Este martes 23 de septiembre, un contingente de más de 2 mil estudiantes de la FNERRR, acompañados de padres de familia y maestros, apoyados por integrantes del Movimiento Antorchista, marcharon durante la conferencia mañanera en la plancha del zócalo de la Ciudad de México, frente a Palacio Nacional, después de que un contingente del supuestamente desaparecido cuerpo represivo de granaderos los encapsulara y agrediera, pero que, al final, lograron evadir, después de recibir agresiones, golpes y empujones, para realizar su protesta.
En vez de recibir la atención que se merecen, un grupo de granaderos cerró el paso a los estudiantes y, a empujones y golpes con los escudos, intentó impedirles el libre tránsito y conculcar su derecho de manifestación.
En la manifestación, los estudiantes denunciaron, de cara a la nación, que el gobierno de Oaxaca, en concreto el gobernador de ese estado, Salomón Jara, se ha negado a intervenir para detener la serie de agresiones que han sufrido los estudiantes de ese estado organizados en la FNERRR, a los cuales les fueron arrebatados, contra todo derecho, albergues estudiantiles que poseían y ocupaban, sin que hasta la fecha les hayan sido restituidos, lo que constituye una flagrante violación al Estado de Derecho en el que, teóricamente, cuando menos, vivimos los mexicanos todavía hasta el día de hoy.
Los estudiantes agremiados a la FNERRR arribaron al zócalo capitalino con la intención de hacerse escuchar por la máxima representante del gobierno federal. Sin embargo, como queda dicho, en vez de recibir la atención que se merecen, un grupo de granaderos les cerró el paso y, a empujones y golpes con los escudos, intentó impedirles el libre tránsito y conculcar su derecho de manifestación.
Es necesario aclarar que la inconformidad estudiantil y popular se hizo presente en la capital del país después de que, en Oaxaca, han solicitado reiteradamente la intervención del gobernador de ese estado, el cual ha sido omiso en el desempeño de su función, porque desde enero pasado, cuando les fue arrebatado uno de los albergues, la justicia sigue “durmiendo el sueño de los justos”, mientras nuevas agresiones se acumulan en contra de los hijos del pueblo que, sólo, quieren superarse para poder contar con mejores niveles de vida, a los que tienen derecho como todo mexicano.
Los manifestantes dieron a conocer que han realizado numerosos actos de protesta en esa entidad para dar a conocer las injusticias y las violaciones a sus derechos humanos, como son cadenas humanas, mítines y denuncias públicas, además de presentar los recursos legales necesarios, pero el gobierno de Oaxaca no se da por aludido, dejando que las cosas sucedan sin intervenir, cubriéndolas así con un manto de total impunidad.
Así las cosas, a pesar de los reiterados llamados al gobierno por parte de los jóvenes estudiantes, refirieron por ejemplo que, en fechas más o menos recientes, el 5 de agosto pasado, se registró la última agresión, en la que un grupo de 20 personas armadas allanó el albergue estudiantil Villas de Monte Albán, ubicado en plena capital del estado.
El grupo agredió a los moradores que ahí se encontraban y saqueó una tienda de abarrotes propiedad del Movimiento Antorchista. A pesar de que se trató del tercer acto registrado en contra de los estudiantes y se exhibieron hasta pruebas videográficas, ninguna autoridad competente encargada de velar por la seguridad de los oaxaqueños ha intervenido para nada.
Los estudiantes oaxaqueños y sus familiares, un gran número de los cuales viajó hasta la Ciudad de México para reclamar en ese evento, alzó la voz, junto con sus compañeros de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez”, repudió la actitud mostrada ante su movilización, que tenía por objeto solicitar la urgente intervención de la presidenta de la república, Claudia Sheinbaum Pardo, para que intervenga y sea restablecido el orden y el Estado de derecho en Oaxaca.
Otro reclamo fue por la mala atención recibida por parte de los cuerpos represivos del gobierno y la falta de atención pronta y expedita acorde con la naturaleza del problema, por lo que los estudiantes tronaron contra la falta de sensibilidad y de empatía de los gobiernos de la 4T con las causas de los estudiantes y de los pobres, en general, que padecen múltiples carencias y problemas, ante lo que reiteraron su decisión de seguir luchando hasta que se les haga caso, se resuelva la situación tan delicada que viven en el estado de Oaxaca y se respeten los derechos del estudiantado mexicano, en general.
El movimiento estudiantil, dijeron, necesitan despertar de su letargo para volver a creer y encabezar un cambio radical de la sociedad, que la transforme, en los hechos, en una más justa y equitativa, en la que, en vez de que la riqueza producida en el país se concentre en un número tan pequeño de manos que no llega ni al 1 % del total de la población, se reparta entre todos, de tal manera que todos los habitantes, el 100 % de la población, puedan, cuando menos, satisfacer sus necesidades básicas elementales.
Por eso, los mexicanos todos debemos apoyar, sin reservas, a nuestros jóvenes, a nuestras nuevas generaciones de estudiosos comprometidos con el desarrollo del país y de la sociedad, que, el día de mañana, dominando la técnica que permite dominar la naturaleza, sabrán encauzar a las grandes masas empobrecidas a una vida mejor y más justa para todos.
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