MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Sólo en legítima defensa

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No cabe duda que varias familias de oaxaqueños humildes, están sufriendo una tragedia, inimaginable, para quien no la ha vivido. La mayoría de ellos, son personas que, por una u otra razón, seguramente la mayoría por necesidad, (no todos) buscaron el cobijo y el apoyo de lo que en Oaxaca conocemos como "Frente Popular Revolucionario 14 de junio". Estos colonos, recién emigrados de las diferentes regiones a la ciudad de Oaxaca y municipios conurbados, carentes de vivienda, con bajísimos ingresos, sin conocer prácticamente nada de política ni de los grupos que actúan en la entidad, se afiliaron al FPR 14 de junio y dicho grupo los llevó a establecerse en algunas zonas marginadas y/o a invadir lugares para dotarlos de un lugar donde vivir.

El objetivo en sí, es correcto; el método empleado, es discutible.

Dichas familias, en lo esencial, son víctimas de su propia necesidad y del cálculo económico y político de quienes los llevaron a esa situación.

Por otra parte y como es sabido, los habitantes de la agencia Vicente Guerrero, en un acto de legítima defensa y, quizás, sin un raciocinio justo de los culpables, el día lunes 3 de julio, arremetieron contra militantes del FPR y los expulsaron de los lugares en que se habían establecido. A partir de esta fecha, los habitantes de 28 colonias de esa zona, (más de 20 mil) realizan guardias de autodefensa para impedir que militantes del FPR o individuos contratados por este grupo, agredan, lesionen, o causen una tragedia mayor a los habitantes de estas colonias.

Los afiliados, militantes, o mercenarios de este grupo eran (y están) plenamente identificados. Durante más de dos años abusaron, flagrantemente, de miles de pacíficos colonos que tuvieron la desgracia de vivir en esa zona de Santa María Zaachila; la afiliación forzosa de los taxistas y moto taxistas, los secuestros intimidatorios, el cobro de piso, los robos de todo tipo y a cualquier hora del día; las agresiones físicas e incluso, se ha hablado de violaciones a menores de edad; el pandillerismo en todas sus expresiones; la actitud burlona, prepotente y abusiva de muchos "cholos", mercenarios que cobijó el FPR, fue el clima cotidiano durante varios años, en los que a "ciencia y paciencia" del Gobierno del Estado, este grupo abusó, hasta el cansancio, de toda esa humilde población sin que nadie se atreviera a hacer absolutamente nada.

Ninguna de las autoridades municipales, del Gobierno del Estado o de las instancias procuradoras de justicia, pueden "fingir demencia" o decir que desconocían lo que ahí ocurría. En el presente caso, lo mínimo que puede decirse, es que hubo pasividad, connivencia o claro contubernio con quienes así actuaban; solo eso, pero nunca desconocimiento.

Luego entonces, al saber lo que ahí ocurría, nadie puede pensar, salvo un ignorante o un tonto, que no era previsible que se presentara lo que hoy se está suscitando. En otras palabras, la rebelión contra tantos abusos era imposible que tuviera otro desenlace. A lo anterior hubo: denuncias públicas, quejas, averiguaciones previas, insistencia para que se hiciera algo por todos los cientos de afectados. Quien o quienes debieron de haber actuado no quisieron hacerlo, por las razones que usted guste, y aquí tienen sus resultados.

Hay que agregar, que la situación descrita no solo ocurrió u ocurre en esa zona de Zaachila y que, proporciones aparte, ocurre prácticamente lo mismo en otras partes de la ciudad y con esa y otras organizaciones. ¿Qué espera el gobernador, el Gobierno del Estado o las instancias judiciales para actuar? ¿Quiere que se repitan los daños tan dramáticos que están sufriendo miles de familias?

Todas las organizaciones sociales, políticas, o de otro tipo, pueden diseñar su táctica y estrategia como gusten, pero las consecuencias políticas de sus acciones son, muchas veces, negativas para los afiliados a las organizaciones que cobijan.

Vaya nuestro apoyo y solidaridad a los miles de colonos de la Agencia Vicente Guerrero y colonias aledañas, pues, aun cuando se hayan cometido errores o injusticias, están en pleno derecho de defenderse de todos los abusos que se cometieron y se pueden cometer en su contra. La precaria situación económica de la inmensa mayoría de todos ellos, no da, no permite, que un grupo que se dice popular, y que amparándose en la falta de acción del gobierno, les cobre derecho de piso, empobreciéndolas aún más y dejándolos prácticamente sin comer u orillándolos, cada vez más, a los umbrales de la miseria y del pauperismo.

La solución al problema existe: reubicación y vivienda para los humildes colonos que no tengan donde vivir, justicia para todos los afectados, y aplicación de la ley para quien la viole o abuse de su fuerza política.

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