MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Secundaria de Oriental, escuela de palitos

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Los jóvenes de la Escuela Secundaria Técnica No. 153, ubicada en Oriental, aún siguen tomando clases en salones de madera dentro de un auditorio ejidal. Desde hace más de cinco años, cuando se fundó la secundaria ante la necesidad de la población por más espacios educativos, los alumnos no han contado con un terreno propio para la construcción de su institución.

 

No es posible que, mientras uno de los hombres más ricos del mundo ya piense en habitar otro planeta, en México existan escuelas sin salones, sin maestros y con un pésimo nivel académico.

 

El problema principal es que, aunque existe una donación de terreno desde hace un año, se trata de una propiedad ejidal y el proceso ante el Registro Agrario Nacional (RAN) puede durar otros cuatro años, ya que es la instancia encargada de brindar seguridad jurídica a los terrenos. Esta situación hace imposible que los jóvenes puedan tener un espacio donde construir su escuela.

Por otro lado, alumnos, padres de familia e integrantes del Movimiento Antorchista han acudido a las puertas de la presidencia municipal para solicitar la donación de un terreno. Sin embargo, hasta la fecha han sido ignorados bajo el pretexto del presidente municipal de que el terreno debe tener escrituras para poder iniciar la construcción.

En México, solo el 12 % del gasto total se destina a la educación, lo que refleja el poco interés por este rubro fundamental. Otro dato preocupante es que muchos jóvenes que están por terminar el bachillerato ya no desean seguir estudiando, porque no perciben la importancia de continuar con su formación.

En nuestro país, la educación se impulsa solo para formar jóvenes que más o menos puedan leer y escribir, con el objetivo de que operen máquinas y sirvan como mano de obra barata. Eso es lo que realmente ocurre: la prioridad es el beneficio de las empresas, no el desarrollo integral de los estudiantes.

Oriental no es la excepción. Al no contar con salones dignos, los jóvenes se distraen, no se preparan adecuadamente y se acostumbran a una educación deficiente. Está comprobado que a los grandes empresarios y dueños de los medios de producción solo les interesa incentivar sus ganancias, lo que en parte explica la gran cantidad de pobres en el país.

Ante estos problemas, parece que no hay una salida, pero sí la hay. Y es la misma tarea que ha impulsado el Movimiento Antorchista desde hace más de cincuenta años: educarse y organizarse. Una persona sola, por más preparada que esté, no podrá lograr beneficios para todos. Organizarse es igual de importante, porque unidos se forma una fuerza invencible. Si un pueblo está educado y organizado, puede transformar las condiciones de su país en beneficio de todos.

Eso es lo que debe pasar en la secundaria de Oriental, donde los alumnos estudian en aulas de palitos. El pueblo debe organizarse y luchar para que sus hijos tengan condiciones adecuadas. Además, es deber del Estado garantizar y fortalecer la educación.

No es posible que, mientras uno de los hombres más ricos del mundo ya piense en habitar otro planeta, en México existan escuelas sin salones, sin maestros y con un pésimo nivel académico.

Desde su fundación, el Movimiento Antorchista ha luchado por la educación de los jóvenes. La escuela se creó por necesidad, se gestionó su clave oficial y ahora se libra una nueva lucha: la adquisición de un terreno.

Es hora de que el pueblo se organice para cambiar la realidad que vive Oriental. El presidente municipal debe comprometerse con el fortalecimiento educativo en lugar de poner pretextos. Se necesita conseguir un terreno para construir la escuela; eso quedará para siempre en el municipio y beneficiará a toda la comunidad. El Movimiento Antorchista continuará luchando, por la vía que sea necesaria, hasta resolver este problema.

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