MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Granizadas golpean al campo morelense ante nulo apoyo oficial

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  • En Tlalnepantla, Totolapan, Yecapixtla y Cuautla, 130?hectáreas de nopal, aguacate y maíz resultaron dañadas y 110?productores destinan recursos propios para replantar

Cuautla, Mor. Alrededor de 130 hectáreas de cultivos resultaron afectadas por las granizadas ocurridas en días recientes en los municipios de Tlalnepantla, Totolapan, Yecapixtla y Cuautla, sin que hasta el momento se hayan activado mecanismos efectivos de apoyo inmediato para los más de 110 productores perjudicados.

Los daños abarcan cultivos clave para la economía rural de la región como nopal, aguacate, hortalizas, maíz e incluso invernaderos completos, según lo informado por la titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedagro), Margarita Galeana Torres.

Aunque Sedagro ha realizado un primer recorrido para evaluar las afectaciones, la ayuda concreta aún está pendiente. Las autoridades han señalado que será necesario un segundo “barrido” técnico, esta vez con la aseguradora, para determinar si procede la activación del seguro catastrófico, el cual sólo aplica cuando la pérdida en una parcela supera el setenta por ciento. Mientras tanto, cientos de familias campesinas siguen esperando.

“Los productores ya están tratando de restablecer sus huertas por su cuenta, pero el daño ya está hecho. El campo no puede esperar”, comentó Galeana Torres, reconociendo que, en el caso de hortalizas como calabaza o pepino, la pérdida es total.

En municipios como Cuautla, donde los invernaderos fueron duramente golpeados, el estado ha propuesto apoyos a través del Fondo de Aportaciones Estatales para el Fomento Municipal (Faefom), aunque no se han definido fechas ni montos concretos. En casos con daños menores al setenta por ciento, el seguro no aplica y se dependerá de la coordinación entre municipios y Sedagro para buscar alternativas, sin claridad aún sobre los recursos disponibles.

A pesar de las cifras alarmantes y la presión de los campesinos, las respuestas del gobierno estatal siguen siendo parciales, lentas y burocráticas. Más aún, esta crisis revela un problema estructural: la fragilidad del sistema de aseguramiento agrícola y la falta de políticas públicas sólidas que garanticen protección ante fenómenos climáticos cada vez más frecuentes.

En medio de esta incertidumbre, la secretaria Galeana intentó ofrecer un mensaje optimista sobre el futuro del ciclo agrícola: “Si las lluvias se comportan normalmente, esperamos buenos rendimientos y sin afectaciones por sequía”. Sin embargo, la confianza en las condiciones climáticas no reemplaza la urgente necesidad de políticas agrícolas eficientes y respuestas rápidas por parte del estado.

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