Esto nos condena a sobrevivir con trabajos mal pagados, sostiene un rechazado por la BUAP
En Amozoc, la falta de oportunidades educativas se ha convertido en uno de los problemas más graves que enfrentan los jóvenes. Aunque miles de estudiantes concluyen su bachillerato cada año, muchos de ellos ven frustrados sus sueños de continuar en la universidad debido a la escasez de espacios, la falta de apoyo gubernamental y las condiciones precarias en las que se desarrollan sus estudios.
Un ejemplo claro es el caso del Bachillerato Digital 283, institución que desde hace más de seis años exige a las autoridades municipales un terreno para la construcción de su plantel.
Hasta la fecha, su petición ha sido ignorada. Actualmente, los alumnos reciben clases en instalaciones prestadas por una secundaria y en aulas provisionales levantadas gracias al esfuerzo del Movimiento Antorchista, única organización que ha brindado respaldo real a esta comunidad estudiantil.
La consecuencia de este abandono es evidente: cientos de jóvenes quedan fuera de las universidades y se ven obligados a emplearse en trabajos mal pagados, sin posibilidades de crecimiento ni estabilidad.
En esta entrevista, un joven egresado del bachillerato comparte su experiencia, sus frustraciones y la realidad que viven miles de estudiantes en Amozoc, reflejando el impacto de la indiferencia oficial frente a la educación.
¿Puedes contarnos un poco sobre ti?
Kevin Hernández: Tengo diecinueve años. Terminé el bachillerato aquí en Amozoc, pero no logré pasar a la universidad. La verdad es que es muy difícil seguir estudiando cuando no hay apoyo ni espacios en las escuelas de nivel superior para todos los que queremos entrar a estudiar.
¿Qué obstáculos enfrentaste para continuar con tus estudios?
Lo primero fue la falta de condiciones en el bachillerato. Desde hace más de cinco años los alumnos hemos estado pidiendo a las autoridades municipales un terreno para construir la escuela, pero siempre nos dan largas. Estudiábamos en aulas prestadas por una secundaria y las pocas aulas provisionales que tenemos se levantaron gracias al Movimiento Antorchista, no al gobierno.
¿Cómo afecta esa situación en la calidad educativa?
Muchísimo. No tenemos laboratorios, bibliotecas ni espacios dignos. Eso te desanima y al final muchos jóvenes se quedan en el camino porque sienten que la educación no les abre las puertas como debería.
¿Qué pasó cuando intentaste ingresar a la universidad?
Presenté examen en la BUAP, pero no quedé. La competencia es enorme y las oportunidades son muy pocas. Lo más triste es que no es por falta de ganas, sino porque el sistema no alcanza para todos.
¿Qué alternativa te quedó después de no ingresar?
Conseguí un trabajo en una tienda, gano apenas lo suficiente para ayudar en mi casa. Es frustrante porque son jornadas largas y el sueldo no compensa el esfuerzo.
¿Cómo viven otros jóvenes de tu comunidad situaciones similares?
Igual o peor. Muchos amigos ya dejaron de estudiar, unos se fueron a trabajar de albañiles, en fábricas o de repartidores. Son empleos mal pagados y sin prestaciones. Te das cuenta de que el futuro se te cierra a los dieciocho o diecinueve años.
¿Crees que las autoridades municipales y estatales han respondido a estas necesidades?
Para nada. No han hecho nada por nosotros. Hablan mucho de programas y apoyos, pero en Amozoc no vemos nada. La educación aquí está olvidada.
¿Cómo influye esa falta de apoyo en la vida de los jóvenes?
Nos condena a sobrevivir con trabajos mal pagados. Hay jóvenes muy talentosos que podrían ser ingenieros, médicos o maestros, pero sin oportunidades sólo pueden aspirar a empleos temporales.
¿Qué opinas de que el Movimiento Antorchista haya construido las aulas provisionales?
Fue lo único que nos permitió terminar el bachillerato. Si no fuera por ellos, muchos ni siquiera habríamos tenido dónde estudiar. Al menos se preocuparon por darnos un espacio digno, aunque fuera provisional.
¿Qué mensaje le darías a las autoridades?
Que dejen de ignorarnos. La educación no es un lujo, es un derecho. Queremos universidades, escuelas dignas y oportunidades reales. Si no invierten en los jóvenes, el municipio nunca va a salir adelante.
¿Y qué mensaje le darías a otros jóvenes que están pasando por lo mismo?
Que no dejen de luchar por estudiar, aunque parezca imposible. Y que reconozcan cuando hay organizaciones como el Movimiento Antorchista que sí apoyan la educación. Ellos nos han demostrado que sí se puede impulsar a los jóvenes, aunque el gobierno nos dé la espalda.
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