El pasado 19 de octubre se cumplió un mes de que ocurriera el sismo de 7.1 grados de magnitud que cimbró con más fuerza a la capital del país, Puebla y Morelos, dejando un saldo a su paso de 355 personas fallecidas: 214 en la Ciudad de México, 74 en Morelos, 45 en Puebla, 15 en el Estado de México, 6 en Guerrero y una en Oaxaca , además de 1900 heridos.
Este sismo ocurrió a tan solo una semana después de otro terremoto de magnitud 8.1 catalogado como el más fuerte en cien años. Según datos oficiales los damnificados ascienden a 25 mil personas y se estima que 180,731 viviendas sufrieron daños, de las cuales 50,610 registran daños totales.
Tas sólo en la Ciudad de México 38 edificios colapsaron con el siniestro, 500 inmuebles tienen "código rojo" pues aunque no colapsaron tendrán que se demolidos, ya que este sismo los dejó inservibles, incluidas siete escuelas, mil 308 con "código amarillo" y nueve mil 095 con "código verde".
Con esta desastre natural salió a la luz una capa de corrupción en la capital, fraude homicidio culposo, negligencia y hasta robo, que deben ser investigados por la Procuraduría General de Justicia (PGJCDMX), por lo que se han presentado denuncias penales por estos cargos contra directores de obra, ante la sospecha de que incurrieron en anomalías que ocasionaron el derrumbe de edificios y con ello la muerte de seres humanos.
Todo esto que ha salido a la luz no es más que un sinfín de delitos que se cometen al amparo de funcionarios públicos coludidos con los grandes inversionistas, que construyen sus edificios sin ninguna vigilancia y utilizando materiales de ínfima calidad, y aquí están los consecuencias tan terribles, porque ahora hay miles de damnificados tanto en zonas de gran plusvalía, así como en comunidades en las distintas delegaciones que de poseer muy poco pasaron a no tener nada, a quedar en la calle en la completa indefensión.
¿Por qué los temblores nos golpean tanto?, ¿por qué después de 32 años en que ocurrió el sismo de 1985 que dejó gran desolación en la ciudad hoy las terribles consecuencias casi son las mismas?, ¿por qué estamos siempre completamente desprotegidos y las víctimas se tienen que ir contando por decenas?
La explicación salta a la vista: los habitantes del Valle de México vivimos en una zona altamente sísmica y volcánica, por lo que los temblores son el pan nuestro de cada día, ¿y qué debe hacerse entonces?, por supuesto, nuestros mandatarios deberían estudiar muy bien el subsuelo en donde se edificarán construcciones, para que el riesgo sea menor, si no esto será el cuento de nunca acabar y seguiremos con el miedo al desastre; debemos de blindarnos, exigir a las autoridades que hagan exámenes exhaustivos a los terrenos porque es su obligación, además de vigilar que los consorcios que se dedican a lucrar con el suelo con sus grandes construcciones de los cuales obtienen ganancias estratosféricas cumplan todas la reglas y sus materiales sean revisados y pasen una prueba de calidad.
¿Acaso será esto muy difícil de realizar?, claro que no, con todo el poder que tienen en sus manos los gobernantes, en este caso Miguel ángel Mancera y su partido que lo llevó al poder y que en la capital tienen 20 años gobernándolo puede hacer con la mano en la cintura, cómo se ve que no han aprendido nada de los errores pasados.
Y ahora con toda esta desolación que dejó a su pasó este siniestro, sólo vemos como familias enteras quedaron en grado de indigencia y empieza el viacrucis para hacerse acreedores de un ínfimo apoyo para poder seguir viviendo, triste, pero real, cuando sabemos que toda esta calamidad es perfectamente evitable.
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