Los más espectaculares anuncios que desde mañaneras, semaneras y cualquier foro se dan por parte de la presidenta de la república, gobernadores y alcaldes de todo el territorio nacional son difundidos permanentemente y es seguro que todo el pueblo los escucha por diversos mecanismos. El bombardeo es especialmente intenso en tiempos de informes de gobierno. “Primero los pobres”, “Vamos bien”, “Avanza la Cuarta Transformación”, “Seguimos respondiendo a la confianza del pueblo”, “Nunca se había reducido la pobreza como ahora”, “El neoliberalismo quedó atrás”, “Ahora la gente vive con dignidad”; entre otras afirmaciones más o menos parecidas caen en la cabeza de la gente desprevenida dándole la idea de tranquilidad, confianza, fe en que el destino del país al que llegaremos por la ruta actual es el mejor al que podemos aspirar.
La pobreza se cuela por muchos agujeros a la vida de los menos favorecidos y el resultado no se hará esperar: empobrecimiento generalizado, caída en los niveles de vida de las mayorías, como ya se anuncia por todos lados.
Cualquier gobierno, al disponer de abundantes recursos públicos, tiene la posibilidad de difundir las noticias que mejor le parecen y que le ayuden a sostener el poder en sus manos. El problema es para beneficio de quién se quiere mantener ahí ese gobierno ¿quiénes son los principales ganadores de las acciones que lleva a cabo? Junto con muchos luchadores sociales creo que las evidencias no dejan lugar a dudas: los grandes beneficiarios de las acciones del gobierno actual son los ricos de México, que como ha documentado la Oxfam en plena crisis nacional están llenándose los bolsillos de dinero; banqueros, propietarios de la industria farmacéutica, mineros, dueños de grandes tiendas departamentales, entre otros, son los que se siguen enriqueciendo a manos llenas.
Mientras, la mayoría del pueblo sigue sólo con pequeños ingresos de programas sociales, leves aumentos al salario y grandes subidas de precios de sus alimentos, luz y gas, sin atención segura y de buena calidad a sus problemas de salud, sin agua, sin vivienda y a veces sin drenaje, nadando entre el estiércol, como se ha visto en Chalco e Ixtapaluca, Estado de México, o aquí en Sinaloa en La Constancia, municipio de El Fuerte, que hace tres días vivió una situación de colapso generalizado de su drenaje documentada por el diario El Debate “…las alcantarillas han rebasado su capacidad y afloran de ellas las aguas negras que se han convertido en grandes charcos, situación que se ha agravado con las lluvias”. Culiacán: ¿te suena familiar la historia?
Pero esto no es todo. Aún hay zonas del país donde aún se puede estar peor que en otras. Es el caso de Sinaloa. La que hoy parece interminable crisis de violencia viene dando desde hace rato graves señales de transformarse en una difícil crisis económica. Para quien crea que exagero, dele un vistazo a las declaraciones de Cristina Ibarra Armenta, presidenta de la Federación Mexicana de Economistas Colegiados, cuyas declaraciones recoge el mismo diario, pero con fecha del 23 de agosto de 2025.
La especialista dice que el final del año 2024 ya era muy difícil para Sinaloa pues sufrió una caída de 3.4 % en su economía, especialmente en la agricultura, cuya caída fue de 18 %; los salarios locales eran los más bajos de todo el país para los empleados registrados ante el IMSS, la recuperación a niveles anteriores a la pandemia del covid-19 aún no se alcanzaba y encima de todo esto con la crisis de inseguridad actual se han cerrado negocios por la fuga de los capitales que los sostenían y anticipa una caída de 5 % en la actividad económica del estado para el año 2025 así como una caída de 20 años en el PIB per cápita de los sinaloenses.
Ello significa que se reducirán en promedio los ingresos de las familias a los niveles del año 2005. Pero ya se sabe que los promedios ocultan la terrible situación de las clases de menores ingresos que, es seguro, sufrirán una caída mayor que el promedio señalado en sus ingresos.
En medio de esta situación tan difícil llama la atención lo absurdo de la negativa de las autoridades de Culiacán, el epicentro de la crisis, y de algunas del Gobierno del Estado, para atender las peticiones de comerciantes que se quedaron sin el sustento que les daba su venta diaria; de desempleados que piden ayuda para comer, de estudiantes y sus familias que piden mejores condiciones para mejorar sus estudios o de tantos colonos que solicitan una indispensable obra, vivienda, mejoramiento de vivienda o introducción de servicios que hagan menos dura su vida en estos tiempos.
Desde el inicio de la actual administración municipal, grupos organizados en el Movimiento Antorchista hicieron llegar al presidente municipal de Culiacán una serie de peticiones de las cuales las más importantes y urgentes siguen sin resolverse.
Asimismo, las distintas oficinas del Gobierno del Estado recibieron una serie de peticiones de las cuales una parte muy importante tampoco se ha atendido. En ambos niveles de gobierno se viene “toreando” desde hace rato a los peticionarios con pretextos que por repetidos y fútiles ya perdieron validez. Las intervenciones del presidente municipal y gobernador del estado, respectivamente, son indispensables para atender a quienes ya agotaron todas las instancias inferiores.
No ignoramos que una gran cantidad de recursos se ha destinado a gastos de seguridad. Es notorio que en las calles de Sinaloa hay muchos elementos castrenses y de varias corporaciones, tantos como nunca se habían visto, haciendo labores de seguridad pública.
Pero dedicarse a atacar un solo problema, sesgar durante un periodo tan extenso el gasto público a una sola cosa, necesariamente deja sin atender muchos otros aspectos de la vida del pueblo. Se trata de tapar un hoyo destapando muchos más.
La pobreza, entonces, se cuela por muchos agujeros a la vida de los menos favorecidos y el resultado no se hará esperar: empobrecimiento generalizado, caída en los niveles de vida de las mayorías, como ya se anuncia por todos lados. Hasta ahora, Sinaloa no se ha caracterizado por presentar los niveles de pobreza más altos del país, se ubica media tabla para arriba, pero, así como vamos, no tardaremos en descender en la tabla nacional. ¿Es esto lo que se busca?
0 Comentarios:
Dejar un Comentario