Ante cualquier abuso de autoridad que atropella las garantías individuales se debe alzar la voz, más cuando se aportan pruebas para comprobar el vil acto y las autoridades responsables de impartir justicia hacen caso omiso, se comportan indiferentes y actúan en complicidad con los agresores, obligando a las víctimas a tocar puertas en otras instancias de gobierno y eso se hizo en Oaxaca, el 13 de agosto, donde los jóvenes dirigentes de la FNERRR y del Movimiento Antorchista se acercaron a las oficinas del ejecutivo de esa entidad a solicitar su pronta intervención, pero las encontraron cerradas y con vigilancia policial, obligándonos a concluir que en tales actos flagrantes se actúa en complicidad, por indicación y visto bueno de una parte del poder estatal, para que los grupos delincuenciales puedan amenazar, agredir y despojar a los estudiantes de los inmuebles que habitaban con todos los permisos de la ley.
Si las autoridades tuvieran tantita sal en la mollera deberían apoyar en todo lo necesario a los albergues estudiantiles y construir nuevos en todo Oaxaca.
Por ello, sabedores de la impunidad que protege a todos esos agresores y el silencio sepulcral de las autoridades estatales, no nos queda más que denunciar por todo el país los atropellos que hasta el día de hoy hemos sufrido.
El primer acto se cometió el 26 de abril: los policías de Miahuatlán de Porfirio Díaz, por órdenes del alcalde César Figueroa Jiménez, desalojaron ilegal y violentamente a los estudiantes que vivían en el Albergue Estudiantil “Juan Manuel Celis Ponce”. Después de muchas mesas de diálogo fallidas, sin respuestas claras y una sarta de altanerías por parte de las autoridades, los estudiantes fenerianos y los antorchistas decidimos iniciar una nueva campaña de denuncia y la respuesta agresiva del gobierno fue inmediata: enviar a un comando para infundir terror en los estudiantes oaxaqueños.
El segundo acto se cometió el 5 de agosto por la noche: más de veinte hombres encapuchados y armados que se transportaban en camionetas todoterreno irrumpieron ilegalmente en el Albergue Cultural y Estudiantil “Villas de Monte Albán” en la capital oaxaqueña, donde los videos muestran los golpes y patadas brutales que dieron a los universitarios.
Ambos albergues han brindado desde hace décadas hospedaje, alimentación, actividades culturales y deportivas a jóvenes estudiantes de escasos recursos que vienen de zonas rurales alejadas de la capital en busca de un espacio a bajo costo porque sus padres no tienen la posibilidad económica para pagar una renta costosa de un inmueble.
Por ello, estos dos actos intimidatorios tienen el propósito claro de sembrar un ambiente de terror, miedo y amedrentamiento para acallar la voz de los estudiantes y que dejen de luchar para defender sus albergues estudiantiles, que con gestión, lucha y esfuerzo han construido.
Haciendo uso de nuestros derechos constitucionales de libertad de asociación y manifestación, la dirigencia nacional de la FNERRR y el Movimiento Antorchista Nacional, acompañados de grupos de estudiantes y colonos, asistieron los días pasados a las oficinas del Gobierno del estado y al encontrarlas cerradas dejaron ver un claro mensaje: todos los actos viles en contra de nuestros compañeros se ejecutan bajo el amparo que sale desde el palacio de gobierno, no se puede interpretar de otra forma el comportamiento del ejecutivo oaxaqueño.
Por ello, no debemos permitir por ningún motivo que algunos funcionarios estatales y municipales en Oaxaca, por sentirse protegidos o respaldados por las altas esferas del poder estatal y la delincuencia oficial, se atrevan a torcer la ley y pisotearla, amenazando y agrediendo a jóvenes moradores de ambos albergues.
Todas las voces de los mexicanos buenos deben unirse para repudiar en Oaxaca y en cualquier otro lugar del país, donde las autoridades de cualquier nivel de gobierno con toda impunidad se atrevan a pisotear los derechos de los estudiantes.
Si las autoridades tuvieran tantita “sal en la mollera” deberían apoyar en todo lo necesario a los albergues estudiantiles y construir nuevos en todo Oaxaca. Si algo falta en ese estado son espacios donde los jóvenes universitarios que vienen de zonas alejadas tengan lugares a bajo costo y con condiciones mínimas para vivir.
Estos actos inaceptables son una prueba más de los graves errores que están cometiendo los gobiernos de la 4T y que todos estamos obligados a analizar para no caer en la trampa de sus discursos oficiales demagógicos. Por ahora nos han obligado al camino de la denuncia y la lucha.
Como si en esa entidad no bastaran las graves consecuencias que deja la alta marginación, la pobreza lacerante, los altos índices de inseguridad, el rezago educativo, la carencia de servicios básicos, el pésimo servicio de salud y problemas sociales que lastiman a la mayoría de los oaxaqueños.
Así que, compañeros fenerianos y antorchistas oaxaqueños, deben saber que no están solos. Desde Sonora alzamos la voz en defensa de su causa y pedimos un alto a los atropellos de sus derechos. Aquí estamos, puestos y dispuestos para apoyarlos cuando así lo soliciten.
¡Adelante compañeros: nuestra lucha es justa y vamos a triunfar!
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