MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Solidaridad, cualidad inmanente del hombre

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Para nadie es desconocido ya que el hombre proviene de una manada de monos que logró sobrevivir gracias a su instinto gregario y al apoyo mutuo, rasgos que aún permanecen presentes. Por ejemplo, si un bebé llora, los bebés que están a su alrededor también lo hacen. 

En un artículo publicado por The New York Times, que habla sobre la empatía, se lee: “Estudios han demostrado que, desde unos meses después del nacimiento hasta el primer año de vida, los bebés reaccionan al dolor ajeno como si les ocurriera a ellos mismos. Al ver a otro niño lastimarse y empezar a llorar, ellos también lloran, especialmente si el otro niño llora durante más de uno o dos minutos”.

El gobierno de la 4T, que llegó al poder prometiendo que “Por el bien de todos, primero los pobres”, apenas tomó posesión de la silla presidencial, dejó al pueblo trabajador más olvidado que antes.

Algo similar ocurre con los adultos que, al acudir a un funeral y ver el sufrimiento de la familia, aunque apenas conozcan al difunto, se conduelen y les dan ganas de llorar.

Estas formas de reaccionar son restos históricos de esa solidaridad humana, mismas que permanecen a pesar de la abrumadora propaganda cargada de ideología que trata de exaltar el individualismo y la indiferencia y que no ha logrado eliminar del género humano la arraigada solidaridad que lo hizo enfrentar y vencer a la naturaleza en los primeros tiempos de la humanidad.

Por eso no debe extrañarnos que, ante un desastre natural como el que acaba de suceder en días recientes por las intensas lluvias (y que no será el último, lamentablemente) en la parte centro-oriental de nuestro país, que afectó las Huastecas de cinco estados de la república: Puebla, Veracruz, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí, el pueblo trabajador, ni tardo ni perezoso, haya acudido a solidarizarse con sus hermanos en desgracia llevando lo que tenía a la mano: agua embotellada, comida, ropa, cobijas, medicinas, etcétera, antes de que llegara el apoyo oficial, mismo que tardó casi tres días en llegar.

El gobierno de la 4T, que llegó al poder prometiendo que “Por el bien de todos, primero los pobres”, apenas tomó posesión de la silla presidencial, dejó al pueblo trabajador más olvidado que antes.

En el sexenio pasado, con el tan trillado argumento de “combatir la corrupción”, eliminaron de un plumazo el fideicomiso del Fondo de Desastres Naturales (Fonden); corrupción esencialmente cierta, como lo demostró la Auditoría Superior de la Federación.

Sin embargo, resulta que uno de los directores de este fideicomiso fue en su momento José María Tapia, destacado militante de Morena, y fue postulado como candidato por este partido al gobierno de Querétaro.

En recientes declaraciones, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, afirmó que hay 19 mil millones de pesos para atender la emergencia, por lo que, según ella, hay suficientes recursos para atender los desastres, aunque es una cifra menor a la que se asignó en los últimos tres sexenios (2019-2024: 25 mil millones; 2012-2018: 45 mil millones; 2006-2012: 50 mil millones de pesos).

Si es suficiente la cantidad —como se ha declarado—, no se explica el interés del actual gobierno de acaparar la ayuda que está llevando el pueblo trabajador, en un acto solidario, a los damnificados.

Tal medida absurda y autoritaria fue dictada desde la Presidencia de la república: “que ningún particular o sociedad civil pueda llevar apoyos a las comunidades afectadas, que no los pueden entregar de manera personal, sino que se tienen que entregar al Ejército o a la Marina, para que sean ellos, a nombre del gobierno federal, los que los canalicen”.

¿Quién autorizó al gobierno federal para eliminar la solidaridad humana e impedir que un mexicano ayude a otro de manera directa? En ninguna de las leyes que nos rigen está prohibido entregar las ayudas de manera directa.

Lo único que se puede pensar ante esta actitud irracional es que pretenden, por un lado, aislarnos de nuestros hermanos de clase, matar en cada uno ese instinto solidario que ya en épocas remotas nos hizo triunfar ante nuestros enemigos y, por otro, capitalizar política y electoralmente los apoyos en esta tragedia.

Es tiempo de abrir los ojos y la mente para defendernos e inconformarnos ante estas agresiones tan perversas. ¡Sólo unidos y organizados podemos cambiar las cosas! Que no sea demasiado tarde cuando logremos quitarnos la venda de los ojos.

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