Un negocio ílicito que avanza y que tiene camino libre en Hidalgo. Hoy en día cualquier persona puede ser una víctima más de este delito que no es nuevo en el mundo; antes, los esclavos eran brutalmente utilizados para producir algún bien para el patrón, más tarde, a finales del siglo XX la actividad fue avanzando hasta llegar a la venta de mujeres europeas (de aquí también que se le conozca como trata de blancas) para que desempeñaran una actividad sexual.
Digo que en Hidalgo tienen camino libre porque, al menos en las políticas públicas, no se ve como una prioridad. En 2013, el presupuesto estatal consideró 178 mil pesos que serían destinados a la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos de Trata de Personas; para 2017 el presupuesto fue de apenas 98 mil pesos. Esta decisión tuvo repercusiones graves que posicionaron a Hidalgo entre las cuatro entidades con mayor trata de personas, debido a un incremento del 76 por ciento, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
De acuerdo con el titular de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH), Alejandro Habib Nicolás, el problema lo debe atender "la procuraduría de justicia" y ellos solo se dedicarán a "prevenir" este delito, ¡pero solo con pláticas y cursos!, tan insuficiente como el presupuesto destinado para combatir el problema.
¿No es necesario que los diferentes niveles de gobierno se enfocarán en disminuir la desigualdad en Hidalgo? Expertos en el tema han indicado que muchos de los casos de trata de personas se deben a que las víctimas pertenecen a un extracto social abandonado, personas, hidalguenses que se encuentran en pobreza y, que, ante la urgencia y necesidad de salir adelante, de tener una vida más digna, son engañados por los practicantes de la trata.
¿Será la desigualdad terreno fértil para la trata de personas en Hidalgo? Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Pública de Desarrollo Social (Coneval), de los 2 millones 862 mil 970 personas que habitan en Hidalgo, 1 millón 311 mil 100 personas se encuentran en condición de pobreza, mientras que 181 mil 500 sobreviven en la extrema pobreza; 327 mil 900 hidalguenses no tienen acceso a una vivienda de calidad; además, 113 mil 200 personas habitan en viviendas con "pisos" de tierra, mientras que 193 mil 800 personas están en condición de hacinamiento. Y no es todo, el mismo organismo informa que de 2008 a 2018 incrementó el número de hidalguenses vulnerables por carencias sociales, al pasar del 30.5 por ciento en 2008 a 38.9 por ciento en 2019, lo que significa que 1 millón 162 mil 100 personas son vulnerables por carecer de oportunidades para acceder a los servicios básicos de agua potable, drenaje, vivienda digna, electricidad, seguridad, etc. Al menos de las políticas públicas para ayudar a los más pobres sí son terreno fértil para la delincuencia no solo de Hidalgo, sino de todo el país.
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