MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

ENTREVISTA | Educación, ciencia y tecnología, armas de liberación: Abel Pérez

image
  • El líder antorchista reflexiona sobre las deficiencias estructurales del sistema educativo y plantea una alternativa basada en inversión pública, evaluación rigurosa e impulso a la investigación científica

Originario de Témoris, Chihuahua, doctor en Economía por la London School of Economics, profesor investigador de la Universidad Autónoma Chapingo desde 1990, Abel Pérez Zamorano es integrante del Comité Ejecutivo Nacional del Movimiento Antorchista y dirigente de los antorchistas del Estado de México.

La falta de recursos para ciencia, investigación y educación es un factor de dependencia respecto al imperialismo.

En su visita al municipio de Nicolás Romero para apadrinar a la generación que egresó este ciclo escolar de la Escuela Preparatoria Crescencio Sánchez Damián, Pérez Zamorano realizó una caracterización del modelo educativo que el actual gobierno federal instrumenta, los valores promovidos por las instituciones y las alternativas que ofrece a los egresados.

¿A qué intereses obedece el modelo educativo propuesto por el gobierno actual en México?

El modelo educativo responde necesariamente a la clase que está en el poder. En cada momento histórico de la humanidad, la clase dominante impone su sistema educativo, como suele decirse, su sistema de valores; enseña una moral, un patrón de conducta a los futuros ciudadanos, a los niños de hoy, a los jóvenes, para moldearlos de acuerdo con sus intereses.

La clase dominante en nuestro país, a través de sus diferentes gobiernos, incluido el actual, obviamente, intenta crear un hombre, modelarlo, moldearlo de acuerdo con lo que el sistema necesita: un hombre egoísta, que vea solo por sí mismo, por sus intereses, y que sea insensible, indiferente a las necesidades de los demás.

El egoísmo, en el fondo, es uno de los verdaderos valores que se enseñan en la sociedad actual.

En segundo lugar, necesitan un consumista de bienes; gente que considera que el consumo de mercancías o la acumulación de dinero es el ideal de felicidad. Y eso nos lleva a una escuela, a una educación que crea simples consumidores, desesperados consumidores.

Tercero: crea hombres sumisos, hombres obedientes al sistema, resignados, que no se atrevan a cuestionar el orden social actual.

Esos son los valores, el tipo de educación que el sistema le inculca a las juventudes, que son los ciudadanos del futuro.

¿Este modelo educativo está encaminado a disminuir la brecha que separa a los ricos de los pobres?

No, este modelo educativo no está destinado a reducir la brecha de ingresos entre ricos y pobres. Todos vemos —nos consta—, los noticiarios, las revistas, los periódicos nos dicen que progresivamente la riqueza se polariza en el país, que unos cuantos van acumulando todo lo que se produce y la enorme masa de la población va quedando desposeída.

La educación tendría que ser uno —no el único, pero sí uno— de los mecanismos más distributivos. ¿Cuál es el problema? Que se educa a jóvenes a los que el día de mañana no se les da empleo o se les dan empleos pésimamente pagados.

De manera que tenemos profesionistas de diferentes áreas del conocimiento que trabajan en actividades que no tienen nada que ver con lo que estudiaron y ganan un salario miserable, o de plano están desempleados.

Las universidades, las escuelas están produciendo camadas y camadas de desempleados, de modo que la educación que se está impartiendo no está teniendo impacto en la distribución de la riqueza, y la mejor evidencia de eso es que cada día los pobres son más, y los ricos son menos y más ricos.

Necesitamos una educación distinta, una educación solidaria, una verdadera educación, porque el sistema enseña ficción. Tenemos muchos profesionistas que en realidad no han logrado generar el conocimiento que se supone debieran tener.

Entonces, así no se puede. Con simulación no se puede. A la gente hay que transmitirle una educación real, profunda y sólida.

¿Cuál es la alternativa que propone el Movimiento Antorchista para resolver el rezago educativo que vive el país?

México está en una situación de postración en materia educativa. La OCDE realiza regularmente evaluaciones a 37 países —son 38 los de la OCDE—. Estas evaluaciones se realizan en ciencias, en matemáticas y en lectura. En las evaluaciones de la OCDE, México aparece sostenidamente en el antepenúltimo lugar, solo dos naciones están más abajo que nosotros.

Estamos en el sótano de la educación mundial, esa es la verdad. En lectura, un problema enorme es que muchos egresados de distintas escuelas, de distintos niveles, no han llegado a tener el dominio que se supone debieran tener en lectura. Las evaluaciones nos tienen ubicados en un lamentablemente ínfimo lugar.

Ahora bien, no basta con decir qué está pasando, no basta con quejarnos, no basta con compartir la información; tenemos que darle solución a esto. ¿Qué propone el Movimiento Antorchista?

Primero: que el Estado mexicano verdaderamente financie la educación en serio. ¿Y por qué digo en serio? De acuerdo con la Unesco, organismo de la ONU abocado a la temática educativa, países con niveles de desarrollo como el nuestro debieran destinar a la educación el 6 % del Producto Interno Bruto. ¿Y qué es lo que estamos viendo en México? Estamos escasamente arriba del 3 %; es decir, no se están asignando los recursos que se debieran al ramo educativo.

Y eso nos lleva a tener escuelas sin biblioteca, sin laboratorios, sin infraestructura básica, sin sanitarios, sin agua, sin electricidad, sin butacas; es decir, un gran problema de rezago en la dotación de infraestructura para las escuelas. Y así no se puede estudiar. También hay problemas de capacitación del magisterio, en fin.

Segundo: ¿qué otra cosa necesitamos? Que verdaderamente sí se evalúe, sí se exija a los estudiantes. A nosotros no nos parece la política de simplemente “hacer” que se enseña y que todo mundo esté aprobando independientemente de lo que haya aprendido.

Debe haber un verdadero, un real aprendizaje en las escuelas, porque si no, caemos en la simulación. Este es el otro elemento que nosotros consideramos fundamental.

Tercero: se le debe asignar recursos a la investigación científica. México está asignando 0.3 % del Producto Interno Bruto a la investigación y en estos últimos años ha caído lo asignado. Estamos por debajo del 0.3; es decir, ni siquiera 30 centavos de cada 100 pesos de la riqueza creada se están destinando a la investigación científica, y eso nos vuelve dependientes tecnológicamente. Y un país dependiente tecnológicamente es un país dependiente económica y políticamente.

La falta de recursos a la ciencia, a la investigación y a la educación es un factor de dependencia respecto al imperialismo. Mientras no ataquemos el problema educativo, seguiremos siempre siendo un país colonizado, como lo somos actualmente.

La educación, la ciencia y la tecnología son armas de liberación, y Antorcha propone que el país invierta en eso, para que resistamos al imperialismo que avasalla al mundo entero.

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más

FOTO DEL DÍA