¿Tercera guerra mundial? Muchos se preguntan si habrá una tercera guerra mundial. La respuesta no es simple, pero hay fuertes indicios de que, cuando menos, el presidente Trump está operando en la dirección de que sí haya, aunque, como dijo Engels en su introducción a la Guerra Civil en Francia, lo único cierto de quienes alardean su poderío militar, es la incertidumbre del resultado de una guerra y esa condición podría ser el único freno a una tercera guerra mundial. Veamos.
Llegó Trump hablando de que acabaría el conflicto con Ucrania muy rápido, que hablaría con Putin y se resolvería; sin embargo, sigue sin resolverse, por tanto, mintió. Asimismo, el presidente Trump hace mucha alaraca en el sentido de que hay mucha sangre derramada en Ucrania y que no debe tener Irán una bomba nuclear; sin embargo, Israel, su aliado incondicional, ha matado a miles de civiles en Palestina con el derramamiento de su inocente sangre y tiene un arsenal nuclear de aproximadamente 400 ojivas nucleares. De ello se desprende el aparente doble discurso norteamericano, que en realidad es uno y solo uno, el del fascismo y que se demuestra como sigue:
Israel lanzó un ataque despiadado a más de 100 objetivos en Irán, entre ellos, mató a científicos nucleares en sus respectivas casas y Trump, sobre ese derramamiento de sangre, no dijo nada, alardeó que así Irán escarmentaría para no hacerse de un arma nuclear. Por su parte, como era de esperarse, Irán respondió con misiles hipersónicos que penetraron el famoso “domo de hierro” de Israel, que más bien parecía un “cedazo de plástico”, como dijeron algunos analistas. Tal fue la efectividad del ataque de Irán que Netanyahu anunció con tristeza que su hijo se vio obligado a cancelar su boda... Vean el nivel de preocupaciones del primer ministro israelí, el mismo que ha mandado matar a sangre fría a las familias palestinas, sólo le preocupa la boda de su hijo “¡qué gran sacrificio!”
Por ello, mientras la OTAN con Ucrania ataca a Rusia, Trump se queja de derramamiento de sangre; o bien, se queja de que Irán no debe tener armas nucleares, pero lo dice posando los pies sobre Israel que mata al. Pueblo palestino y que tiene un arsenal de 400 ojivas nucleares aproximadamente, como hemos dicho.
De ello se deduce que la verdadera postura de Trump es de derecha nazifacista, es decir, que por lo pronto no quiere pleito con Rusia para prepararse militarmente para hacerlo, pero sí da muestras de bravuconería en el medio oriente apoyando el ataque israelí contra Irán y no se trata de un apoyo sólo de palabra y omisión, sino de obra, pues anunció con “aires de grandeza” que había lanzado bombas para atacar tres instalaciones nucleares de Irán. Ello implica una intervención directa de Estados Unidos contra Irán y, por ende, un ataque a los intereses de los aliados de Irán, es decir, China y Rusia.
Al atacar los intereses de Irán y, colateralmente, los de China y Rusia, es una bravuconada peligrosa, pues está claro que los Estados Unidos quieren hacerse con el mundo, pero como ven que van perdiendo la batalla económica con China y la batalla militar con Rusia, por eso lanza esos ataques, desde mi punto de vista, algo desesperados, pero, al propio tiempo, irresponsables pues pone al mundo al borde de una tercera guerra mundial. El problema es que si la guerra mundial se desata será nuclear con consecuencias devastadoras que llevarán a la humanidad a un brutal retroceso.
No queda claro si los cálculos de los norteamericanos están bien hechos a la luz del contexto internacional, pues atacar a Irán directamente es una señal peligrosa al entrar en el conflicto y, como hemos dicho, el mensaje va contra Rusia y contra China. Sí queda claro que la guerra ha sido siempre usada por los Estados Unidos para la venta de armas y para darle recursos públicos al complejo militar industrial norteamericano, es decir, a los ricos más ricos de nuestro vecino del norte. También queda claro que la situación se está agravando y que las acciones de Estados Unidos, lejos de estar bien pensadas, parece que esa una consecuencia de la descomposición del imperialismo, una serie de medidas desesperadas (junto con los aranceles, con el maltrato y redadas a los migrantes, etc.) que reflejan la incapacidad del sistema de poder controlar el mundo sobre la base de la diplomacia.
Queda con ello probado que, como señaló Carlos Marx, una vez que el sistema capitalista (imperialista ahora), en su fase terminal, haga lo que haga, no tiene remedio y está perdiendo la batalla económica y la batalla militar. Así se explica que estén inyectándole recursos a las fuerzas militares. Una nota de CNN Estados Unidos del 3 de mayo de 2025 dice lo siguiente: “Presupuesto de Trump: más de US$ 1 billón para defensa, pero recortes en educación, salud, medio ambiente y ayuda pública”. “La propuesta sigue las prioridades de Trump de reforzar las capacidades de defensa y control migratorio del país. Aumentaría el gasto en defensa en un 13 %, alcanzando US$ 1 billón. También proporcionaría una inversión histórica de US$ 175.000 millones para asegurar completamente la frontera, según una carta de la Oficina de Administración y Presupuesto enviada a la senadora Susan Collins, presidenta del Comité de Asignaciones, obtenida por CNN.”
Estados Unidos piensa en sólo una fórmula: o somos nosotros o nadie más, es decir, apuestan al mundo unipolar. Por el contrario, Rusia, China, los Brics y otros plantean el mundo multipolar, es decir, un mundo en el que cada país, en función de sus cualidades y capacidades, produzca, distribuya y comercie de manera que todos ganen y no haya supremacismos ni abusos de una nación sobre las otras con reglas claras no abusivas.
La tercera guerra mundial está en puerta y sólo los pueblos unidos y organizados podrán parar los abusos del imperio. Efectivamente, un mundo multipolar es posible, pero el león norteamericano está herido y lanza zarpazos peligrosos que, si derivaran en una tercera guerra mundial, entonces, no habría marcha atrás para la humanidad. Las consecuencias serían gravísimas e, incluso, hay quienes dicen que estaría en riesgo la humanidad entera, pues el conflicto sería nuclear y en muy poco tiempo se formaría una nube atómica que impediría el paso del sol, el enfriamiento de la tierra, la dificultad para la vida y, como consecuencia, vendría la muerte como la que sufrieron los dinosaurios. Decía Einstein que, si hay tercera guerra mundial, la cuarta guerra mundial sería con piedras y palos, en otras palabras, un retroceso total de la humanidad. Para evitar ello, insistimos, en que sólo los pueblos unidos y organizados deben dar la batalla concreta en defensa de un mundo multipolar y mejor para todos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario