En días recientes, las autoridades educativas del Instituto Tecnológico de Tecomatlán, en conjunto con la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” y el Movimiento Antorchista, organizaron un torneo de baloncesto con el objetivo de fomentar la práctica del deporte, la integración y convivencia entre los jóvenes estudiantes, principalmente los de nuevo ingreso.
El trabajo colectivo es lo que ha permitido que el pueblo organizado de Tecomatlán se haya desarrollado de manera asombrosa en las últimas décadas.
Como era de esperarse. Hubo un mensaje dirigido a ellos, en el que se les invitaba a sumarse a la vida colectiva que hay en Tecomatlán, porque, al final de cuentas, eso también promueve el deporte, el trabajo en equipo. Y eso, el trabajo colectivo, es lo que ha permitido que este pueblo organizado se haya desarrollado de manera asombrosa en las últimas décadas.
También se dijo que el deporte es parte de la formación integral que impulsan las escuelas antorchistas, es decir, lejos de limitarse a atender a los estudiantes —del nivel educativo que sean—, en el horario establecido oficialmente en el aspecto académico, también se les forma en el arte y la cultura a través de los clubes, formando así hombres inteligentes, sanos, fuertes y sensibles: hombres integrales.
Sin embargo, lo que más llamó mi atención fue el proyecto de los jóvenes de la FNERRR, quienes, junto con la Comisión Deportiva de Antorcha, buscarán que este tipo de actividades deportivas se realicen de forma permanente y periódica en todas las comunidades: juntas auxiliares, inspectorías, rancherías y colonias. Eso es masificar el deporte.
Cabe aclarar que esta tarea no es nueva. Antorcha lleva décadas formando al pueblo de México en las diferentes disciplinas deportivas, ejemplo de ello es la Espartaqueada Deportiva, una justa nacional que reúne a miles de atletas de todo el país quienes asisten hasta Tecomatlán para medirse con los mejores en busca de los primeros lugares tan sólo por el orgullo de competir, porque aquí no hay premios económicos ni se le paga ni un solo peso a ninguno de los participantes, por el contrario, en la mayoría de los casos, los propios deportistas tienen que realizar actividades económicas para sufragar sus gastos de traslado. En Tecomatlán, el pueblo organizado les brinda desinteresadamente apoyo con el hospedaje y la alimentación.
Esto pone de manifiesto la falta de apoyo por parte de las autoridades gubernamentales, ahora en manos de Morena, hacia el deporte. No hay que buscarle mucho, muchas de las comunidades no existen instalaciones adecuadas para que la gente practique el deporte de su preferencia y si las llega a haber, están en malas condiciones; lo mismo sucede en las instituciones educativas. No se les apoya con equipo, con entrenadores, con asesores capacitados y, esto, a su vez, provoca el desdén de la población hacia esta importante herramienta para la formación del hombre.
Por tanto, me parece que la empresa a la que ahora se suman estos jóvenes de la FNERRR del Instituto Tecnológico de Tecomatlán, es muy justa y debe hacerse. En este municipio, también llamado “La Atenas de la Mixteca”, se destaca porque aquí, tanto el Movimiento Antorchista, como las administraciones municipales, han trabajado colectivamente con la población atendiendo todos los aspectos para que la gente tenga una vida de calidad, incluyendo el deporte.
Las escuelas, además de las instalaciones deportivas propias, cuentan con la Unidad Deportiva “Lenin Campos Córdova”, donde pueden practicar basquetbol, futbol soccer, futbol rápido, voleibol, además de una pista de atletismo, un campo de béisbol y una alberca semiolímpica.
¿Qué no debería replicarse eso en todo el país? ¿Por qué en Tecomatlán si se puede en los demás lugares no?, muy sencilla la respuesta. El pueblo tecomateco está organizado en las filas de Antorcha, y porque ese mismo pueblo está educado políticamente y está consciente de que el deporte es una parte fundamental de la vida diaria.
Por ejemplo, en los últimos días se realizó un torneo de baloncesto y otro de futbol rápido con equipos de las diferentes comunidades, a los que se sumaron equipos de otros municipios, es decir, existe una muy buena respuesta por parte de los deportistas a las actividades que impulsa el Movimiento Antorchista de manera sistemática y permanente.
¿Cuál es el fin de estas actividades? Que la gente asimile que practicar el deporte no es un lujo ni un privilegio, sino un derecho de todos, el cual nos permite crecer como personas al desarrollarse habilidades que nos permitan, por ejemplo, trabajar en equipo, hallar soluciones rápidas a problemas complejos, templa el carácter ante la derrota, pero, sobre todo, es una herramienta indispensable para formar a los hombres y mujeres que deberán construir una patria más justa y equitativa para todos.
Los gobiernos morenistas se han vuelto un lastre para el desarrollo del deporte mexicano, la falta de apoyo institucional, tanto para atletas profesionales como para estudiantes y, sobre todo, la clase trabajadora en general, atenta con el desarrollo del pueblo mexicano. De ahí la urgencia de entender el deporte como un derecho que debemos defender para recreación del hombre, y evitar que este siga supeditado a la insana explotación laboral que no le permite aspirar a más allá de las instalaciones fabriles.
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