MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La escuela te extraña, un absurdo de la 4T

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La reciente propuesta de Mario Delgado, actual titular de la Secretaría de Educación Pública, llamada “La escuela te extraña”, confirma que el sistema educativo mexicano sigue secuestrado por la improvisación y el oportunismo político.

El nombre suena tierno, casi ingenuo, pero detrás de esa frase publicitaria se esconde una de las ideas más absurdas y ofensivas para el magisterio nacional: responsabilizar a los maestros de resolver la deserción escolar que el propio Estado ha provocado.

La deserción escolar no es un accidente social; es una política de Estado, una consecuencia de décadas de abandono educativo, de recortes presupuestales, de desprecio por el magisterio y de gobiernos que prefieren a la población desmovilizada antes que educada.

¿Cómo puede alguien que jamás ha sido maestro, que no conoce un aula ni la realidad de una escuela pública, y cuya trayectoria se limita a la manipulación política, estar al frente de la SEP?

El simple hecho de que Mario Delgado dirija la educación nacional es una ofensa a millones de docentes que han entregado su vida al servicio educativo. Sus ocurrencias, como este programa, son prueba irrefutable de ello.

Nadie niega que el problema exista y que urge ser atendido, pues según datos oficiales de la SEP, 864 mil estudiantes abandonaron la escuela durante el ciclo 2024-2025, de los cuales 639 mil pertenecen al nivel medio superior. En promedio, uno de cada diez jóvenes deja el bachillerato, pero este fenómeno no se debe a “falta de acompañamiento” ni a “desinterés” de los maestros.

El abandono escolar es consecuencia directa del modelo neoliberal que aún impera en México, un sistema que ha convertido la educación en privilegio y no en derecho.

Los jóvenes dejan la escuela porque sus padres no pueden sostenerlos, porque la educación “gratuita” cuesta: uniformes, transporte, materiales, cuotas; porque tienen que trabajar para sobrevivir, porque no existen becas suficientes, y porque vivimos en un país donde la prioridad no es un pueblo preparado, crítico y consciente, sino uno que acepte sueldos miserables, jornadas extenuantes y condiciones laborales inhumanas sin protestar.

Así, la deserción escolar no es un accidente social; es una política de Estado, una consecuencia de décadas de abandono educativo, de recortes presupuestales, de desprecio por el magisterio y de gobiernos que prefieren mantener a la población desmovilizada antes que educada.

El abandono escolar no se resuelve con buena voluntad, sino con políticas públicas integrales. Los jóvenes no dejan la escuela porque los maestros no los busquen, sino porque no tienen recursos para transportarse, porque deben trabajar, o porque la escuela no ofrece las condiciones mínimas para permanecer en ella.

Frente a esa realidad, “La escuela te extraña” resulta una burla. Mario Delgado propone que los docentes “busquen” a los alumnos que abandonaron las aulas, los visiten, los persuadan y los acompañen. Yo pregunto: ¿con qué recursos? ¿Con qué tiempo? ¿Con qué garantías de seguridad?

El programa no ofrece transporte, no contempla horas extra, no asigna presupuesto y, por si fuera poco, pretende que los maestros hagan trabajo social fuera del aula sin recibir un solo peso a cambio.

Mario Delgado pretende que los docentes sustituyan lo que el Estado no hace: crear empleos, otorgar becas suficientes, mejorar los planteles y garantizar condiciones dignas. En palabras simples: la SEP busca resolver un problema estructural con voluntarismo y discursos vacíos.

No se necesita ser pedagogo para ver el fondo de esta maniobra. Mario Delgado no busca fortalecer la educación; busca fortalecer su imagen. Su programa carece de diagnóstico, metodología y respaldo presupuestal; pero cumple una función política: mostrar al nuevo secretario “activo”, “cercano” y “sensible” de cara al escenario electoral. La educación, otra vez, convertida en instrumento propagandístico.

El magisterio mexicano ha demostrado durante décadas su compromiso con la nación. A pesar de los bajos salarios, de la represión y del abandono institucional, los maestros sostienen el sistema educativo con su trabajo diario.

Por eso es urgente que hoy levanten la voz: para rechazar tajantemente esta política de simulación, exigir recursos reales para combatir la deserción, denunciar la sobrecarga laboral disfrazada de “acompañamiento” y para reclamar que la SEP sea dirigida por educadores, no por políticos oportunistas.

“La escuela te extraña” no es una política educativa; es una ocurrencia neoliberal disfrazada de sensibilidad social. Es el intento de un político sin formación docente por simular trabajo donde sólo hay improvisación y, sobre todo, es una muestra más de cómo el sistema, aunque se pinte de “cuarta transformación”, sigue sirviendo a los intereses del capital, no a los del pueblo.

El pueblo trabajador y el magisterio deben mirar con claridad: mientras la educación siga en manos de quienes no la entienden ni la respetan, no habrá futuro digno para nuestros jóvenes. Por eso, frente a este absurdo, no basta con indignarse: hay que organizarse, resistir y exigir una educación nacional verdaderamente popular, científica y humana. 

Porque no, señor Delgado: la escuela no extraña a los alumnos… lo que México extraña es una Secretaría de Educación sin politiqueros ni farsantes.

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