Médicos exigen soluciones ante crisis que pone en riesgo vidas
Toluca, Edomex. Médicos, enfermeras y personal administrativo del Hospital Materno Perinatal “Mónica Pretelini Sáenz” realizaron un paro activo para exigir soluciones inmediatas a la crisis que enfrenta el nosocomio, que se encuentra al borde del colapso.
El hospital atiende a mujeres embarazadas, partos, recién nacidos y pacientes con urgencias obstétricas o neonatales que requieren cuidados especializados. El nosocomio atiende a pacientes mexiquenses y a mujeres y niños de otras entidades del país, pero actualmente enfrenta diversas carencias: hay déficit de anestesiólogos, neonatólogos, ginecólogos y personal de enfermería, pues “desde que los recursos dejaron de llegar, muchos optaron por jubilarse o renunciar ante las precarias condiciones laborales”, aseguró el representante sindical de los médicos, el doctor Juan Manuel Garduño Flores.
El hospital, agregó, “hace algunos años contaba con todo lo necesario para brindar atención de calidad; hoy atraviesa su peor momento porque la transición al modelo IMSS-Bienestar ha significado el declive.
No hay mantenimiento; los equipos están deteriorados, las salas quirúrgicas permanecen cerradas porque no están en condiciones de uso, lo que pone en riesgo la salud de los pacientes y del personal. Es triste el abandono en que está el hospital; hemos tocado puertas en todos los niveles del IMSS-Bienestar y del ISEM, pero no obtenemos ninguna respuesta favorable”, denunció.
Ante la falta de soluciones, agregó, “entregamos un oficio a la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, no para pedirle recursos directos, sino para que impulse la gestión y solución del problema. Sin embargo, hasta el momento tampoco hemos recibido respuesta.
Estamos indefensos ante las consecuencias legales que esto puede acarrear para nuestros compañeros médicos. En ocasiones, hemos tenido que operar en camillas de traslado por no contar con mesas quirúrgicas adecuadas. Eso expone a los médicos a ser acusados de negligencia, pero lo peor es que la vida del paciente está en juego. De manera heroica, nuestros compañeros asumen un riesgo enorme”, denunció.
A este panorama, dijo, se suma la falta de pago de prestaciones, como el Bono de Salud, que debía cubrirse en la segunda quincena de junio, según una minuta firmada. A pesar de ello, las autoridades de salud dicen que “no hay recursos”.
“No es justo que por una mala administración y un deficiente proyecto de transición estemos en esta situación. Necesitamos financiamiento para trabajar de manera adecuada”, enfatizó Garduño.
En entrevista, los médicos recordaron que el hospital abrió en 2009, único de tercer nivel en el Estado de México para la atención materna y perinatal, el cual fue equipado con tecnología de punta. “Fue creado para disminuir la mortalidad materna y neonatal, y por años recibió pacientes de los estados como Oaxaca, Guerrero, Hidalgo y Michoacán”.
Sin embargo, el abandono de las autoridades ha obligado a reducir su capacidad de atención. Ahora, “parece que el gobierno de Morena quiere borrar lo que hizo bien Peña Nieto: aquí se alivió mi mamá de mi hermanito que ahora tiene”.
Un ginecólogo del área de quirófanos explicó que llevan más de dos años solicitando la contratación de anestesiólogos, pero eso no ha sucedido. Actualmente sólo cuentan con uno, cuando deberían ser tres para cubrir los tres quirófanos.
“De una plantilla de quince ginecólogos en el turno matutino, hoy sólo quedan cuatro, por lo que han dejado de brindarse las consultas especializadas —clínica de mama, uroginecología, medicina materno-fetal, biología de la reproducción y colposcopia—, que eran prioritarias para la prevención de muertes maternas.
Este hospital se creó para proteger a mujeres vulnerables y a sus bebés, pero ahora las ignoran las del gobierno encabezado por mujeres”, expresó.
Antes de esta crisis, el hospital realizaba alrededor de 19 mil procedimientos quirúrgicos al año, 44 mil consultas externas y atendía unas 60 mil urgencias. Actualmente realiza cirugías solamente al 30 % de su capacidad, lo que provoca retrasos en intervenciones críticas y obliga a enviar pacientes a otros hospitales.
Por su parte, las pacientes denuncian que ahora deben comprar insumos médicos para sus bebés prematuros internados en el hospital, por lo que madres de neonatos exigieron a las autoridades garantizar los recursos para que los médicos puedan trabajar dignamente y ofrecer la atención de calidad que tanto necesitan.
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