Desde que la humanidad se separó en dos clases antagónicas; una acumuladora y centralizadora de toda la riqueza generada; poseedora, además, del poder económico y político; la clase desvalida, los que no tienen nada más que su fuerza de trabajo, perdió también su voz. A partir de ese momento, los hombres ya no se podían hablar de "igual a igual", ya que el papel de las personas pasó a ser distinto, según su lugar en la producción. En síntesis, perdieron la capacidad de expresarse, de tener una voz, un canal para difundir sus ideas e inconformidades.
Esto, se masificó con la llegada de los medios de comunicación. La radio, la prensa escrita y la televisión, suponen una comunicación unilateral. Es decir, el emisor (en este caso los dueños de los medios), lanzan su mensaje sin recibir una retroalimentación o respuesta directa o de la misma magnitud de parte de su audiencia, lo que provoca que la información esté supeditada a los intereses económicos y políticos, claramente contrarios a los intereses de los más desprotegidos. Al pasar de los años, esto provocó el surgimiento de medios independientes emanados del pueblo, los cuales, a pesar de su prohibición o persecución, hicieron escuchar la voz del pueblo; una voz tan pedida y requerida por los más pobres de nuestra sociedad. Sin embargo, en este nuevo siglo experimentamos un cambio radical con los nuevos medios digitales, los cuales, aparecen como una alternativa, un gran cambio en la manera en la que se transmite la información.
Las redes sociales se venden como un medio en el cual no existe una sola fuente omnipotente e incuestionable, cuya información no pueda ser rebatida, sino que, por el contrario, todos pueden ser una fuente confiable de información, ya que todos son iguales y su opinión "vale por igual".
Cualquiera que se tope con este escenario podría pensar que las redes son el nuevo "faro de la democracia", donde no importa tu condición social o económica, ya que puedes estar de "igual a igual" con cualquier político o empresa trasnacional. Cualquiera puede compartir ideas, ser escuchado y debatir puntos de vista contrarios, sin embargo, esto no resulta totalmente cierto.
Al todos tener voz en este ciberespacio, siempre hay una que se destaca de entre los demás, siempre hay algo que se hace "viral", y como su nombre lo dice, afecta como un virus que cambia de cierta manera la forma en que el internauta ve el mundo. Pero éste fenómeno no siempre se crea de manera espontánea ni natural, ya que muchas veces se ven fuertemente influenciados por intereses de un sector de la sociedad, sirviendo, al igual que los medios de antaño, como método de control y confusión de las masas.
Existen varios ejemplos de este nuevo método, como el tan conocido caso de la agencia Cambridge Analytica en Inglaterra y Estados Unidos, donde se aprovecharon datos (presuntamente) sin la autorización de Facebook, de más de 50 millones de personas. Esta empresa (ligada a la ultraderecha estadounidense), utilizó estos datos para crear perfiles psicográficos (personalidad, estilo de vida, intereses, aficiones, valores, etc.) de los votantes del Brexit y las elecciones presidenciales de EE. UU., que sirvieran para determinar las tendencias electorales, y, si fuera necesario, cambiarlas.
Nuestro país no está exento de estas prácticas, ya que existen diversos casos registrados en las últimas dos campañas federales, que si bien, no son iguales a las estadounidenses, usan sus propios métodos para medir y controlar la opinión pública. Uno de los grandes ejemplos es el del hacker venezolano Andrés Sepúlveda, que afirmaba tener en 2012, un ejército mayor a 30 mil cuentas automatizadas en Twitter, que utilizaba para crear tendencias y conversaciones; al respecto, Sepúlveda decía en una entrevista para Bloomberg que "(...) mi aporte era entender que los votantes confiaban más lo que creían, eran manifestaciones espontáneas de personas reales en redes sociales que en los expertos que aparecían en las televisión (...) pero también me di cuenta que las personas creen más a lo que dice internet que a la realidad, descubrí que tenía el poder de hacer creer a la gente casi cualquier cosa" Este panorama, de entrada, resulta terrorífico ¿será que alguna vez me vi influenciado por estas miles de cuentas para seguir una tendencia? ¿qué pasará si me opongo a esta fuerza omnipotente, mi imagen pública quedará manchada sin siquiera poder defenderme?.
