MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La reconciliación de la 4T es con la burguesía

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Después de los abucheos y reclamos esgrimidos en contra de varios gobernadores, principalmente de oposición, durante eventos de presentación de los programas sociales del gobierno federal, el presidente de México ha declarado que no dejará las arengas políticas en las plazas públicas del país; que para él es muy importante tener comunicación permanente con la gente y, por lo tanto, propuso a los gobernadores que no quieren acompañarlo a dichos eventos, so pena de resultar vejados por la vindicta pública, visitarlos en privado en sus respectivo Palacios de Gobierno, lejos de la masa popular y de los medios de comunicación. Sin embargo, los criticados han presentado evidencias de que las expresiones de inconformidad son azuzadas por grupos ad hoc que cumplen la función de alabarderos con sus correligionarios, en especial con Andrés Manuel López Obrador, y la función de inquisidores con sus enemigos políticos.

El titular del ejecutivo se apresuró a decir que él no tenía las manos metidas en el asunto; sin embargo, las pruebas presentadas por la oposición, que incluye un documento en donde se precisa el modus operandi de los instigadores, generó encono entre los gobernadores electos democráticamente, quienes se posicionaron en bloque, afirmando que todo forma parte de un plan premeditado. La discusión está sobre la mesa. Pero contrario a lo que se pensaría, el azuzador más insidioso no está entre la masa popular; no necesita mezclarse entre los humildes y hambrientos que buscan mejorar la situación de miseria en la que viven y que los hace caer constantemente en las redes de viles políticos que con palabras endulzan los oídos, aunque su situación continúa empeorando con las medidas económicas y políticas que no atacan las causas sino los efectos del problema. El verdadero y poderoso incitador es el propio jefe de Estado, que utiliza cada evento masivo y grandes medios de comunicación para denostar y atacar a quienes no comparten su forma de pensar y de actuar.

Pero eso no es todo. Una y otra vez en las conferencias mañaneras López Obrador ha hecho el llamado a la reconciliación nacional; sin embargo, ha buscado la reconciliación con los intereses de la burguesía, no con los intereses de las clases trabajadoras. A éstas las ha golpeado, desarticulado y aun enfrentado cuando se atreven a cuestionar los recortes presupuestales a programas sociales, obras y servicios para la gente, como la pavimentación de calles, drenaje, electrificación, centros de salud, vivienda digna, etc. Recientemente miles de personas resultaron afectadas por el cierre de estancias infantiles que eran un verdadero apoyo para familias con extenuantes jornadas de trabajo; además de la suspensión de comedores comunitarios que por un precio de entre cinco y diez pesos daban comida nutritiva y digna a personas de escasos recursos económicos. Se han documentados casos de personas vulnerables que la única opción que tenían para alimentarse eran estos comedores (Véase El Universal 19/03/2019 "Le quitan comedor comunitario y con 85 años queda en el desamparo").

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Por otra parte, unos días después de decretar el "fin de la época neoliberal", el presidente se ufanó de haberse reunido en una casa particular con Jared Kushner, asesor y yerno del presidente de EE.UU. Donald Trump; reunión que, según dijo, fue posible gracias a "un amigo en común", refiriéndose a Bernardo Gómez, vicepresidente ejecutivo de Televisa, empresa otrora miembro de la "mafia del poder". Los temas tratados fueron principalmente dos: el primero, fue un posible acuerdo de cooperación por 10,000 millones de dólares para financiar el desarrollo en Centroamérica y el sur de México, con la finalidad de evitar la migración; el segundo, la entrada en vigor del acuerdo comercial entre México, EE.UU. y Canadá, mejor conocido como T-MEC. El presidente de México no ocultó su beneplácito y apremio al asegurar que "si tuviese que viajar a EE.UU. para ratificar el acuerdo comercial, estaría dispuesto a salir del país para ello". Ambos acuerdos profundizan el modelo neoliberal.

¿Cuánto tiempo se sostendrá esta contradicción entre los dichos y los hechos? Quizá no por mucho tiempo. Cada vez hay más elementos en la realidad que demuestran que los problemas económicos, políticos y sociales del país se están agravando en lugar de corregirse. Mientras tanto, para atenuar esta evidente contradicción ante la opinión pública, López Obrador busca controlar importantes medios de comunicación para generar en las clases trabajadoras la percepción de elevada aceptación ciudadana hacia su gobierno, aunque no tenga una base real. El mandatario solicita más panegiristas que lo ensalcen que consejeros que lo iluminen, un error que podría terminar en dolorosa derrota y amarga experiencia para la cuarta transformación y, como siempre, los que sufrirán en carne propia las consecuencias serán los pobres de México.

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