Usted trata de poner en orden a sus correligionarios de Morena, quienes se dan lujos que solamente se deberían dar los capitalistas que acumulan muchos millones de pesos o de dólares; usted se desgañita exigiéndoles que hagan caso de que “no debe haber políticos ricos con pueblo pobre”, que tanto repitió don Andrés Manuel.
¡Claro que hay dinero! Pero los dueños de los medios de producción de este país no pagan impuestos o aportan solamente cantidades insignificantes.
Pero no le hacen caso. Senadores, diputados, funcionarios de alto nivel de su gobierno y líderes de su partido político andan por el mundo derrochando (“su” dinero) en comilonas, fiestas, compras de relojes, bolsos, calzado, todo en lugares que son solo del jet set y, por tanto, cada pago es una pequeña fortuna.
Creo que la solución está en corregir la máxima: “no debe haber gobierno rico con pueblo pobre”.
Tomando como base el hecho de que México está en el lugar número 12 de los 20 países más ricos del mundo; que los diputados y senadores reciben sueldos altísimos —que de ninguna manera desquitan con trabajo arduo—; y que los funcionarios de primero, segundo y hasta tercer nivel del gobierno federal perciben sueldos estratosféricos, ¡y todos quieren más!
Tomando en cuenta, además, que los dueños de los medios de producción de este país no pagan impuestos o aportan solamente cantidades insignificantes, que no significan para ellos más que “quitarle un pelo a un gato”.
Y tomando en cuenta que los que se soban el lomo, los que sudan la gota gorda día con día —millones incluso no pueden dejar de trabajar sábados ni domingos— obreros, campesinos pobres, empleados en restaurantes, en hoteles, en tiendas de autoservicio, jornaleros de todos los oficios, policías (por eso roban), etcétera, etcétera, todos ellos productores de la riqueza, viven al límite de sus fuerzas y millones apenas sobreviven…
Tomando en cuenta todo eso, le propongo que cambiemos la máxima “no debe haber gobierno rico con pueblo pobre” por otra: “Si el gobierno es rico, el pueblo también debe ser rico”, o, traducido al lenguaje popular: “Todos hijos, o todos entenados”.
Esto se logrará incrementando los salarios de trabajadores al 150 %; disminuyendo los excesivos —y ofensivos— sueldos de los políticos y funcionarios al 50 %; y cobrando a los dueños de los medios de producción impuestos reales, proporcionales a sus enormes ganancias. Nada más.
¿Quién se atrevería a sostener que no hay dinero? ¿Andy López Beltrán (morenista, propuesto como el delfín) que está vacacionando en Japón con sus amigos? ¿Ricardo Monreal (coordinador de los diputados de Morena) que está paseando en Madrid, España? ¿Enrique Vázquez (diputado de Morena), que baila en antros en Ibiza, España? ¿Mario Delgado (morenista, secretario de Educación), quien está paseando en Lisboa, Portugal? ¿Fernández Noroña (morenista, presidente del Senado), que a cada rato sale a Estados Unidos, a Europa o a donde se le da la gana?
¿O los juniors que viajan por todo el mundo con el dinero de papi, mismo que no paga impuestos? ¿O usted misma que, tal como lo hizo su famoso antecesor, está entregando parte sustancial del presupuesto nacional en apoyos directos, pero absolutamente insuficientes, a una cuarta parte de la población, en medio de críticas de que ese dinero es para comprar el voto de la gente?
¡Claro que hay dinero!
Esa es la solución que le propongo. Es absolutamente realista; bajarían los índices de pobreza y los mexicanos hasta podrían salir a pasear a uno que otro lugar del territorio nacional que solo conocen por la televisión. Los políticos podrían salir a vacacionar fuera del país y nadie los criticaría. ¡Sería el inicio de la paz y el progreso en el país! ¿Puede o no puede?
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