Este panorama no le es ajeno al Movimiento Antorchista, ya que en sus 45 años de vida, se ha enfrentado a cientos de casos parecidos al querer oponerse a fuertes y poderosos intereses políticos, que solo con mover un dedo, movilizan a sus periodistas o medios de comunicación para hablar en contra de nuestro movimiento, sin embargo, ahora la táctica ha cambiado gracias a las redes sociales, ya que se hace creer que el "pueblo bueno" es el que rechaza y acusa al antorchismo de crímenes de corrupción, enriquecimiento ilícito y hasta de homicidio o huachicoleo; en este caso, los medios y cuentas allegados a Morena se han hecho expertos en difundir y crear esta información de dudosa procedencia, que, por más absurda que parezca, sigue siendo difundida y comentada por un gran sector de la población, que pretende masificar la percepción negativa sobre el antorchismo sembrada por AMLO para aislar e incluso encarcelar a sus dirigentes.
Personajes como los "Youtubers unidos", un grupo de pseudoperiodistas partidarios del presidente López Obrador, han hecho de estas prácticas su modo de vida, puesto que basta con que den su palabra en garantía, para que Twitter y Facebook se llenen de insultos y vituperios en contra de Antorcha y su dirigencia nacional; claro que esto no lo logran ellos solos, ya que existe una red gigantesca al servicio de la 4T, denominada la Red Amlove, que su única función es hablar a favor del presidente, o descalificar a sus contrincantes. Sus principales exponentes, como Epigmenio Ibarra o el medio Sin linea Mx, son, curiosamente, las fuentes de donde surgen los ataques contra el antorchismo, seguidas por miles de cuentas falsas que sirven de sus difusores.
Esta red fue ampliamente investigada en un reciente estudio del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), con motivo de los primeros meses del gobierno morenista. Ahí se describe de manera precisa su funcionamiento y dimensiones, además de los terribles efectos que produce en la población y hasta en la libertad de expresión en nuestro país. Ya que en sus ataques, suelen actuar de forma violenta y amenazante en contra de cualquiera que difunda información que discrepe con el presidente, además, "(..) producen un cerco coercitivo en relación con la información u opiniones críticas hacia a AMLO, de modo que a éstas les resulte cada vez más difícil producirse, sin esperar las represalias de la red".
He aquí la democracia de las "benditas redes sociales", como suelen ser llamadas por el Presidente; un instrumento que prometía ser el nuevo faro de la democracia, es supeditado -como los medios de antaño-, a los intereses políticos de una pequeña minoría, con la diferencia de que este control de masas es más invisible que antes, ya que nos hacen creer que nosotros controlamos lo que vemos, pensamos y hacemos, puesto que tendemos a pensar que entre más personas estén hablando de algo, más probable es que sea cierto, a pesar de que el mensaje sea falso y provenga de una sola persona.
¿Entonces, no hay solución ante este problema? ¿La solución es dejar inmediatamente el mundo digital y huir?
No. La terca realidad -como solía decir Lenin-, es la que puede más que una simple ilusión; y esa realidad se encuentra en el pueblo, los millones de mexicanos que día a día sufren de hambre y de miseria, los que ya se han dado cuenta que el proyecto morenista no es una opción viable para dirigir este país y aquellos cuyo único delito sea pensar o tener una propuesta diferente a la 4T; ellos, guiados por el Movimiento Antorchista, demostrarán con los hechos, haciendo notar su gran número en las redes sociales, que valen más que millones de quimeras y mercenarios digitales hechas a modo para alimentar el ego de un falsos redentores.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario