Estoy de acuerdo con quienes piensan así, especialmente con la opinión de Aquiles Córdova Morán, quien nos dijo en días pasados que a este país le urge una sacudida, una transformación, un cambio que permita que el país tenga crecimiento económico y político.
El país necesita una sacudida, un cambio verdadero que sólo el pueblo organizado y consciente puede llevar a cabo, no los partidos ni los iluminados que cada tres o seis años vuelven con las mismas promesas.
Tenemos muchos años padeciendo ya muchos problemas: falta de trabajo, empleo bien pagado, nos falta la medicina, hospitales, escuelas; la educación cada día está peor y la deuda pública ahora es mucho mayor que en periodos pasados. Los gobiernos que han pasado, una y otra vez, nos ofrecen las perlas de la virgen, pero seguimos estando igual o peor en varios aspectos.
La violencia aumentó en el periodo pasado: fueron más de 200 mil asesinatos y parece que en este periodo será mayor, porque no vemos que haya una pacificación eficaz, efectiva para acabar con la violencia. Los ciudadanos no tenemos derecho a la seguridad, por eso el país necesita una sacudida, un cambio verdadero.
Por muchos años nos han gobernado los mismos, el mismo grupo, la misma clase; necesitamos sacudir el árbol para que todos los frutos podridos caigan. Se necesita sacudir a los partidos políticos, a los políticos, a los trepadores, a los buscadores de poder y de dinero, pero sobre todo necesitamos construir un gobierno que respete las necesidades del pueblo.
Pero ese tipo de gobierno sólo el pueblo puede hacerlo, y no los partidos políticos, no la lucha electoral, ni ningún iluminado o iluminada. Ese tipo de lucha lo que hace es manipular a la gente, lo hacen ver como carne de urna. Sólo el pueblo organizado puede hacer esa tarea, solo el pueblo que sufre las consecuencias de estas alimañas.
Cada tres o seis años, los actores políticos que salen a las calles a endulzar el oído del elector son los mismos, enfundados en diferente camiseta.
No son pocos los estados y municipios donde los ediles o políticos que gobiernan desde hace ya muchos periodos están buscando el poder de nuevo. Buscan la gubernatura en primer lugar, las presidencias municipales si no pueden, se consuelan con diputaciones federales y, si no, de perdida una diputación local que les garantice fuero.
¿Por qué el pueblo no reacciona? Seguimos soportando toda esta explotación, todo tipo de engaños, simulaciones, porque nos falta organización, conciencia de lo que es y debe ser. Un pueblo organizado, educado, puede tener un país rico; lo podemos comprobar con los ejemplos de varios países como China.
Pero sólo el pueblo organizado puede realizar esta tarea; nadie más. El tiempo nos dice, nos demuestra, que si seguimos así, pasarán otros 115 años o más con el mismo problema.
Todos los más conscientes, los más claros, como todos ustedes, los líderes naturales, la gente más preparada políticamente, deben ocuparse de la educación de sus compañeros, y ayudar en su
Estoy de acuerdo con quienes piensan así, especialmente con la opinión de Aquiles Córdova Morán, quien nos dijo en días pasados que a este país le urge una sacudida, una transformación, un cambio que permita que el país tenga crecimiento económico y político.
Tenemos muchos años padeciendo ya muchos problemas: falta de trabajo, empleo bien pagado, nos falta la medicina, hospitales, escuelas; la educación cada día está peor y la deuda pública ahora es mucho mayor que en periodos pasados. Los gobiernos que han pasado, una y otra vez, nos ofrecen las perlas de la virgen, pero seguimos estando igual o peor en varios aspectos.
La violencia aumentó en el periodo pasado: fueron más de 200 mil asesinatos y parece que en este periodo será mayor, porque no vemos que haya una pacificación eficaz, efectiva para acabar con la violencia. Los ciudadanos no tenemos derecho a la seguridad, por eso el país necesita una sacudida, un cambio verdadero.
Por muchos años nos han gobernado los mismos, el mismo grupo, la misma clase; necesitamos sacudir el árbol para que todos los frutos podridos caigan. Se necesita sacudir a los partidos políticos, a los políticos, a los trepadores, a los buscadores de poder y de dinero, pero sobre todo necesitamos construir un gobierno que respete las necesidades del pueblo.
Pero ese tipo de gobierno sólo el pueblo puede hacerlo, y no los partidos políticos, no la lucha electoral, ni ningún iluminado o iluminada. Ese tipo de lucha lo que hace es manipular a la gente, lo hacen ver como carne de urna. Sólo el pueblo organizado puede hacer esa tarea, solo el pueblo que sufre las consecuencias de estas alimañas.
Cada tres o seis años, los actores políticos que salen a las calles a endulzar el oído del elector son los mismos, enfundados en diferente camiseta.
