital de grandes empresas alimenticias domina a los gobiernos, los corrompe y hace leyes a su modo, que les permite producir y comercializar en el mercado alimentos con fórmulas químicas que enferman y matan lentamente a los seres humanos, siempre cuidando que sus sabores sean agradables y adictivos.

Ahí están los alimentos procesados, las bebidas azucaradas, con altos contenidos de sodio, algunos otros que contienen elementos químicos que son veneno puro para el organismo.

Las pruebas irrefutables son los miles de enfermos que diariamente mueren, sumando más de 900 mil muertes al año. Las grandes empresas productoras de alimentos procesados, bebidas azucaradas y con alcohol están matando a las poblaciones de las grandes ciudades y, a cambio de eso, unos cuantos obtienen millonarias ganancias.

Por eso, urge que se modifiquen las leyes para la elaboración de alimentos sanos; esa es la gran tarea del gobierno palero y no sólo hacer leyes ridículas que dan lástima y pena, que al final no sirven para nada, como la de las cooperativas escolares, las etiquetas negras a los productos y elaborar productos “bienestar”. Eso es lo que hace que la 4T sea una pésima caricatura de un gobierno de izquierda fallido.

Hoy el pueblo trabajador está desamparado, desprotegido y es víctima inconsciente de un mercado mundial monopolizado principalmente por empresas occidentales abusivas que están matando a millones de seres humanos cada año con alimentos sabrosos pero muy peligrosos.

Por ahora, lo único que vemos es un sector empresarial enriquecido vendiendo alimentos basura y medicamentos milagrosos; por otra parte, un pueblo empobrecido, mal comido, explotado, enfermo y manipulado que se está muriendo en los hospitales públicos sin posibilidad de curarse y sin dinero para comprar sus medicamentos.

Los gobiernos, con leyes ridículas, quieren aparentar en el discurso que están cuidando y protegiendo los intereses del pueblo trabajador, pero en los hechos es otro vil engaño.

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