MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Voz en Punto y Tecomatlán, el arte para concientizar al pueblo

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En Tecomatlán, Puebla (La Atenas de la mixteca), el sábado 27 de septiembre se presentó Voz en Punto, espectáculo de calidad internacional consistente en un ensamble de voces, en el majestuoso teatro Aquiles Córdova Morán, hecho que tiene singular y trascendental relevancia para los pobres de México, para el pueblo. Me explico:

Tecomatlán es un pequeño poblado de la región mixteca poblana, cabecera del municipio del mismo nombre, que por décadas, o siglos quizá, fue no sólo el más atrasado del estado, sino incluso de los más pobres de todo el país, tanto por lo agreste y avara de su naturaleza, que sólo permitía, de manera general, una agricultura de temporal y para el autoconsumo, con poca o nula tecnología; así como por el férreo cacicazgo, violento y retrógrada a más no poder, característico del México rural y enemigo de todo desarrollo y superación material y espiritual de la población, a la cual expoliaba muy a su sabor, acaparando no sólo las mejores tierras, sino toda la riqueza. Esto se hacía mediante la venta de semilla e insumos a precio de oro y acaparando el producto, casi regalado, por sí o por interpósitas personas, denominadas coyotes, que servían fielmente a los intereses caciquiles del poder económico de la región.

Tecomatlán es ejemplo de que se pueden alcanzar mayores niveles de prosperidad para todos, en el empleo, en la educación, en la salud, en los servicios públicos, en la cultura, en el deporte, en la ciencia.

Y como en todas las latitudes, el poder económico se traducía en poder político y en relaciones con otros dominadores a mayor escala mediante el compadrazgo, el amiguismo y la francachela, hasta llegar al emparentamiento entre los más pudientes de la región, del estado y del país.

El grueso de la población vivía en el atraso absoluto y la concomitante miseria e injusticia más acusada, aparejadas a él; de las cuales ya, prácticamente, las nuevas generaciones de tecomatecos y avecindados sólo escuchan por referencias o noticias, pero que no pueden constatar con su propia experiencia porque no les tocó padecerlas, pues ahora las condiciones materiales y espirituales de la sociedad tecomateca, gracias al Movimiento Antorchista, han evolucionado muchísimo para bien, adelantándose muchos años, quizá una década, no sólo en comparación consigo misma, sino también sobre parámetros de bienestar y desarrollo que ya quisieran muchas ciudades del mundo.

La benéfica influencia que ha ejercido Tecomatlán en toda la región es más que evidente; también ha servido, y no sólo de acicate, sino sobre todo de apoyo y ejemplo, a los demás pueblos de la región para hacer las cosas cada vez mejor, porque han sentido también la necesidad de elevarse, junto con el desarrollo notable que tuvo por epicentro a este pequeño municipio territorialmente, pero gigantesco, sobre todo desde el punto de vista del ejemplo material y objetivo de lo que puede ser capaz un pueblo organizado y educado; desarrollado en todos los órdenes, capaz de ser muestra viviente, para quien tenga ojos para ver, de que una sociedad mejor es posible y deseable.

Tecomatlán es ejemplo de que se pueden alcanzar mayores niveles de prosperidad para todos, en el empleo, en la educación, en la salud, en los servicios públicos, en la cultura, en el deporte, en la ciencia, etcétera; pero, sobre todo, de que una sociedad mejor organizada puede hacer que los frutos del esfuerzo y trabajo colectivo sirvan a toda la sociedad, de que la riqueza puede y debe ser repartida más equitativamente y de que los miembros de la sociedad pueden vivir mejor y más armónicamente entre ellos y el medio ambiente, si se ponen en práctica modelos nuevos y mejores de organización para toda la sociedad.

Sin olvidar que éste es sólo un modelo a escala, y que las relaciones sociales de producción imperantes en una sociedad determinada sólo pueden modificarse con el poder del aparato estatal en su conjunto —total, como lo es una nación—, es posible ver, sin embargo, en el modelo, lo que ocurriría con toda seguridad, por ejemplo, con México, si lo gobernara Antorcha.

El desarrollo alcanzado por Tecomatlán, en todos los órdenes, y del cual es fiel testimonio el impresionante y recientemente inaugurado, así como puesto a disposición del pueblo pobre de Tecomatlán y de México, teatro Aquiles Córdova Morán, en el cual se presentó con rotundo éxito el ensamble Voz en Punto, es la prueba palpable de que lo que México necesita es una sociedad mejor, más justa y equitativa, la cual sólo será posible mediante la organización, educación y politización del pueblo pobre de México.

Esta es la gran lección de la presentación artística en mención, en la mejor infraestructura material, pero, sobre todo, en el contexto de un pueblo que sigue luchando por superarse, siendo fiel a sus principios e ideales, junto a su organización, que lo han enrumbado por la senda del desarrollo verdadero y radical de los pueblos.

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