Con las reformas electorales que Morena envío al Congreso del estado de Puebla queda completamente claro su juego antidemocrático; definitivamente no están dispuestos a que se les haga competencia en las próximas elecciones de 2021. Así lo demuestran las iniciativas presentadas por el Coordinador del grupo Legislativo de Morena, Gabriel Juan Manuel Biestro Medinilla, y el propio gobernador Miguel Barbosa Huerta.
Una vez que Miguel Barbosa ha fracasado rotundamente en su tarea de salvaguardar la vida y la salud de los poblanos ante el ataque del coronavirus, por su imprevisión y su negativa rotunda a dedicar dinero a salvar sus vidas, ahora está construyendo una legislación a modo para alzarse con todo el poder en las elecciones que se desarrollarán el año próximo. Lo cual revela su actitud intolerante y sus ansias de poder absoluto.
¿No se puede interpretar de otro modo estas dos propuestas de Biestro Medinilla, primera: eliminar la posibilidad de tener diputados por el principio de primera minoría, que es aquél mediante el cual un candidato a diputado que hizo campaña y que no ganó, puede acceder al Congreso si obtuvo el mayor porcentaje de votos en esa elección; segunda: prohibir que los partidos políticos, nacionales o locales, que participen por primera vez en una elección local, puedan formar alianzas ni postular candidaturas en común.
Tampoco puede darse otra interpretación a la propuesta de reforma al artículo 232 del Código de Instituciones y Procesos Electorales del Estado de Puebla, enviada por el gobernador Barbosa: para que ya no se pueda usar equipamiento urbano y carretero, ni anuncios en espectaculares, ni en el transporte público, ni en portadas de revistas, ni en libros o notas de entrevistas.
El gobernador ha dicho en repetidas ocasiones que estaba atendiendo las solicitudes de apoyo alimentario de las comunidades cuyos habitantes han tenido que enclaustrarse para evitar el contagio de covid-19, y eso es completamente falso. Sí repartió unas cuantas despensas, pero quedaron en manos de sus correligionarios, de sus incondicionales, y desoyó el clamor popular. Nosotros, acá en la mixteca, podemos demostrarle claramente que miente, nos sobran ejemplos para hacerlo.
Barbosa tampoco atendió las solicitudes de médicos y personal sanitario que un día sí y otro también elevaban sus peticiones de más y mejor equipo para salvaguardar su salud, pues estaban expuestos en las áreas covid-19 de los hospitales, los ignoró paladinamente. El resultado todos lo conocemos, los hospitales colapsados, y el aumento dramático de contagios y defunciones. Ha sido indispensable que el propio gobernador lance la alerta: "Puebla capital y el área metropolitana se encuentran en semáforo de alto riesgo y con una curva ascendente en los contagios de covid-19". El peligro ronda la región centro del estado, que concentra a la Angelópolis y municipios conurbados.
El gobernador morenista ha hecho oídos sordos a la demanda fundamental que sostiene el Movimiento Antorchista nacional y que se ha hecho vital en las actuales circunstancias: empleo para todos los que lo perdieron por la pandemia, empleo para los trabajadores informales que ya no encuentran clientes para sus productos o servicios, y para todos los del sector formal que fueron despedidos.
Pero estudiando su conducta de todos los días sabemos que los problemas del pueblo no le quitan el sueño a López Obrador ni a Barbosa. Con sus hechos ya nos dijeron que cada ciudadano se cuide como pueda del contagio, que si tiene dinero se cure y los que se tengan que morir se mueran. Igual las pequeñas y medianas empresas, dijo AMLO que a él no le preocupan, y las que tengan que quebrar pues que quiebren, él no les va a dar dinero público. Todo su interés lo han depositado en juntar dinero para asegurar votos y poner trabas y obstáculos para que la oposición acceda al poder en el 2021.
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