MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Riqueza nacional, mal distribuida

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México es uno de los países más desiguales de América Latina. Esta desigualdad tiene profundas raíces históricas y es cada vez más compleja, asume diversas expresiones y es multifactorial.

Se manifiesta en condiciones, niveles y esperanzas de vida fuertemente diferenciados entre personas y grupos de población, y determina trayectorias laborales y educativas que profundizan esas distancias.

Un reducido grupo de 399 mil mexicanos posee patrimonios que suman cerca de la mitad del valor de la economía nacional, mientras millones carecen incluso de lo básico para subsistir.

La desigualdad en México se explica por atributos personales, relacionales y estructurales que determinan las posibilidades de las personas de capturar y retener recursos e ingresos a lo largo de su vida. Luis Reygadas señala que, en general, los estudios sobre desigualdad —y se podría agregar, también las políticas sociales— han escogido algunas de esas tres opciones: los recursos y las capacidades de los individuos, las relaciones que establecen entre ellos o las estructuras sociales.

Las teorías individualistas han puesto el acento en la distribución de capacidades y recursos entre las personas, las teorías interaccionistas enfatizan las pautas de relaciones y los intercambios desiguales, y las teorías holísticas se han concentrado en las características asimétricas de las estructuras sociales. Apoyándose en Eric Wolf, Reygadas sostiene que la desigualdad es un fenómeno indisoluble de las relaciones de poder.

Un reducido grupo de 399 mil mexicanos (0.3 % de la población) posee patrimonios que superan un millón de dólares y que, combinados, suman 788 mil 571 millones de dólares, alrededor de la mitad del valor de la economía nacional, reveló un reporte del banco suizo UBS (La Jornada, 19 de junio de 2025).

México es la décima economía más desigual, de acuerdo con una comparación realizada por UBS, y está por heredar parte de esta brecha a las próximas generaciones, según el Informe sobre la riqueza mundial elaborado por el banco de inversión.

El organismo expone que, más allá de este grupo de 399 mil millonarios, la riqueza en México “ha aumentado considerablemente” durante el último cuarto de siglo, sobre todo por una mayor acumulación en las clases medias. En total, 43 % del patrimonio en el país se compone de activos financieros y el resto de patrimonio concreto, como viviendas y tierras.

Este patrimonio (activos financieros y bienes raíces) está por cambiar de manos en los próximos veinte a 25 años. México será el cuarto país con mayor transferencia de riqueza: 4.5 billones de dólares (más del doble de lo que actualmente produce la economía), y la mayor parte será heredada a nuevas generaciones, es decir, no será el fruto de una acumulación producto del trabajo.

En particular, el número de personas que tienen entre uno y cinco millones de dólares en activos invertibles se ha multiplicado por más de cuatro desde el año 2000, y a finales del año pasado rondaron 52 millones en todo el mundo.

La alta desigualdad se vincula a los cambios en las fuentes de ingresos. Desde los setenta, los ingresos dependen cada vez menos del trabajo formal y de la actividad empresarial regulada y registrada, y cada vez más de actividades informales, la migración y el ejercicio de prácticas ilegales y criminales. 

Esto es consecuencia del bajo crecimiento de la economía de las últimas décadas, la reducida tasa de creación de empleos formales y la precarización derivada de la flexibilización laboral, en una etapa de la historia demográfica del país marcada por una amplia oferta de trabajadores jóvenes.

En 2014, la riqueza total de México ascendió a 76.7 billones de pesos. El 37 % de ella estaba en manos de los hogares; el gobierno administraba el 23 %, las empresas privadas el 19 %, las empresas públicas el 9 %, el resto del mundo poseía el 7 % y las instituciones financieras el 5 %.

En promedio, cada hogar tendría, si hubiera una distribución equitativa, 900 mil pesos en activos físicos y financieros, monto que sería más que suficiente para que las personas tuvieran una vida holgada.

Al presentar el informe La distribución del ingreso y la riqueza en México y países seleccionados, Miguel del Castillo Negrete Rovira, jefe de la Unidad de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), sede subregional en México, indicó: “la riqueza está mal distribuida en México, el 1 % posee el 41.2 %”.

La pobreza seguirá campeando por nuestro país y debemos terminar con ella, pero para ello es necesario que todos los trabajadores de nuestro país se unan, y como un solo hombre derribar al gobierno y tomar el poder político en sus manos. Es la única vía para acabar con este flagelo.

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