En este 2018, los antorchistas de Campeche logramos con nuestra lucha 25 millones 157 mil pesos en apoyos de vivienda para los más pobres de este estado. Se trata de 738 acciones de vivienda que se le otorgaron a igual número de familias campechanas. Los apoyos van desde un piso firme hasta una recámara adicional completa y los recursos son de origen federal, estatal y municipal. Los antorchistas debemos ver esto como una meta alcanzada, es un paso firme en el camino de la organización de los pobres, y los mexicanos debemos verlo con claridad.
Cuando los antorchistas logramos un programa de vivienda, no es regalo de los políticos, ni dádiva del gobierno, sino un logro de la lucha organizada del pueblo trabajador, resultado de que se va convirtiendo en fuerza verdadera. Su número se convierte en fuerza solamente cuando se une y organiza; y eso cada vez es más una realidad, gracias al crecimiento de Antorcha.
Tales programas son un acto de justicia social y es muy poco comparado con lo que se ha ganado con su trabajo el pueblo mexicano y totalmente insuficiente comparado con su pobreza. Esos recursos son sólo una pequeña parte de lo que el mismo pueblo produce. Toda esta riqueza creada por cada trabajador, sumada, se llama renta nacional. Pero la parte de la renta nacional que le toca al dueño de la fábrica, solamente por ser el "dueño", es mucho más grande, mientras que al obrero que la produjo TODA, solo le toca una miserable parte que no le alcanza ni para comer bien.
De ese salario, todavía, cede una parte al gobierno en forma de impuestos. Ya en manos del gobierno, esos se gastan más en los ricos, mientras que a los pobres les tocan solamente migajas en forma de despensas y programas sociales. Lo que le "dan" al pueblo no es ni de cerca lo que nuestra Constitución obliga al Gobierno para garantizar a todos los mexicanos: educación (Art. 3º), salud, alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, acceso a la cultura y al arte, vivienda digna (Art. 4º), trabajo digno (Art. 123º), etc. Así, cada peso que los más humildes logren arrancarle con su lucha a las instituciones es lograr que se les restituya un poco de lo mucho que ya pagaron por adelantado y que la Constitución dice que el gobierno les debiera garantizar sin necesidad de que lo pidan. Los mexicanos que exigen programas no son pedigüeños, Todo lo producen ellos, pero aunque trabajan mucho ganan poco.
La Renta Nacional está, pues, mal repartida. Distribuirla de manera más justa sería la verdadera solución de tanta pobreza: que todos tengan trabajo, y que se aumenta la parte que le toca al obrero, es decir que se le aumente el salario. "No le des pescado, enséñalo a pescar", dicen, pero ¡no le van a enseñar a pescar al pescador!, solamente deben quitarle un poco menos del producto de su trabajo.
Hablemos ahora de la redistribución de la renta nacional: la forma en que el gobierno cobra impuestos y la forma en que los gasta. Hoy pagan más impuestos los pobres y los ricos muy poco (algunos nunca pagan, con la complicidad del gobierno) y, ya dijimos, se gasta mucho más en obras y programas para los ricos que en obras, servicios y programas para el pueblo. Antorcha propone: 1) impuestos progresivos, es decir, que paguen más impuestos los que más ganan, el gobierno debe quitarle impuestos al trabajador; 2) gasto social orientado a los más pobres, de lo que le quita debe devolverle recursos en forma de obras como hospitales, escuelas, etc., servicios como agua potable, drenaje, recolección de basura, etc., y en programas sociales como el de vivienda. Por ello Antorcha afirma que el Gobierno tiene, en la política fiscal y en el gasto público, dos poderosos instrumentos para combatir a la pobreza.
Aquí se puede ver dibujado el proyecto de nación de Antorcha. Los antorchistas afirmamos que lo que se debe hacer para ayudar realmente a combatir la pobreza, si no se quiere solamente estar arrojando aire caliente a los micrófonos, es aplicar estas cuatro medidas urgentes y perfectamente realizables: 1) Empleo para todos, 2) aumento salarial suficiente para que las familias vivan bien, 3) política fiscal progresiva, que paguen más los que más ganan, y 4) gasto social orientado a las clases trabajadoras, que poco a poco las personas a quienes se les entrega la administración de los recursos de la nación intenten realmente cumplir con las obligaciones que les impone nuestra Constitución.
Por ello, el Movimiento Antorchista se ha planteado como meta poner en las manos del pueblo el poder público, ser gobierno junto con el pueblo trabajador, para reorientar la redistribución de la renta nacional de manera más efectiva en favor de los pobres. Pero mientras eso sucede, en nuestra lucha contra la pobreza, los programas de apoyo a la vivienda y otros programas sociales son un frente más en la lucha por un mejor destino para el pueblo trabajador mexicano. Quienes critican al pueblo cuando exige programas, mienten o se equivocan. Nosotros los trabajadores seguiremos adelante en nuestra lucha frontal y sin cuartel contra la pobreza.
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