El próximo sábado 25 de octubre se realizará en todos los estados del país la III Jornada Nacional de Declamación, impulsada y realizada por el Movimiento Antorchista Nacional. Pero, con tantos problemas que existen y aquejan ahora a los mexicanos, como la reciente tragedia de las inundaciones, o la terrible inseguridad que padecemos desde hace años los mexicanos, que ya hasta nos parece normal por lo cotidiano y permanente, la modificación de las leyes que cada vez deja más indefenso al mexicano de a pie frente al poder, o las desastrosas condiciones económicas de las familias que, en los hechos, ven cada día más reducida la cantidad de productos de la canasta básica que pueden adquirir con su mísero salario, etcétera, se vuelve necesaria la pregunta: ¿por qué ocuparnos del arte?
La cultura y el arte son no sólo importantes sino necesarios, porque los pueblos cultos son pueblos críticos, exigentes, que saben respetarse a sí mismos y saben exigir respeto a sus gobernantes, a sus políticos y a su clase empresarial.
Porque, junto a la esclavitud material, asalariada, de las inmensas mayorías en los países de economía capitalista como el nuestro, se encuentra, sin duda, la esclavitud ideológica, del espíritu, de las ideas; que es tan importante y fundamental para la permanencia de aquella que se implementan políticas de Estado y se gastan carretadas de dinero, verdaderas fortunas de la autollamada iniciativa privada, en campañas, modas y tendencias con tal de hacer que el pueblo permanezca sometido y conforme con ese sometimiento, mientras se la pase embebido, alejado de la realidad cotidiana y viviendo en una realidad paralela aparentemente perfecta como la del ciberespacio, las comedias y telenovelas, el cine o el futbol, donde todo mundo es feliz y no existen las preocupaciones ni las necesidades cotidianas, y menos las contradicciones sociales de clase con intereses contrapuestos, porque unos trabajan y crean la riqueza social, pero no pueden gozarla, mientras otros la acaparan y disfrutan sin trabajar.

Por eso la cultura y el arte son no sólo importantes sino necesarios, porque los pueblos cultos son pueblos críticos, exigentes, que saben respetarse a sí mismos y saben exigir respeto a sus gobernantes, a sus políticos y a su clase empresarial, de manera que todos ellos cumplan el papel que les corresponde y den a la sociedad aquello que ésta merece, necesita y demanda.
Mucha gente piensa que no debe hablársele de cultura y arte al pueblo, como la literatura, la música, la poesía, la pintura, etcétera, porque eso no le importa, que a él sólo le gustan la comida, las borracheras y el futbol, y que todo el que se lance a la aventura de querer educar al pobre, al trabajador, está perdiendo el tiempo.
Pensar así, además de ser muy ligero y superficial, es del todo injusto para el pueblo, porque es dudar de su capacidad para absorber la cultura y la educación, de su capacidad para aficionarse a las grandes y elevadas cosas del espíritu, a las grandes ideas, a los elevados valores y sentimientos del hombre.

El Movimiento Antorchista Nacional sostiene, por el contrario, que los pueblos pueden aprender, se pueden educar, se pueden elevar sobre su pobreza espiritual y material y llegar a ser realmente grandes; por eso hace y por eso promueve entre el pueblo la cultura y el arte.
México (válgase el anacronismo) ya fue, en la época precortesiana, la civilización más grande, más profunda y más desarrollada del continente americano, pero esto se acabó por la terrible poda cultural y de todo tipo que significó la conquista para nosotros. Si ahora somos un pueblo de segunda, si somos una economía rezagada, dependiente y profundamente injusta, eso no se debe a la incapacidad del pueblo de México, sino a 300 años de conquista y 200 años de gobiernos que han hecho de todo menos desarrollar como se debe a esta patria que pertenece a los mexicanos.

Es necesario, desde mi punto de vista, tener presente que perder la capacidad de asombro y normalizar las malas circunstancias y la podredumbre social actual es adormecer la conciencia y eliminar el espíritu crítico de los seres humanos, lo cual obnubila y atrofia. Por eso educar al pueblo es necesario, entendiendo como “educar” el hacer que la gente piense y analice correctamente su realidad para que, a su vez, se decida a transformarla.
Y hablar de cultura, de arte, y practicarlos con el pueblo es hacer del pueblo mexicano un pueblo crítico y demandante de una sociedad mejor. Bienvenida la Jornada Nacional de Declamación 2025, del Movimiento Antorchista Nacional.
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