MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La cuarta transformación y el retroceso de México II/II

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Otros males que padece nuestro país desde hace décadas, pero que se han agravado en los siete años del gobierno de la Cuarta Transformación, son el sistema de salud y el sistema educativo.

En relación con el gasto que el gobierno destina al sistema de salud, es muy bajo y, por tanto, un factor determinante en la crisis del sistema de salud mexicano desde hace décadas; pero el gobierno morenista invierte menos cada vez al sector salud.

 

El limitado gasto en educación de México, en comparación con otros países, trae como consecuencia el bajo desempeño de nuestros estudiantes en la prueba PISA, en la que los resultados reflejan un panorama alarmante.

 

En 2025 el gasto en salud representa sólo el 2.5 %, que contrasta con el 2.9 % del 2024 con respecto al Producto Interno Bruto (PIB), una cifra muy alejada del 6 % recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El recorte fue del 12.2 % en términos reales comparado con el 2024, lo que significó una disminución presupuestaria de 122 mil 668 millones.

El gasto por persona para los mexicanos sin seguridad social en 2025 es de 4 mil 490 pesos, que representa una disminución de mil 313 pesos respecto a lo aprobado en 2024; este decremento implica que hay menos recursos disponibles por persona para cubrir necesidades médicas, lo que potencialmente impacta la equidad y capacidad operativa del sistema público de salud, que se traduce en la falta de personal médico, de infraestructura, medicamentos, vacunas, insumos y tratamientos. Esto evidencia que ni la salud se salva de la “austeridad republicana” de la Cuarta Transformación.

Los programas de prevención y promoción de la salud son los más afectados con estos recortes porque se vuelven menos prioritarios con respecto a la atención curativa de emergencias. Esta reducción también impacta el abasto de medicinas, las campañas de vacunación, la salud materno-infantil y el control de enfermedades crónicas, que ya están haciendo estragos en los mexicanos.

Tenemos como ejemplo de esta situación las marchas efectuadas los días 9 y 10 del presente mes, como protesta por la falta de medicamentos oncológicos, lo que ha sido una constante durante los siete años de la administración morenista; también es ejemplo de retroceso el regreso de enfermedades que ya habían sido erradicadas por la vía del sistema nacional de vacunación, como el caso del sarampión, que en los días que corren hay cerca de 4 mil casos detectados, de los que doce menores han perdido la vida.

En los hechos, la Cuarta Transformación se desentiende de la salud de los mexicanos, y apuesta a seguir engañando a los adultos mayores, a quienes ha prometido una atención médica en sus casas, pero el programa IMSS Bienestar que lo fondea proyecta un presupuesto menor. Así las cosas, en los tiempos de “Primero los pobres”, en enfermedad.

La situación no es mejor en el gasto para educación más ciencia, tecnología e innovación, que para 2025 es el más bajo de los últimos dieciocho años en relación con el PIB, y desde luego que no se cumplirán los propósitos planteados en el Plan México de Claudia Sheinbaum, que en el papel busca ampliar el acceso a la educación superior y fortalecer el desarrollo científico, pero con estas minucias presupuestales no se logrará. Una vez más intentan engañar prometiendo lo que de antemano saben que no podrán cumplir.

Esto se debe a que la presidenta Sheinbaum se vio obligada a realizar un ajuste fiscal a gran escala en el presupuesto para 2025, luego del endeudamiento sin precedente del 2024 al que el expresidente López Obrador llevó a México. Como quedó registrado más arriba, sectores como salud y otros fueron severamente afectados.

Debido a que, según la SHCP, el PIB de México crecerá 2.5 % en 2025, el peso del gasto en educación y ciencia respecto al tamaño de la economía pasará del 3.1 % del PIB en 2024 al 3.06 % en 2025, que es el peor nivel desde 2008 que hay registro. No hay comparación con lo que la Unesco recomienda a los gobiernos gastar en educación, que oscila entre el 4 y el 6 % del PIB; tampoco se compara con el promedio global de 4.6 %, ni con el de América Latina de 4.9 %.

Si consideramos que el gasto educativo es la principal herramienta para romper los ciclos de pobreza, promover la movilidad social y mejorar la productividad del país, el estancamiento de México desde sexenios anteriores en esta materia indica que estas metas no son prioridad.

El limitado gasto en educación de México, en comparación con otros países, trae como consecuencia el bajo desempeño de nuestros estudiantes en la prueba PISA, por ejemplo, en la que los resultados reflejan un panorama alarmante.

En matemáticas, México obtuvo 395 puntos, muy por debajo del promedio de 472 puntos de los países de la OCDE; en lectura, nuestro país alcanzó 415 puntos frente a los 476 que promedia la OCDE; en ciencias registramos 410 puntos, 75 menos que el promedio de la OCDE, que fue de 485 puntos.

El presupuesto educativo se ha mantenido estancado, pero también ha cambiado su composición y, por consiguiente, el impacto en sus resultados. 

Los programas de becas son prioritarios para el gobierno de la Cuarta Transformación porque representan una política electorera y clientelar, pero no constituyen una estrategia integral en la materia. Permiten ampliar el acceso a la educación, pero son totalmente insuficientes para lograr una educación de calidad, porque para ello es necesario destinar recursos para mejorar la infraestructura de los planteles educativos, la calidad docente, los planes de estudio o recursos pedagógicos, aspectos que no contempla el presupuesto.

Prueba de este manejo clientelar del programa de becas es que, a pesar del incremento para 2025, que representa el 13 % del gasto educativo, México registra en el nivel de licenciatura y maestría un 32 % de graduación, 14 % por debajo del promedio de América Latina, que es del 46 %.

Ante este desastre al que la Cuarta Transformación viene encaminando a nuestra patria, que saltó del sartén a la lumbre, la salida es la educación política de los mexicanos para que no sean atraídos por los cantos de sirena. Que conste.

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