MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los aranceles y la debilidad de la economía mexicana

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  • Sobre el equivocado intento del imperialismo para reindustrializar Estados Unidos y pagar su deuda

Estados Unidos está utilizando los aranceles como una cortina de humo para ocultar los verdaderos motivos de esta estrategia: acalambrar a México y al mundo.

Donald Trump impuso aranceles a 180 países, aplicando a China un arancel del 145 %. Su objetivo es salvar al imperialismo yanqui de la bancarrota, pero su intento fracasará porque no ataca las causas estructurales, sino sus efectos: el déficit de la balanza comercial y la deuda.

Por ahora, esta política genera desconfianza y temor entre los inversionistas por las consecuencias de esta medida desesperada. Nuestras autoridades federales sufrieron las consecuencias de este terremoto que cimbró al Palacio de gobierno.

La imposición o amenaza del 25 % de aranceles al acero en México provocó confusión, desconfianza e incertidumbre entre los grandes empresarios, pues el gobierno de Estados Unidos recurrió sin reparos a la imposición, sin respetar ningún acuerdo comercial.

La actitud zalamera de las autoridades mexicanas no sirvió para nada: la relación comercial y el Tratado de Libre Comercio quedaron en el suelo.

A puros gritos y sombrerazos sembraron la desconfianza, perjudicando principalmente a nuestro país. ¿Cuál es el fondo de esta actitud del presidente Trump? Estados Unidos está en quiebra, de ahí la austeridad gubernamental.

Su presupuesto se reducirá a la mitad: de 54 400 millones a 28 400 millones en 2026. Además, muchos programas planteados en varios países del mundo se cancelarán.

El imperialismo cree que con los aranceles podrá solucionar el caos y las contradicciones que vive su país, ahora en crisis por el desorden económico y la enorme deuda de billones de dólares. La medida no resolverá el problema y, como siempre, será el pueblo quien pague los platos rotos.

Los grandes inversionistas y capitalistas a nivel mundial sacaron rápido su dinero de Estados Unidos, incluso antes de que Trump lo anunciara. Pareciera que están de acuerdo para provocar la crisis y, al final, ganarán en otro país que les dé más ganancias, sin importarles su propio país ni su pueblo, menos aún Trump.

Todo cambia, y el país que vivió una gran bonanza ahora está en crisis. Si el gigante vecino está así, México sufrirá aún más. No olvidemos que más del 80 % de lo que producimos tiene como destino Estados Unidos y que le compramos más del 40 %. 

Muchos productos en México son chinos y su precio se dispara a más del 100 %, como señaló el Dr. Abel Pérez Zamorano: un artículo importado que costaba 100 dólares ahora cuesta 245 dólares. Entre el 70 y el 80 % de los productos que vende Walmart provienen de China (La Jornada, 12 de abril). 

El arancel terminará siendo un impuesto a los consumidores, afectando especialmente a pequeñas y medianas empresas que realizan la tercera parte de las importaciones; muchas quebrarán y el capital se concentrará aún más.

Lo que Trump quiere ocultar es que su país atraviesa tal vez la crisis más grande de su historia y está en peligro. En esencia, está en juego la lucha por el dominio mundial entre capitalistas.

Este conflicto no sólo es una crisis de hegemonía, sino la crisis final del sistema, que ha saturado mercados y capitales al tope. Ni la fuerza ni los arreglos comerciales lograrán detener esta dinámica.

No revela tampoco el agotamiento del modelo comercial vigente del orden institucional global surgido de la posguerra ni la necesidad de un orden más progresista.

En su esencia más profunda, exhibe el agotamiento del capitalismo, cuya razón de ser es la acumulación, y pone de manifiesto la necesidad de sustituirlo por una sociedad donde el ser humano y sus necesidades importen más que la ganancia y las acciones bursátiles.

A los políticos mexicanos y al pueblo en general les convendría abordar con mente abierta las ideas de la multipolaridad y apoyar a quienes pugnan por un mundo sin sometimiento a una sola potencia con poderes económicos y militares para imponer sus intereses a la mayoría. Necesitamos un país con crecimiento económico, ideológico y militar, justamente lo contrario de lo que tenemos. 

Nuestra economía no crece, estamos divididos, somos de los países más inseguros del mundo, hay poca obra pública en estados y municipios, escasa inversión, el campo colapsa por falta de apoyos y asesoría, y por malas políticas tomadas desde hace tiempo.

Ante esta dificultad, como dijo Martha Harnecker, sólo el pueblo organizado y educado podrá hacer un verdadero cambio que revolucione las cosas. Por eso te invitamos a ti y a tu familia a organizarse para luchar por un mejor México con más y mejores oportunidades para todos.

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