En los últimos meses, cientos de familias de Kanasín han vivido una situación que se vuelve cotidiana, que es quedarse sin luz por horas o incluso por días. Los apagones, cada vez más frecuentes, no sólo interrumpen el suministro eléctrico, sino también dejan sin agua a colonias enteras, generan pérdidas económicas y provocan un creciente malestar social.
Como ejemplo, están los vecinos de colonias como Unión Antorchista, Cecilio Chi, Leona Vicario, Villas Amanecer, San Camilo, Francisco Villa y Vistana, que han denunciado que los cortes de energía son constantes, sobre todo después de lluvias o en las noches, cuando la demanda de electricidad aumenta.
Decenas de familias han reportado pérdida de alimentos, daños en electrodomésticos y falta de agua, ya que los sistemas de bombeo dependen de la energía eléctrica.
En algunos casos, las interrupciones se prolongan por más de 24 horas. “Ya no sabemos qué hacer. Se nos echa a perder la comida, no podemos dormir por el calor y los niños se desesperan”, contó una vecina de la colonia Leona Vicario, donde los habitantes cumplieron tres días sin electricidad ni agua a inicios de octubre, según reportó Sol Yucatán.
Durante julio y agosto, diversas zonas del municipio, entre ellas Villas de Oriente, Álamos y Amanecer, también sufrieron apagones prolongados. Algunos vecinos bloquearon calles como forma de protesta y exigieron atención inmediata a la Comisión Federal de Electricidad (CFE); aunque se solucionó el problema, este persistió.
Mientras, las autoridades municipales, el gobierno federal y la propia Comisión Federal de Electricidad hacen poco para resarcir esta situación que poco a poco se agrava, a pesar de que se señala que, en la península de Yucatán, se está renovando el servicio, las líneas y el cableado, así como que se sustituirán los transformadores; no obstante, esto no es así.
Como muestra, lo ocurrido el pasado 26 de septiembre, cuando hubo un apagón masivo en los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, que duró poco más de dos horas, paralizando buena parte de la actividad comercial y de servicios en varios puntos y afectando a cientos de hogares.
Las justificaciones que da la Comisión Federal de Electricidad ante tales hechos son trabajos de mantenimiento de líneas, limitándose a simples comunicados, mientras que las familias humildes, carentes del servicio, se quedan en la incertidumbre de si sus electrodomésticos aún funcionan, pues, de no funcionar, nadie se hará responsable de lo que pudiera pasarles.
Decenas de familias han reportado pérdida de alimentos, daños en electrodomésticos y falta de agua, ya que los sistemas de bombeo dependen de la energía eléctrica. Ante la falta de respuesta, los yucatecos ya han optado por manifestarse o incluso por secuestrar a trabajadores de la CFE, al grado de amarrarlos a un poste. Y esto es resultado del hartazgo de la gente que no pide lujos, sino vivir dignamente.
Los apagones en Kanasín no son hechos aislados: se repiten una y otra vez, afectando a miles de personas que sienten que no son escuchadas; mientras las autoridades y la Comisión prometen revisiones técnicas, el pueblo enfrenta noches oscuras y días sin poder realizar sus actividades normales.
Mientras tanto, desde aquí, exijo a las autoridades correspondientes, a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y a la CFE un servicio de calidad, que para ello estamos pagando impuestos y el recibo de luz, porque, de no hacerlo o atrasarnos, el servicio es cortado.
Pero no basta que sólo se manifieste el pueblo y sienta hartazgo por la indiferencia de las autoridades correspondientes; urge que éste se organice, eduque y tome las riendas de este país, que muy lastimado lo han dejado los diversos gobiernos.
De no hacerlo, seguiremos marginados, en el abandono gubernamental y siempre lamentándonos de no vivir dignamente, porque esto es realidad y posible y sólo lo hace el pueblo organizado y educado.
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