Hoy en México hay más de 70 millones de pobres, y la cifra sigue aumentando; miles de negocios están cerrando, millones de personas están desempleadas. "Por el bien de todos, primero los pobres&rdquo, ha sido su principal lema, el sello personal de Andrés Manuel López Obrador; y no nos engañó, así ha sido; primero los pobres se mueren de covid-19, si hay desabasto de medicina, primero son afectados los pobres, seguro médico, en guarderías, en comedores comunitarios, los primeros en quedarse sin empleo primero los pobres, y si tenemos que inundar Tabasco, primero inundamos a los pobres. Le quedo grande el trabajo de Presidente.
Cuando inició el sexenio había 52 millones de pobres según el Coneval, el organismo que mide la pobreza en nuestro país, mismo que alertó que como consecuencia de la pandemia, 70 millones de mexicanos no iban a tener dinero ni para comer. Eso de por si es gravísimo. Lo que no sabíamos era que también iba a matar más, a los más pobres.
La semana pasada llegamos a la cifra oficial de 100 mil personas muertas por coronavirus, todos sabemos que la realidad son muchas más, que no revelan las estadísticas; mientras menos dinero se tiene, el riesgo de morir por coronavirus, es más alto, sobre todo si se vive en zonas rurales o en Comunidades Indígenas, donde lo usual es que no haya servicio de salud y resulta que si hay servicios, el riesgo de morir en un hospital público, es cuatro veces mayor que en un hospital privado.
Dicen las actas de defunción que las muertes de covid-19 en su mayoría son albañiles, obreros, vigilantes, vendedores ambulantes, choferes de transporte público, amas de casa. Es decir, personas con ingresos bajos, para quienes son imposibles pagar un hospital particular y menos si se quedaron sin trabajo durante el confinamiento. Casi todos los países del mundo otorgaron apoyos económicos directos a su población, metieron dinero a las empresas, para evitar quiebras, para evitar despidos.
México apenas invirtió el 1 por ciento de su Producto Interno Bruto para el alivio de la pandemia, ni los países africanos que están en condiciones económicas mucho más difíciles que México, le metieron tan poquito dinero, aquí algunos ejemp para darnos una idea más clara; Togo, destinó el 12% de su producto interno bruto, Zimbabue el 10%, Mauritania un poco más del 5%. O sea en México no hubo dinero del gobierno apoyando a la gente.
En México, si querían les prestaban y tenían que devolverlo. López obrador prometió microcrédito de 25 mil pesos, para las empresas más chicas, un millón de microcréditos y resulta que hay más de 4 millones de micro, pequeñas y medianas empresas, pero además de los créditos prometidos, no se entregaron todos, miles de negocios tuvieron que cerrar; el resultado 20 millones de mexicanos tienen menos ingresos y según el INEGI, entre junio-septiembre de este año, el número de desempleados llevó a más de 3 millones y medio, hay 5 millones de mexicanos que ni siquiera califican como desempleados, porque no están buscando empleo, están desesperanzados.
Para finales de este año se estima que la economía mexicana caerá el 9%, si lo comparamos con otros países: Brasil, caerá el 5%, Chile 6%, Colombia 8.2%; bueno hay uno que esta peor Venezuela, con un desplome de 25 por ciento. ¿Nos vamos a comparar con Venezuela, para sentirnos mejor? Y sí, la pandemia lo puso peor pero ya veníamos muy mal, de entrada López Obrador empezó a aniquilar todos los apoyos que había, para los más pobres; el programa central de apoyo a la pobreza que cada sexenio iba cambiando de nombre, solidaridad, progresa, oportunidades, prospera; y ahora no cambio de nombre, desapareció; el programa de empleo temporal desapareció también; el seguro popular que servía para que más de 20 millones de mexicanos accedieran a las instituciones de salud y a tratamientos para enfermedades como diabetes, cáncer, etc., cancelado también; esos 20 millones de mexicanos, por cierto los más pobres, se quedaron sin servicio de salud y además se quedaron sin medicinas por que el recién creado Insabi (Instituto para la Salud y Bienestar) no podía atender a tanta gente, todavía no puede atender. ¿Y cuál es la justificación, señor Presidente?
Todos estamos de acuerdo en que hay que acabar con la corrupción, pero hay que hacerlo con inteligencia. No tienes que dejar a la gente sin medicina, sin hospitales. Con decirle que el año pasado, Liconsa dejó fuera del reparto de leche subsidiada, leche más barata a casi medio millón de pobres, y además subió el precio de leche 150% y elimino de su lista prioritaria de abasto a 67 de los municipios con mayor marginación del país. ¿Primero los pobres? Si, son ellos en la lista de recortes. ¿Cómo vamos con los nuevos programas sociales? Hasta ahorita no se sabe bien a bien, López obrador dice que llegan al 90 por ciento de la población, pero estudios del sector privado dicen que solo al 18% de la población. ¿Y por qué no se sabe? Por qué el gobierno no dice a quién entrega los programas sociales, los censos de beneficiarios son opacos, no hay metodología clara, porque lo hicieron los llamados "Siervos de la Nación&rdquo, que según son servidores de la nación pero que son simples simpatizantes confesos de Morena. Porque lo importante no es ayudar a la gente, sino que la gente sepa quiénes están entregando ese apoyo si es que les llega. Los pobres no son la prioridad de este Gobierno.
