Se trata de un combativo movimiento social, miles y miles de mexicanos empiezan a destacarse como verdaderos luchadores sociales, capaces de tomar las riendas del país y de conducirlo por el camino correcto. Desde hace 45 años, una revolución está en marcha y desde su nacimiento se ensaya una campaña sucia sin precedentes en la historia contemporánea de México para desaparecerlo. Nadando a contracorriente y bajo fuego enemigo, luchando contra todos los ataques lanzados por grupos políticos (de todos los colores), el Movimiento Antorchista se consolida hoy en día como un vertiginoso movimiento social y agrupa ya a cerca de tres millones de mexicanos.
Con el arribo de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la república y con la campaña de descalificación orquestada, "no a los intermediarios...como la Antorcha mundial", el número de ataques contra Antorcha ha aumentado casi el triple en prensa escrita y televisión, el doble en internet y radio. Esto ha sacado a relucir desde mentiras deliberadas o no, acusaciones absurdas y afirmaciones delirantes, hipocresía y falta de congruencia absoluta de algunos periodistas y supuestos "líderes de opinión". A esta sarta de difamaciones se han venido sumando con entusiasmo de sí mismos intelectuales palurdos y embusteros que solo ven el provecho momentáneo. Como ocurre con el artículo ¿Por qué financiar a cierta sociedad civil? de Hernán Gómez Bruera, en donde hace gala de su desprecio hacia el Movimiento Antorchista y la dignidad humana, poniendo en relieve su brillante talento de desconocer las cosas por pura pereza.
"Necesitamos hacer distinciones más inteligentes"., -dice Bruera- en el párrafo seis de su sesuda opinión y en efecto, debiera ser así, hacer una distinción clara e inteligente. ¿Qué es Antorcha? ¿qué papel juega en la política mexicana? ¿cuál su importancia en el contexto actual? ¿qué principios lo guían? ¿con qué métodos buscan combatir la pobreza? ¿existe o no una diferencia entre sociedad civil y una verdadera organización popular con cerca de tres millones de afiliados? Gómez Bruera no puede hacer una distinción inteligente porque no conoce al Movimiento Antorchista. Invito al analista político a visitar a Chimalhuacán e Ixtapaluca (en el Estado de México); Tecomatlán o Huitzilan de Serdán (en Puebla), ejemplos todos de desarrollo en todos los sectores para que pueda ver y palpar la obra de Antorcha Revolucionaria.
Enseguida, Hernán Gómez hace el ridículo con su mendacidad pública, "Claramente, debe terminarse con la práctica de negociar tajadas del presupuesto con organizaciones clientelares estilo Antorcha Campesina" ..., en 45 años de vida política, el Movimiento Antorchista no es, no ha sido ni será una organización clientelar. Antorcha jamás ha negociado "tajadas del presupuesto". Hemos exigido obras públicas para la gente más pobre en los diferentes niveles de gobierno, y todo recurso público la han aplicado autoridades y funcionarios facultados para ello, en ámbitos que van desde los campos de la educación, el deporte, la ciencia, la cultura y al cuidado del medio ambiente, etc., millones de mexicanos han sido beneficiados gracias a las gestiones de Antorcha y ellos mismos pueden dar testimonio de lo que aquí digo. Pedir al Gobierno federal salud, educación, vivienda, ¿es negociar tajadas del presupuesto? Vaya sapiencia del que se presenta como egresado del Institute of Development Studies de la Universidad de Sussex, en Inglaterra.
Con la misma vehemencia con que han defendido nuestros maestros y queridos dirigentes al Movimiento Antorchista, nos sumamos hoy a denunciar la agresión mediática que se cierne sobre Antorcha. Exhortamos a Bruera que dé pruebas de su acusación, y deje de afirmar sin fundamento. Las ideas están en muletas y a pesar de ello trata de ayudar al tambaleante gobierno actual decidido a aniquilar a la única organización de masas verdadera. Todo parece indicar que los viejos políticos ahora en Morena nada han aprendido de la capacidad del Movimiento Antorchista. Los que son capaces de analizar serenamente los acontecimientos políticos usan argumentos irrebatibles, pero Gómez Bruera no es el caso, ni por asomo.
"El especialista en temas de pobreza", un hombre aparentemente "progresista", que realizó un trabajo sobre el derecho a la alimentación en el Brasil de Lula, y que seguramente conoce bien las entrañas del pueblo brasileño donde empleó –quiero suponer- una metodología científica en su investigación, por qué no hace lo mismo a la hora de juzgar a una organización popular. ¿Hernán Gómez es acaso una veleta con los pobres? ¿por qué renunciar a los principios progresistas en la 4T, donde se dice que "Primero los pobres"? Aquí, no solo los antorchistas no vemos que la política lopezobradorista vaya a la médula de pobreza de nuestras favelas a la mexicana.
Respecto a las lecciones de las luchas en países de América Latina (donde se mueve como pez en el agua nuestro calumniador), invito al internacionalista a leer cuidadosamente nuestra postura en palabras de nuestro Secretario General, el Ing. Aquiles Córdova Morán, cito: "Esta generación de políticos fue tolerada (y quizá impulsada objetivamente) por el propio capital monopólico, porque las viejas clases políticas desprestigiadas ya no le garantizaban el control del pueblo, del país y de sus recursos. La tolerancia dio confianza a los reformadores para intentar ir más a fondo, de modo tal que, quizá sin darse cuenta, comenzaron a lastimar los intereses de los verdaderos amos de la economía. La respuesta la conocemos todos: Correa traicionado y exiliado, Cristina Fernández perseguida y amenazada de cárcel, Dilma Rousseff defenestrada y Lula en la cárcel, Evo Morales y Daniel Ortega con la espada de Damocles de una "revolución de colores" sobre su cabeza. Solo Cuba y Venezuela resisten, y la causa es obvia: son las únicas que han recurrido al pueblo, organizado y consciente, como la única fuerza capaz de defender los cambios conquistados", el artículo se pude consultar completo en el portal oficial de la Organización www.movimientoantorchista.org.mx. ¡Basta ya de enlodamiento contra Antorcha! ¡Basta de calumnias por consigna!
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