No son pocos los estados y municipios donde los ediles o políticos que gobiernan desde hace ya muchos periodos están buscando el poder de nuevo. Buscan la gubernatura en primer lugar, las presidencias municipales si no pueden, se consuelan con diputaciones federales y, si no, de perdida una diputación local que les garantice fuero.
¿Por qué el pueblo no reacciona? Seguimos soportando toda esta explotación, todo tipo de engaños, simulaciones, porque nos falta organización, conciencia de lo que es y debe ser. Un pueblo organizado, educado, puede tener un país rico; lo podemos comprobar con los ejemplos de varios países como China.
Pero sólo el pueblo organizado puede realizar esta tarea; nadie más. El tiempo nos dice, nos demuestra, que si seguimos así, pasarán otros 115 años o más con el mismo problema.
Todos los más conscientes, los más claros, como todos ustedes, los líderes naturales, la gente más preparada políticamente, deben ocuparse de la educación de sus compañeros, y ayudar en su preparación a través del estudio, conferencias y discursos; además, deben hacer un trabajo previo para que adquieran los conocimientos necesarios. Si no se hace así, los resultados no serán los que esperamos o los que necesitamos.
Necesitamos saber todos que este sistema está organizado para explotarnos a todos nosotros, y debemos saber que es una ley que sin remedio alguno terminará en crisis y en el fracaso del sistema, como lo estamos viendo actualmente en Estados Unidos, que se ve en la necesidad de aplicar medidas desesperadas para tratar de salvarse del desorden y la crisis, así como su enorme deuda interna.
Necesitamos saber que vivimos en el planeta Tierra, que son tres cuartas partes de agua y una cuarta parte de tierra firme. Vivimos del agua, de los bosques, del gas, del petróleo, de los metales preciosos; que lo que el hombre necesita para sobrevivir está en la tierra.
La tierra nos da frijol, maderas, maíz, los recursos naturales necesarios y que solo los puede utilizar gracias al trabajo del hombre; si el hombre no trabaja no sacará nada. Es el trabajo del hombre el que hace vivir a las naciones, pero para ello hay que sudar, gastar energía.
Es un proceso que tenemos que estudiar científicamente, objetivamente, para encontrar las medidas necesarias para que todos podamos vivir mejor con resultados positivos, reales, no puro jarabe de pico, no rollos inventados ni segundos pisos cuando no se ha construido aún el primero.
México es un país rico en recursos naturales, pero su riqueza está concentrada en unas cuantas manos. Mucho se presume que estamos entre los diez países más ricos del mundo y se estima que para 2028 crecerá un 24 %.
Como principal consecuencia de este desigual reparto, los trabajadores tienen que viajar colgados de los autobuses, millones no tienen casas para vivir, vivimos en la inseguridad, la ignorancia, en un país bañado en sangre, y todas estas cosas no cambiarán si no somos nosotros los que, organizados y educados, luchemos por un mejor país para nuestros hijos y nuestros hermanos.
preparación a través del estudio, conferencias y discursos; además, deben hacer un trabajo previo para que adquieran los conocimientos necesarios. Si no se hace así, los resultados no serán los que esperamos o los que necesitamos.
Necesitamos saber todos que este sistema está organizado para explotarnos a todos nosotros, y debemos saber que es una ley que sin remedio alguno terminará en crisis y en el fracaso del sistema, como lo estamos viendo actualmente en Estados Unidos, que se ve en la necesidad de aplicar medidas desesperadas para tratar de salvarse del desorden y la crisis, así como su enorme deuda interna.
Necesitamos saber que vivimos en el planeta Tierra, que son tres cuartas partes de agua y una cuarta parte de tierra firme. Vivimos del agua, de los bosques, del gas, del petróleo, de los metales preciosos; que lo que el hombre necesita para sobrevivir está en la tierra.
La tierra nos da frijol, maderas, maíz, los recursos naturales necesarios y que solo los puede utilizar gracias al trabajo del hombre; si el hombre no trabaja no sacará nada. Es el trabajo del hombre el que hace vivir a las naciones, pero para ello hay que sudar, gastar energía.
Es un proceso que tenemos que estudiar científicamente, objetivamente, para encontrar las medidas necesarias para que todos podamos vivir mejor con resultados positivos, reales, no puro jarabe de pico, no rollos inventados ni segundos pisos cuando no se ha construido aún el primero.
México es un país rico en recursos naturales, pero su riqueza está concentrada en unas cuantas manos. Mucho se presume que estamos entre los diez países más ricos del mundo y se estima que para 2028 crecerá un 24 %.
Como principal consecuencia de este desigual reparto, los trabajadores tienen que viajar colgados de los autobuses, millones no tienen casas para vivir, vivimos en la inseguridad, la ignorancia, en un país bañado en sangre, y todas estas cosas no cambiarán si no somos nosotros los que, organizados y educados, luchemos por un mejor país para nuestros hijos y nuestros hermanos.
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