¿Qué pasó en Tabasco? la tierra natal del Presidente, llovió fuerte se llenó la presa peñitas y para evitar que se rompiera, había que decidir a donde se mandaba la inundación. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señaló que los resultados que se obtuvieron del conteo de población, el municipio de Nacajuca cuenta con una población total de 115,067 habitantes. "…tuvimos que optar entre inconvenientes: no inundar Villahermosa y que el agua saliera por el Samaria se perjudicó a la gente de Nacajuca, son los Chontales, los más pobres, pero teníamos que tomar una decisión”. Sí, es inundar a los más pobres, pero el presidente se indignó, cuando lo criticaron por no visitar a los damnificados. "…porque tengo otras cosas que hacer, no necesito estarme viendo de manera presencial con la gente, nomás para tomarme la foto, me mojo y me enfermo, y ¿qué se gana con eso?” son las palabras exactas del Presidente Andrés Manuel López Obrador. ¿Primero los pobres?
Es cierto, que todo Tabasco y Villahermosa, están dentro del depósito aluvial formado en la desembocadura de un rio entre los brazos en que este se divide del río Grijalva y en las tierras bajas y pantanosas del sureste mexicano, de Villahermosa a la desembocadura del río al mar, en el municipio de Centla, hay poco más o menos 85 kilómetros y el desnivel es apenas 15 metros, de tal manera que el caudaloso río, que para acabarla de amolar, en un punto que se llama dos bocas, se une al otro caudaloso y potente río, el Usumacinta, lo que hace aún más lento su camino hacia el mar. En la desembocadura del río al mar se acumulan millones de toneladas de sedimentos y eso disminuye la velocidad de rodamiento del agua al mar, el caudal del río se ralentiza por ese "tapón" y detiene e incluso, regresa el agua de los ríos hacia dentro del territorio. Visto así y solo así el problema, pareciera que Tabasco y los tabasqueños están condenados, desde su origen y de manera absoluta y permanente a vivir "con el agua al cuello" y que el problema de evitar las inundaciones no tiene solución y que los tabasqueños se tienen que resignar a vivir siempre con el temor de inundarse y perderlo todo, o, como dijo el tarado presidente, "hay que irse a las zonas altas", Tabasco no tiene zonas altas. Para construir sus viviendas, los tabasqueños han tenido que rellenar los pantanos, robándole tierra a los pocos mogotes que existen en la mayoría de los 17 municipios del estado. ¿Por qué no aprovechar la inundación de hoy para comenzar a crear en todo el país; en cada estado, pueblo, colonia o comunidad, un comité formado por hombres y mujeres más listos, "movidos&rdquo, enérgicos y honrados, cuya tarea sea preparar, durante todo el año, las medidas a tomar, en los desastres naturales o en las próximas elecciones?
Yo los invito fraternalmente y respetuosamente a que en esta nueva revolución tan urgente y necesaria, se debe combatir la pobreza y la desigualdad, puede ser pacífica, y lo será si el pueblo participa masivamente emitiendo su voto por una nueva clase de políticos, por dirigentes salidos de la entraña del pueblo, y si el pueblo se mantiene organizado, tanto para hacer valer su voto, como para vigilar a los nuevos gobernantes. En estos momentos se hace indispensable unir a todos los dañados por Morena, a todos los que han visto empeorar la situación por las medidas improvisadas y erráticas de este gobierno; hay que formar una gran coalición de fuerzas con los empresarios nacionalistas que sí se preocupen por el desarrollo económico del país y estén dispuestos a luchar por un México rico y próspero. Convocamos a los jóvenes estudiantes para que se sumen a un gran ejército encargado de desbaratar los engaños, para que ayuden a llevar la verdad liberadora a millones de trabajadores, que todavía son manipulados por la demagogia insidiosa de las mañaneras.
En esta tarea gigante también pedimos la colaboración de los que han abandonado su patria, porque no les daba las oportunidades de progresar, no ofrecía las condiciones para devengar un salario suficiente. Es hora de que vuelvan los ojos a México, es hora engrosar las filas de los que queremos salvar al país del retroceso a que nos está llevando López Obrador. Es urgente que se unan a la nueva revolución para salvar a México.
Para esa gran coalición el Movimiento Antorchista Nacional propone un programa revolucionario que permita atacar de frente la pobreza y la desigualdad generados por el modelo neoliberal, que nos vienen aplicando desde 1982. Nuestro programa se resume en cuatro puntos de política económica que debe llevar adelante un gobierno auténticamente popular: la creación de suficientes empleos para que todo el que desee trabajar pueda hacerlo, la elevación sustancial de los salarios para que las familias de los trabajadores puedan adquirir la canasta básica; la instrumentación de una reforma fiscal progresiva que obligue a pagar mayores impuestos a los que tienen mayores ingresos y no los paguen quienes no tienen ingresos; y una drástica reorientación del gasto público, para destinarlo fundamentalmente a impulsar el desarrollo científico y tecnológico del país, para así sacar del atraso y la marginación a los pueblos y colonias olvidados de siempre.
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