La población del Estado de Tamaulipas es de 3 millones 100 mil personas y se distribuyen en 14 mil 377 localidades menores a 2500 habitantes y en 50 mayores a esta población (Inegi, 05, marzo, 2020) comparando un periodo de dos años 2016-2018, el Coneval informa en su boletín Núm.10 del 05 de agosto del 2019, que el número de personas en situación de pobreza fue de 1 millón 200 mil, y tuvo un incremento en los dos años de 2.9%, y la población, en pobreza extrema fue de 121 mil 812 personas, también con un incremento de 0.4%.
Se reporta una mejora en tres tipos de carencias: 1) Acceso a la alimentación; disminuyó 2.5% (de 19.2 a 16.7%), debido a que más hogares presentaron seguridad alimentaria y disminuyó el porcentaje de hogares que presentaron un grado de inseguridad alimentaria leve y moderada. El dato nos informa de un decremento, en este caso una mejoría en el número de gente que carece de alimento. Y si bien se podría argumentar que éste no es significativo, es un avance. 2) Por acceso a los servicios de salud: disminuyó 0.8% (de 12.8 a 12.0%) debido a que más personas recibían atención, sobre todo por el Seguro Popular. Y 3) por acceso a los servicios básicos en la vivienda disminuyó un 0.8% (de 9.7 a 8.9%) debido a tener agua dentro de la casa o terreno, drenaje, red pública, electricidad y combustible para cocinar.
Pero el gusto si es que lo hubo, duró muy poco, ya que la enfermedad del covid-19 ha venido a desnudar la realidad a presentarla sin maquillaje y hacer visible la miseria, el sufrimiento y el olvido del pueblo humilde trabajador, y la indolencia, demagogia y engaño de políticos y gobernantes, pues ha venido a aumentar la carencia de alimento, de salud y la de servicios básicos de la vivienda entre la población tamaulipeca, entre los mexicanos en general y en el mundo entero, es ya una situación catastrófica y se ha recrudecido la falta de alimentos conforme se extiende el virus por todo el planeta.
El mismo comunicado informa que la población con un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingreso se incrementó 6%, pasó de 1.5 millones de personas (42.3%) a 1.8 millones (48.3%) y los que su ingreso es inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos su incremento fue de 3%, pasó de 433, 695 (12.1%) a 555,499 (15.1%). Si sumamos estas cantidades tendremos 2 millones 355 mil, casi el 70%. A esto hay que agregar la disminución en estos dos años en el porcentaje de las tres carencias restantes: 4) Rezago educativo, tuvo un aumento de 0.1% (pasó de 14.3 a 14.4%). 5) por acceso a la seguridad social, un aumento del 1.1% (pasó de 42.3 a 43.4%), y 6) por calidad y espacios de la vivienda, tuvo un aumento de 1.3% (pasó de 6.4 a 7.7%).
Esto llevó a que el número de carencias promedio de la población en situación de pobreza se mantuviera en 1.9%. De igual forma, el número de carencias sociales promedio de la población en situación de pobreza extrema en 3.5%.
Estos datos de los derechos fundamentales de las personas medidos por el Coneval a través de los seis derechos sociales: educación, salud, seguridad social, vivienda calidad y espacio, vivienda servicios básicos, y alimentación, así como del bienestar económico medido a través de satisfactores adquiridos con los recursos monetarios de la población y representados por las líneas de bienestar y bienestar mínimo, a 14 meses de su procesamiento se han trastocado por una dura, terrible y compulsiva realidad que vive la humanidad. Sí, el hombre en su conjunto, desde uno a otro confín, el apocalipsis es una caricatura comparado con lo que presenciamos, vivimos y sufrimos los hombres del Siglo XXI.
No hay manera de permanecer ecuánime cuando lo único que se escucha es un absurdo para quiénes vivir significa salir a trabajar, pues no tienen ningún ingreso, ni prestación que les permita obtener, lograr el sustento para la familia, numerosa en la mayoría de los hogares humildes, cómo puede dejar de salir a "gritarle a los frijoles" como decía un señor que escuchaba en el mercado de "La Merced", cuando como estudiante acompañaba a mi tía para ayudarla a comprar la verdura que vendía en la Colonia Olivar del Conde en la Delegación álvaro Obregón del antiguo CDMX (DF) donde vivíamos. Cuando por su enfermedad no acudía y no había que vender entonces tampoco había que comer, pues vivía al día.
Al día vive Doña Socorro que vende tamales y Don Pablo que vende fruta, y Don Aurelio que vende periódico y Carmelo que vende paletas y bolis, y Don Manuel qué es bolero y Doña Eduviges que vende nopales y.... Son 31.1 millones de trabajadores en el sector informal en el país, y en Tamaulipas el 46.2% de la población ocupada más de 800 mil. (Inegi, encuesta nacional del empleo 2019) a ello sumamos el 3.6% de desempleo al tercer trimestre de 2019. 560 mil (39.0%) que estaban ocupados en micronegocios, 239 mil (16.6%) lo hacían en establecimientos pequeños; 145 mil (10.1%) en medianos, 325 mil EN establecimientos grandes, y 168 mil (11.7%) en otro tipo de unidades.
A dónde irán miles de ellos, y los desempleados, la tasa de desempleo que en el país fue de 3.7% mientras que en Tamaulipas se había bajado a 3.4%, pero, ahora miles se han quedado sin empleo. Todos ellos requieren llevar que comer a sus familias por eso se ve movilización de todos los gremios: transportistas de turismo, microbuseros, taxistas, choferes, meseros, músicos, colonos, campesinos, el hambre arrecia, la desesperación cunde, por ello, urge un plan nacional de distribución de alimentos para todos.
Organicémonos y exijámoslo al Gobierno federal, es por Tamaulipas, es por México.
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