MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Se redujo la pobreza en el gobierno de la 4T?

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Todos sabemos que, independientemente de las cifras, los mexicanos podemos medir nuestra situación económica palpando nuestro bolsillo: si contamos con los recursos económicos suficientes para sufragar todas nuestras necesidades y las de la familia. Así que, independientemente de las cifras oficiales, cada uno sabe si está mejor ahora que antes.

Según los últimos datos de pobreza del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) —la nueva autoridad encargada de su medición (antes el Coneval)—, “más de 13 millones de personas salieron de la pobreza en el sexenio pasado”. Y, de acuerdo con Acción Ciudadana Frente a la Pobreza (ACFP), el resultado “se debe en buena medida a la reducción en la dimensión económica (una de las dos de la pobreza multidimensional), la cual considera los ingresos.

La verdadera razón de que la 4T esté en el poder responde a una necesidad de las clases pudientes; expresa una necesidad política de los neoliberales y de la izquierda oportunista.

Este avance (y los retos pendientes) tiene un vínculo directo con el mercado laboral”. A su vez, la mejora en los ingresos observada entre 2018 y 2024 está ligada al aumento de los recursos económicos obtenidos por el trabajo.

“El trabajo aporta 75 de cada 100 pesos del ingreso monetario de los hogares en 2024 y, sumado a las pensiones, que son producto del trabajo del pasado y aportan otros 9 pesos, representan 84 de cada 100 pesos”, destacó la organización civil (El Economista, 15 de agosto de 2025).

En contraste con estas cifras “alegres” y con la mejora en ingresos, las mismas instituciones nos dicen que “la dimensión social de la pobreza multidimensional empeoró: pasó de 26 % a 32 % de la población”. Este renglón engloba a las personas con carencias sociales: los datos de Inegi muestran que la carencia por acceso a servicios de salud se duplicó entre 2018 y 2024: “Había 20 millones en 2018 y seis años después hay 44.5 millones con carencia por acceso a servicios de salud. Era el 16 % de la población, ahora es el 34 %. Y podría empeorar afectando a 57 millones de personas y subir a 44 % de la población, aún peor que en 2022”, advirtió ACFP.

Además, nos informa que “esto está ligado a la informalidad laboral. Entre el cierre de 2018 y el de 2024, el trabajo informal sólo se redujo dos puntos porcentuales y se mantuvo con un nivel superior al 54 % de la población ocupada”. Y agrega: “Los datos de la medición de la pobreza 2024 muestran la urgencia de corregir a fondo las políticas gubernamentales. En la dimensión económica, el resultado positivo proviene de la acción de todos los actores; en contraste, los programas de transferencias y las carencias que dependen principal y directamente de la acción gubernamental tienen un desempeño muy limitado o de plano negativo”.

Asimismo, el doctor Julio Boltvinik, académico especialista en pobreza, investigador en El Colegio de México (Colmex), asegura que la pobreza es mayor que la oficialmente reportada: “En 2024, la pobreza con el MMPC [Método de Medición de la Pobreza del Coneval] ‘cuchareado’ obtiene una pobreza nacional de 29.6 % de la población, mientras la del MMIP [Método de Medición Integrada de Pobreza] es 74 %; la primera cifra es sólo 40 por ciento de la segunda; la subestimación oficial es de 60 %.

Una de las dos razones por las cuales el MMPC subestima la pobreza es porque llama pobres sólo a los hogares/personas (H/P)… [que presentan] carencia de ingresos y el de las carencias sociales; es decir, sólo considera pobres a los H/P que padecen ambos tipos de carencias; a quienes padecen sólo uno les llama vulnerables”.

En resumen: según el Inegi, en 2018 el 41.9 % de mexicanos estaban en pobreza (54.5 millones); para 2024 (cuando termina el sexenio de López Obrador), solamente el 29.6 %, es decir, 38.5 millones: así tenemos que 16 millones de mexicanos abandonaron su condición de pobreza. Y, de acuerdo con las mediciones del Doctor Boltvinik, en 2018 el 79.2 % éramos pobres y, para 2024, sólo se redujo 6.6 %, es decir, de 103 millones (números redondos) pasamos a 96 millones de mexicanos en dicha condición (74 %).

Según Boltvinik, el método oficial de medición es muy malo e intencionalmente subestima enormemente la pobreza. Ahora estamos en la situación en la que un método que, de por sí, minimizaba la PM (Pobreza Medida) se continúa aplicando, además, a una base de datos de ingreso medio (2016-2024) inflados, produciendo una doble causa de subestimación de la Pobreza Medida.

Además, señala que, a estas dos carencias, debemos sumar una más: la carencia de tiempo libre; así, viven en pobreza las personas que carecen de ingresos suficientes, que no tienen cubiertas las necesidades básicas y las que carecen de tiempo libre para la convivencia familiar, la cultura y el descanso.

Algunos seguramente nos preguntamos: ¿por qué ese afán de esconder las verdaderas cifras de pobreza? Antes ya he señalado que, ante la crisis del neoliberalismo y sus partidos tradicionales, la clase gobernante se vio obligada a inventar un partido aparentemente distinto, vestido de izquierda: el obradorismo. 

Así, la verdadera razón de que la 4T esté en el poder responde a una necesidad de las clases pudientes; expresa una necesidad política de los neoliberales y de la izquierda oportunista. Conocemos las consecuencias de su gobierno: en todo ha beneficiado a los poderosos y, en mucho, ha perjudicado a la mayoría de los mexicanos; pero el neoliberalismo seudoizquierdista necesita mantenerse en el poder, aun a costa de la vida misma de los mexicanos, y nos engaña con discursos y cifras disfrazadas de verdad, o con verdades a medias.

Y, derivado, seguramente, del desgaste político que acusa el partido en el poder, ante sus nulos resultados para los sectores más necesitados y el incumplimiento de prácticamente todos sus compromisos, Morena quiere tener algo de qué presumir; por eso el cambio de método para medir la pobreza, por otro que muestre resultados “exitosos”. Pero, si acercamos un poco la lupa al resto de los datos, veremos que estos no se sostienen, que otras cifras los contradicen.

Lo cierto es que, como señala Julio Boltvinik: “La realidad choca de frente con los datos de la 4T: los mexicanos no tienen salud, no viven mejor y no pueden pagar una educación digna para sus hijos, pese a que los números digan otra cosa, en los que se diga que hay menos pobres.

La prioridad de la 4T es fabricar discursos para las próximas campañas electorales, que no se sustentan en la realidad para mantenerse en el poder a costa del sufrimiento de los mexicanos”.

Reconozcamos esta negra realidad que clama a gritos por un verdadero cambio, no por uno cosmético; no nos dejemos engañar; mantengamos la convicción de que un verdadero cambio para el pueblo sólo podrá ser obra del propio pueblo, organizado y consciente. De nadie más.

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