En un comunicado emitido por el Servicio Meteorológico Nacional, el pasado mes de mayo, se dio a conocer que el período de ciclones en nuestro país comenzaría el 15 de mayo y finalizará el próximo 30 de noviembre de 2017. El pronóstico es que se formarán 12 tormentas con nombre, cinco huracanes y tres grandes huracanes, es decir, categoría tres o más, con vientos superiores a los 177 kilómetros por hora. En esta temporada, los ciclones llevarán como nombres: Adrián, Beatriz, Calvin, Dora, Eugene, Fernanda, Creg, Hilary, Irwin, Jova, Kenneth, Lidia, Max, Norma, Otis, Pilar, Ramón, Selma, Todd, Verónica, Wiley, Xina, York y Zelda (Excélsior, 15 de mayo de 2017)
Pues bien, hasta el momento en que se escriben estas líneas, han pasado los siguientes: Adrián, Beatriz y Calvin. Los daños que se han cuantificado hasta el momento son inundaciones en casas habitación, destrozo en tramos carreteros, derrumbes de cerros, casas dañadas en sus techos, comunidades sin energía eléctrica, y el deceso de más de 5 personas, además de otras cuantiosas pérdidas.
Todo esto ha provocado la declaratoria de desastre para 129 municipios de Oaxaca, así como la suspensión de clases en regiones como la Costa, Istmo y Sierra Sur. Y para todo ello el gobierno de Oaxaca ha reaccionado con la instrumentación de un "sorprendente operativo" para brindar la atención a la ciudadanía afectada, que va desde visitas de funcionarios a las zonas afectadas, así como compartir el pan y la sal, entrega de víveres, etc.; en dichos actos se han comprometido a brindar "todo el apoyo para regresar a la normalidad las condiciones de vida".
Recientemente, la prensa documentó la reacción que mostró la directora de un preescolar en la ciudad de Tlaxiaco, cuando a su institución acudió el titular de la Secretaria de Desarrollo Social y Humano de Oaxaca (SEDESOH), el cual se comprometió a brindar todo el recurso necesario para mejorar la infraestructura de dicha escuela, a lo cual la profesora reviró pidiendo que la visita no fuera solo para tomarse la foto y nada más.
No es la primera vez en que la gente reacciona de esa manera. Sobre todo porque las instancias de gobierno implementan dichos operativos y el mismo discurso siempre, pero en los hechos no hay tal apoyo y mucho menos, "regresos a la normalidad en la vida de la ciudadanía". Todo se vuelve populismo y nada más.
Si bien es cierto que la temporada de lluvias aun no finaliza y, por tanto, no podemos hacer una evaluación certera del apoyo brindado por parte de los gobernantes a los cientos de familias afectadas, lo cual nos permitiría juzgar a tal o cual gobierno.
Por el bien de las familias afectadas, la mayoría, por cierto, de escasos recursos económicos, de comunidades apartadas, sin trabajo, etc., esperamos que la palabra de los gobernantes se cumpla.
De no ser así, quedará demostrado, nuevamente, que los poderosos una vez utilizado el voto de la gente para llegar al poder, no gobiernan pensando en el pueblo y brindar todo el apoyo necesario para mejorar la difícil situación en que se encuentran más de cien millones de mexicanos, situación que no sólo afrontan en estas temporadas, sino día a día, al dar el pan a sus hijos, al vestirlos, calzarlos o curarlos de alguna enfermedad.
Y por otro lado, el pueblo pobre de Oaxaca y de México entero, aprenderá una vez más, que si quiere mejorar sus condiciones de vida, las cuales le permitan afrontar no solo las lluvias, sino todos los fenómenos que aquejan a los menesterosos todos los días del año, tales como la falta de empleo, los bajos salarios, los altos impuestos y la falta de obra pública que permita el progreso de las comunidades, será posible siempre y cuando la clase política que gobierna sea otra; una emanada de las entrañas del pueblo mismo; una que conozca sus padecimientos, sus sacrificios y todo lo necesario para poder dar respuesta fiel y consecuentemente, en favor de las mayorías, lo cual se logrará cuando el pueblo pobre de México se organice como un solo hombre y con un solo ideal, tal como lo plantea el Movimiento Antorchista Nacional.
Esa y ninguna otra, es la verdadera esperanza de los más de cien millones de mexicanos que viven actualmente, en situación de pobreza.
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