MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La paz o la guerra

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Como si el campo de batalla se hubiera trasladado a las ciudades, vemos cómo todos los días se cierra el cerco y el ICE (por sus siglas en inglés, Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos) arremete contra ciudadanos indefensos que, por las mañanas, salen a su trabajo, relatan en los videos, como lo han hecho durante años, pero ahora se han encontrado con verdaderos energúmenos que, a propósito, los tiran al suelo, forcejean con ellos y los maltratan para colocarles las esposas.

Con su supuesto combate a los cárteles de la droga y a los países donde argumenta que se conspira contra los Estados Unidos, se ha dedicado a declararlos terroristas para contar con el argumento legal de combatirlos.

Son las ciudades de Estados Unidos de Norteamérica, escenarios de dolor, de llanto y desesperanza; la narrativa habla de tiempos mejores, idos, de cuánto esfuerzo y trabajo costó llegar, emplearse a fondo, construir por años una vida, la cual se trastoca en minutos, qué digo, minutos, segundos, ante el arresto, el maltrato por hombres armados que se creen y así actúan, superiores.

Contrasta que las familias hablen de tiempos mejores, pues todo esto que se está haciendo en los Estados Unidos de Norteamérica es, según lo dijo su presidente, por segunda ocasión, Donald Trump, para volver a hacer América grande, ¡mejor! Y pueda volver a proporcionar a su pueblo trabajo, bienestar, alegría. Pero lo que hay es tristeza, llanto, nostalgia y arrepentimiento por haber emitido su voto a favor de Trump.

Lo mismo sucede con su política arancelaria, con la cual pretende recuperar recursos que, según él, le roban los otros países, además de hacer retornar al país a las empresas que se han ido a otros países, donde pagan salarios de hambre, abaratando la producción de automóviles que, al transportarlos y realizarlos (venderlos) en los Estados Unidos a altos precios, obtienen grandes ganancias.

Lo que ha logrado es encarecer toda mercancía, la reducción del salario y, nuevamente, sufrimiento ante la falta de ingreso, pérdida de inversión, cierre de negocios.

Con su supuesto combate a los cárteles de la droga y a los países donde argumenta que se conspira contra los Estados Unidos, se ha dedicado a declararlos terroristas para contar con el argumento legal de combatirlos; esto también le ha permitido incrementar la venta de armas de todo tipo, con el pretexto de salvaguardar a su país.

El apoyo a los conflictos (guerras) existentes y la apertura (agresión, amenaza) a otros países que no se someten a su hegemonía es también el pretexto perfecto para obligar, sí, obligar a estos países a aumentar sus presupuestos autorizados para la compra de armas por sus respectivos congresos. Armas que Estados Unidos les vende, pues su otro problema es que es el país más endeudado de la tierra, pues debe tres veces más el valor de su producto interno bruto.

Trump ha tenido que recurrir a eventos mediáticos que muestren que va ganando “La guerra”. El ataque mediático, televisado hace unos meses a las instalaciones donde se fabricaba la bomba en Irán (según dijo), utilizando sus aviones de nueva generación, que son invisibles, pues no los detectan los radares. Pero, según se dijo, dichas instalaciones no contenían lo que se perseguía o atacaba (sic).

La presentación por cadena nacional, en horario estelar, del cambio de nombre al Departamento de la Defensa por el nombre actual de “Departamento de Guerra”. Es todo esto el intento del imperio estadounidense por prevalecer, por continuar expoliando al pueblo trabajador de su país y a las demás naciones en el mundo.

Por todo ello, los eventos del pasado 2 y 3 de septiembre en China, donde se reunieron 26 líderes mundiales, entre los que se encontraban China, Rusia, Corea del Norte, India y Cuba, en el gran desfile militar de la conmemoración del 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa, hablaron de paz, colaboración en un nuevo orden mundial, de respeto que permita el desarrollo armónico de todos los pueblos.

Resurge la esperanza de parar a los belicistas. La población que representaron estos líderes rebasa los 4 mil millones: la mitad de la población mundial, que se calcula en 8 mil millones. Tomando en cuenta que varias de las naciones principales no solo tienen una cantidad importante de población, también están al frente de la producción.

Los antorchistas y el pueblo trabajador de nuestro país debemos aprender no sólo de la valentía, entrega y resolución del pueblo chino y del pueblo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (en ese tiempo), sino de la valentía, entrega y resolución del pueblo chino y ruso actual, así como de sus líderes: Xi Jinping y Vladímir Putin.

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