MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Cómo detener la violencia contra la mujer?

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En México, una vez más, se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y, al igual que cada año, las colectivas feministas realizaron marchas en todo el país para erradicar los golpes, la tortura psicológica y física y, sobre todo, los feminicidios, los cuales sintetizan en las frases: “no llegamos todas” y “ni una más”. Pero, a diferencia de otros años, las manifestaciones de las mujeres fueron pacíficas.

Desde hace 26 años (1999), el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se conmemora cada 25 de noviembre para denunciar la violencia de género y exigir políticas públicas que la erradiquen. No obstante, las autoridades federales han tomado medidas como la creación de Centros de Justicia para Mujeres con atención psicológica, médica y jurídica; la operación de líneas de emergencia gratuitas y confidenciales; la implementación de programas de capacitación y reeducación para agresores; y la promoción de la educación con perspectiva de género en todos los ámbitos. Otras acciones son el establecimiento de medidas de protección para víctimas y el fortalecimiento de refugios.

Pero dichas medidas, por mucho que hayan sido hechas con las mejores intenciones, solo han sido burocráticas y, por lo mismo, no han tenido el efecto que las mujeres violentadas hubieran querido: que esas leyes evitaran todos los daños que sus parejas y los hombres perversos les han infligido.

Realistamente, para que se acabe la violencia en contra de las mujeres, en México y en el mundo, es necesario eliminar el sistema capitalista dividido en clases y, una vez que el pueblo trabajador tome el poder, empezar a reeducar a la sociedad en el respeto a todos los seres humanos, incluidas niñas y mujeres, a quienes la sociedad debe ver como aliadas de los varones, y juntos construir una sociedad más humana y equitativa.

En este 2025, dentro de esta sociedad capitalista, ¿cuántas mujeres han sido víctimas de feminicidios a pesar de que desde hace siete años tenemos un gobierno protector, democrático y progresista? Por lo menos eso es lo que dicen los gobiernos emanados de Morena. Hasta octubre de 2025 se registraron 597 feminicidios en México, según datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Más allá de una posible tipificación más clara del delito, la realidad apunta a que la violencia contra las mujeres se debe a factores estructurales profundamente enraizados. En el sistema económico actual, la impunidad sigue siendo la norma: la mayoría de los feminicidios no son investigados adecuadamente, lo que envía un mensaje de tolerancia a los agresores. La ausencia de políticas públicas eficaces de prevención, sumada a la falta de coordinación entre niveles de gobierno, perpetúa un entorno donde la violencia se normaliza. Además, el contexto económico no solo limita las oportunidades de las mujeres, sino que también refuerza relaciones de poder desiguales que facilitan el control y la agresión.

El maltrato, la desaparición y el asesinato de mujeres —niñas, adolescentes y adultas—, ¿se acabarán con marchas anuales, gritos y pintas en contra del gobierno y de los hombres? ¿Se resolverán esos graves problemas en un sistema económico en el que todo se resuelve con dinero? Donde el tráfico de influencias es alimentado por dinero, mucho dinero, de tal manera que la justicia se brinda de acuerdo con el peso económico del presunto infractor; es decir, donde el peso de la ley se determina por el dinero del violador o asesino y, por tanto, no se aplica la ley en un delito de ese tipo, porque la misma ley siempre busca la forma de proteger a quienes pagan favores. No, en un sistema así no hay justicia ni igualdad para las mujeres, sean o no sean víctimas.

Para que a la mujer se le otorguen los mismos derechos que a los varones –que es parte de lo que piden las “colectivas”– y, por tanto, alcancen la igualdad, ellas y ellos deben unirse para dar la lucha por cambiar el sistema económico que divide a la sociedad. Solo luchando juntos, en alianza, en contra del poder del Estado que los oprime, podrán alcanzar la justicia e igualdad que todos merecen.

Luchar por un México con más oportunidades, con justicia y equidad, debe ser el objetivo de las mujeres revolucionarias que trabajan para eliminar la violencia y la discriminación, no solo en contra de las mujeres, sino también de los hombres que a lo largo de la historia han sufrido injusticias y explotación en una sociedad como la actual.

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