La obra inconclusa desde hace diez años mantiene cerradas áreas previstas para consultas y tratamientos especializados
Nopala de Villagrán, Hgo. Las comunidades de esta región del Valle del Mezquital enfrentan una crisis sanitaria que se extiende más allá de la pandemia. El hospital básico comunitario de Nopala, gestión celebrada hace una década como triunfo social, yace como símbolo de abandono: su segunda etapa de construcción permanece paralizada indefinidamente, mientras cientos de pacientes diabéticos libran batallas cotidianas contra la burocracia y el desabasto.
Debido a esto, el centro médico sólo brinda consultas básicas y deficientes por la falta de medicamentos. La posibilidad de ofrecer atención especializada a los habitantes de la región afecta su salud cada vez más.
El hospital, diseñado para descongestionar los saturados hospitales de Huichapan e Ixmiquilpan y brindar servicios a más de 20 mil pobladores, sigue siendo una promesa incumplida. Tan sólo el municipio de Nopala tiene una población de 18 mil 709 personas, de acuerdo con el Informe Anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2024, de los que uno de cada cuatro enfrenta carencias en acceso a servicios de salud, es decir, más de 4 mil habitantes.
Las estructuras sin terminar de lo que se planeaba como el “hospital regional de especialidades de Nopala” reflejan el abandono institucional que obliga a los pobladores a peregrinar entre municipios.
En Huichapan, las filas comienzan antes del amanecer, con esperas de hasta seis horas para obtener una consulta; 23.2 % de la población carece de acceso a servicios de salud (10 mil 860 personas).
En Ixmiquilpan, el papeleo interminable consume jornadas completas, donde pacientes con enfermedades crónicas deben elegir entre gastar en transporte o en medicamentos; la carencia en materia de salud se agrava en este municipio donde el 36 % no tiene servicio de salud, 36 mil 902 personas.
Don Ignacio “Nacho” Martínez, de 68 años y residente en Huitexcalco, perdió el 70 % de la visión antes de conseguir su primer glucómetro. “Cada mes caminaba ocho kilómetros al centro de salud, pero siempre decían: ‘Regrese la próxima semana, aún no llegan los insumos’”.
Su vecino Gregorio Hernández, de Teñhé (Mixquiahuala), gasta el 30 % de su pensión en viajes a la cabecera municipal para monitorear su diabetes, arriesgándose a hipoglucemias durante el trayecto. Ambos son parte de los mil 200 pacientes crónicos registrados en la microrregión que carecen de seguimiento médico continuo.
Aunque el gobierno municipal recibió recientemente un cargamento de medicamentos a través de la Secretaría de Salud de Hidalgo –entregado personalmente por la presidenta municipal Diana Moreno Rea–, este paliativo resulta simbólico ante la magnitud del desabasto.
Los insumos, disponibles en el DIF municipal, no incluyen medicamentos para enfermedades crónicas ni material para el monitoreo de diabetes, priorizando solo atención básica.
Ante el hospital de Nopala semiconstruido, pobladores demandan soluciones inmediatas que permitan acceder a servicios de salud dignos. Solicitan atención a pacientes crónicos, dotación permanente de glucómetros e insumos para diabéticos en centros de salud periféricos, rutas de transporte gratuitas que conecten comunidades con hospitales de referencia y, lo más importante, la reactivación del proyecto del “hospital regional de especialidades de Nopala”.
La salud en el Valle del Mezquital no puede depender de cargamentos esporádicos de medicamentos ni de promesas electoralistas, sentencia Maricruz Ruiz, líder social en el Valle del Mezquital:
“Al pueblo humilde no le queda más que organizarse y luchar; hoy, esa lucha incluye que don Nacho pueda medir su glucosa sin viajar tres horas y que el hospital inconcluso deje de ser el monumento a la indiferencia”.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario