MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Por qué la matanza en Irán?

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La madrugada del viernes 13 de junio, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dio la orden para que su ejército bombardeara Teherán, capital de la República Islámica de Irán. El objetivo del bombardeo era asesinar a varios líderes del gobierno, científicos y generales, a quienes los agentes del Mossad habían espiado para conocer sus domicilios, familias, lugares de trabajo y movimientos diarios.

El bombardeo asesinó a sus objetivos y a decenas de civiles que pagaron el “delito” de nacer en un país opositor a la hegemonía imperialista de Estados Unidos y la OTAN.

La República Islámica de Irán tiene el 10 % de las reservas probadas de petróleo del mundo y el 15 % de las reservas mundiales de gas, lo que la convierte en una superpotencia energética codiciada por Estados Unidos.

La justificación de Israel (cuyo poder nuclear es de 90 ojivas) y de sus padrinos gringos (que tienen 7 mil 700 cabezas nucleares y una bomba atómica superior en 80 veces a la lanzada en Hiroshima) es la posibilidad de que el gobierno de Irán pueda ya fabricar (repito, para que no haya dudas: “la posibilidad de que pueda ya fabricar”) armas atómicas en sus plantas nucleares, mismas que han sido revisadas una y mil veces por los organismos internacionales que les sirven a los gringos para impedir justamente eso: la fabricación de armas nucleares en Irán.

La orden de iniciar la guerra contra los iraníes tiene un padrino muy poderoso: el gobierno estadounidense de Donald Trump. La prensa informada del mundo sostiene que la idea original de Netanyahu y Trump era una derrota rápida de Irán bajo una serie de bombardeos que minaran su capacidad de respuesta y lograran que el país se sometiera.

Ante el ataque, Irán inició su defensa con bombardeos sobre Israel, penetrando el famoso escudo antimisiles llamado pomposamente “Cúpula de Hierro”. Se defiende con todo su poder militar.

Pero la duda es: ¿A Israel le interesa someter a Irán? No. Claro que no. A quien sí le interesa es a Estados Unidos. La República Islámica de Irán está ubicada en el llamado Medio Oriente: es vecina y tiene frontera con siete países: Pakistán, Afganistán, Turkmenistán, Azerbaiyán, Armenia, Turquía e Irak. Al norte, limita con el mar Caspio (en donde se produce petróleo, gas natural y caviar, y que es un mar que hace frontera con la zona sur de Rusia), y al sur limita con el famoso golfo Pérsico (en donde se produce petróleo y gas natural, y que une a potencias petroleras mundiales como Irán, Irak, Kuwait, Arabia Saudita, Baréin, Catar y los Emiratos Árabes Unidos) y con el golfo de Omán (en donde también se produce petróleo y gas natural).

La República Islámica de Irán tiene el 10 % de las reservas probadas de petróleo del mundo (es el quinto lugar con más reservas probadas) y el 15 % de las reservas mundiales de gas (es el segundo lugar en reservas, solo por detrás de Rusia).

Irán es considerada una superpotencia energética, que además produce acero y es líder mundial en productos del campo. Se trata, pues, de un país sumamente rico en petróleo y gas natural, cuyo sometimiento puede servir mucho al orden capitalista mundial que encabeza Estados Unidos, y que se encuentra ubicado en una región estratégica que le permitiría al imperio gringo hacer de las suyas para invadir a Rusia o a los países que no le quieren hacer caso e instalar más bases militares en la zona.

Aunque dice con una sonrisa que no sabe si entrará o no en la guerra, la amenaza de Trump es directa:

“Irán debería haber firmado el acuerdo que les dije que firmaran, qué vergüenza y qué desperdicio de vidas humanas. En pocas palabras, Irán no puede tener un arma nuclear. ¡Lo dije una y otra vez! ¡Todo el mundo debería evacuar inmediatamente Teherán!”.

¿Por qué “todo el mundo debería evacuar Teherán”? Es muy probable que, como no han logrado someter rápidamente a los iraníes, haya voces serias que afirman que Israel podría lanzar una bomba atómica contra alguna ciudad importante. Trump ya lo dijo: “Evacúen inmediatamente”.

Miles de niños, jóvenes, adultos y hombres de la tercera edad morirán por la decisión de dos criminales: Netanyahu y Trump. Así como 166 mil japoneses murieron en Hiroshima y 66 mil en Nagasaki porque el presidente estadounidense Harry S. Truman ordenó atacar esas dos ciudades con bombas atómicas el 6 y 9 de agosto de 1945.

El pueblo trabajador iraní tendrá que pagar los daños de la guerra en su país. ¿Y luego? Un ataque nuclear puede desencadenar una respuesta del mismo tipo por parte de los aliados de Irán. Se trataría del desastre total: decenas de millones de seres humanos morirán al instante y otras decenas de millones morirán años después por la radiación y los efectos de los ataques.

Los carniceros de Israel, que han asesinado a 55 mil personas en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre de 2023 con la aprobación de Estados Unidos, ahora son los principales promotores de una guerra nuclear de corte mundial.

Los pueblos trabajadores de todo el mundo debemos protestar contra esas guerras, mismas que enmarcan el fin de la era capitalista como sistema predominante. El sistema se debe terminar, pero el ser humano no.

Sólo la unidad de los trabajadores del mundo nos llevará a construir una sociedad mejor, en la que el pueblo no derrame sangre y se erradique la pobreza. Queremos un mundo de paz y trabajo para todos. Pero nadie nos lo dará: debemos salir a luchar por él. No hay de otra.

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