Hace algunos días, los antorchistas realizamos un mitin en Casa Morelos, solicitando respetuosamente y con apego a derecho, una audiencia con el gobernador, Cuauhtémoc Blanco Bravo y su gabinete, con el objetivo de pedir soluciones a los problemas planteados en el pliego petitorio estatal 2019, que de principio a fin, relata y enumera obras y servicios de primer orden en más de 250 colonias y comunidades del estado. Lo hacemos bajo el amparo del artículo 8 constitucional, vigente hasta el día de hoy, que enuncia la libre petición y solución a las demandas de cada mexicano.
Para nuestra suerte, el mitin no se prolongó, puesto que un funcionario público, colaborador de la dirección general de gobierno, nos indicó que el señor gobernador no se encontraba presente por motivos de agenda, pero que para dar avances al documento proponían una reunión ese mismo día con el titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y sus colaboradores. Afortunadamente así fue. Una docena de integrantes del Movimiento Antorchista nos dimos cita en las instalaciones de la Secretaria, donde fuimos recibidos por el secretario de la dependencia, el ingeniero Guillermo Rubalcaba, hombre que ha ostentado diferentes cargo públicos y para el cual, el pueblo morelense ha sido testigo de la lucha tenaz y valiente que ha sostenido por defender los derechos humanos en el estado.
El señor secretario, atendiendo sus responsabilidades como servidor público, escuchó nuestras peticiones, nuestras demandas, lo que piden los campesinos organizados libremente en Antorcha, que no es otra cosa que insumos y desarrollo para sus huertos y siembras. Después de escucharnos, argumentó detalladamente cuáles serán las bases y metas de su administración y cuáles serán los mecanismos para dar pronta solución a los problemas del campo morelense. Al referirse a esto, argumentó que todos los programas, proyectos, insumos, etcétera, los recibirá el campesino de manera directa, sin ninguna clase de intermediarismo de persona u organización, debido a la política impulsada por el gobierno federal y su convicción de ideales.
Parece que por fin las autoridades estatales darán la importancia que se merece al campo morelense: muy abandonado por todas las instancias de gobierno local y federal anteriores. Nos da mucho gusto que las demandas de los morelenses -miles de ellos antorchistas-, se resuelvan y sé den muestras de voluntad política para resolver asuntos de su competencia. No obstante, conviene decir que los antorchistas no estamos en contra de esa política anti intermediarismo que sostienen los gobiernos en turno, las actividades de gestoría que ha impulsado el Movimiento Antorchista desde su nacimiento en dependencias públicas de todos los niveles, buscan encontrar resonancia a problemas reales de cada pueblo y cada comunidad, como lo trasluce nuestro pliego petitorio, donde se enumeran demandas, necesidades y problemas a resolver, en pueblos y comunidades marginadas y olvidadas.
Para poner un ejemplo, nos remontamos a los problemas de desabasto de agua en la región de los Altos de Morelos donde más de 8 mil familias en los municipios de Ocuituco, Totolapan y Tlalnepantla no cuentan con agua potable, según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) 2017, problemas que están a la orden de la realidad objetiva en el estado. Por tanto, el móvil de nuestra organización siempre ha sido y será organizar a los pueblos en busca de mejorar su calidad de vida. El mecanismo y las políticas públicas no son del interés de nuestro movimiento. Hemos dicho una y otra vez que los gobiernos solucionen los problemas sociales, no pedimos que nos den dinero a nosotros directamente, nunca lo hemos hecho ni pedido, es más, dejamos claro que el gobierno tiene que ir directamente a entregar los insumos, - como lo ha hecho siempre- , con lista en mano y solicitando documentos oficiales para validar sea el beneficiario. Por tanto, el secretario puede estar completamente seguro de que lo que Antorcha busca es que se solucionen los problemas reales en los pueblos y no, como se ha dicho, que los líderes manejen los recursos, insistimos, ese nunca ha sido el móvil de los antorchistas.
Gracias a la organización de los pueblos en Antorcha Campesina, se han transformado pueblos enteros como Tecomatlán y Huitzilan de Serdán en el estado de Puebla. Sólo por poner un ejemplo; hemos cambiado la vida de millones de mexicanos, por tanto, nada ni nadie, por más poderoso que sea, puede negar nuestro derecho 9 de libre agrupación y asociación consagrado en la Carta Magna, si lo hace, estará violando el estado de derecho. Los antorchistas tenemos a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de nuestro lado, si alguien se atreve a violar nuestros derechos, los antorchistas sabremos defendernos bajo el amparo de la ley, tenemos derecho a exigir solución a los gobiernos, ninguna campaña mediática podrá disolver nuestra lucha, así que compañeros campesinos, sigamos trabajando por nuestros pueblos y comunidades, tenemos derecho a exigir una vida digna de ser vivida.
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