Son ya varios los indicios de que estamos en una crisis económica de graves dimensiones en nuestro país y ante tan mala realidad los trabajadores y las clases más pobres de Sonora así como los empresarios nacionalistas deben tomar medidas urgentes que les permitan salir lo menos lastimados de ella. Aquí usaremos la palabra crisis y no la disfrazaremos con términos como "recesión", ni"ralentización o desaceleración" de la economía, que son los términos que usan los multimillonarios y sus ideólogos burgueses para encubrir la responsabilidad de su sistema explotador en esta desgracia nacional. Al pan pan y al vino vino, aunque les dé urticaria a los ricachonesdesnacionalizados, así es más conveniente para el pueblo.Las crisis económicas, en términos generales consisten en el paro forzoso para grandes masas humanas que son despedidas de sus centros de trabajo debido a la sobreproducción de mercancías; estás mercancías no encuentran quién las compre y se acumulan en cantidades inmensas, por ello las fábricas y los centros productores de servicios vendidos como mercancías detienen su producción, arrojando a centenares de miles de trabajadores a la calle, sin salario y sin ningún tipo de protección: el desamparo crece. Las crisis económicas son producto de las contradicciones capitalistas, de la anarquía de la producción y de la producción destinada a producir ganancias, no a satisfacer las necesidades del pueblo. Los datos básicos que el pueblo debe considerar son los siguientes:
Incremento del desempleo. La población nacional abiertamente desocupada pasó de 3.1 a 3.4% respecto a la población económicamente activa, de abril de 2018 a abril de 2019; Sonora está más mal, pues pasó de 4.1 a 4.3% por ciento en el mismo periodo. Sin embargo, estas cifras son engañosas: el pueblo sabe que la mayoría está realmente desempleada y apenas sobrevive en la llamada economía "informal", palabra que usan los economistas burguesespara designar las actividades de sobrevivencia de los desempleados (desde recoger latas de aluminio hasta venta en las calles, ventas de joyería o de productos naturistas, pasando por un sinfín de malabares para ganarse unos pesos para comer): estos "ocupados en el sector informal" eran 9 millones de personas en 1996, 12 millones en 2008 y hoy son ¡30,8 millones de personas!, según el INEGI (abril 2019), de una población total de 125.5 millones de mexicanos. En 10 años no se habían creado tan pocos empleos como este año: 289 mil, o sea, casi 40 % menos que el año pasado, cuando se habían creado ¡476 mil nuevos empleos! Y eso que estas son las cifras que da el maquillista oficial del sistema, o sea, que la realidad debe ser mucho más espantosa.
"Recesión ligera". Sin querer llamarla crisis, el Banco de México advirtió que existe el riesgo de "posible recesión, aunque ligera", pues tenemos crecimientos de la tasa del PIB de 0.2 y 0.5% en el primer y segundo trimestres de este año, o sea, prácticamente nada, casi igual que como estábamos en la crisis de 2008, con la agravante de que el banco gringo Bank of América Merril Lynch, con menos recato, estimó que vamos a entrar a una "recesión técnica". En Sonora, según las fuentes oficiales, andamos por el 0.1% de crecimiento, o sea, prácticamente nulo. Y en general en el país, cosa similar a nuestra entidad, la actividad industrial cayó "ligeramente" al número negativo -3.1%, la actividad minera a -8.9% y la de la construcción a -9.0%. En los últimos 10 años no había bajado la producción tanto como ahora. O sea, estamos hablando de que los millones de personas sin trabajo seguirán en las mismas quién sabe por cuántos años más y los que se incorporen a vender su fuerza de trabajo no tendrán comprador y, por tanto, no tendrán ni siquiera esos salarios miserables aunque sea para comprar algunos productos de la canasta básica: ya hace 2 años uno de cada cuatro sonorenses no ganó lo suficiente para comer, según el consabido maquillista. Todos estos son datos que no puede despreciar el conocimiento popular, aunque vengan con retoque. Sólo el pueblo pobre sabe lo que significa el dolor del desempleo.
Si a esto se le añade el desmantelamiento del "Estado de Bienestar" por la tijera de López Obrador, que acabó con decenas de programas que antes beneficiaban a la población, hasta llegar a extremos como el criminal desabasto de medicinas, y la grave crisis del sistema de salud (revista buzos 881), entonces el pueblo trabajador, sus intelectuales honestos, sus empresarios nacionalistas, los jornaleros, obreros y campesinos, tienen que pensar seriamente qué harán.
En Antorcha proponemos que la medida de defensa popular más importante contra la crisis es organizarse de inmediato, unir fuerzas y desarrollar actividades de fraternidad y de lucha para, primero, presionar por todos los medios legales al gobierno federal y a los gobiernos estatales y municipales para que hagan gasto social; que se restablezcan losprogramas sociales y los presupuestos federales para el gasto social como el Ramo 23, que han sido desaparecidos por el Gobierno Federal de López Obrador y que se mejoren, que no sean electoreros (sólo como ejemplo, hoy más que nunca se debería ampliar y reforzar, no haber desaparecido, el programa de empleo temporal); y segundo, a mediano plazo tomar el poder del país y realizar los cuatro ejes que proponemos los antorchistas como alternativa al modelo económico neoliberal que López Obrador está llevando hasta sus últimas consecuencias: proponemos incrementar sustancialmente los salarios, crear empleos, incrementar el gasto social y realizar una reforma hacendaria que garantice al país recursos para llevar a cabo los primeros tres ejes: esa reforma a los impuestos debe cobrar más a quien gane más y menos impuestos a quien gane menos. Así hay que distribuir más equitativamente la riqueza generada por los trabajadores y, al mismo tiempo, dar un impulso a los empresarios nacionalistas, que tendrán un importante papel en esta tarea.
La liberación del pueblo sólo puede ser obra del pueblomismo. Nadie va a venir a salvar a los mexicanos de este terremoto económico si no lo hacemos nosotros mismos. Entre más nos tardemos, más nos lastimará la crisis. Debemos entender que a nuestra sobrevivencia misma ya no le bastará la "economía informal" porque hasta esa informalidad está en crisis, que ya tenemos que pasar a otro nivel, en el que no estemos concentrados en nuestro propio ombligo, sino en la mejora de todos y para todos: urge que pensemos en hacer política, pero de los trabajadores para los trabajadores, no contra ellos. El egoísmo y el individualismo han fracasado como solucionadores de los graves problemas sociales: ya no son alternativa social para el futuro. Hoy se imponen urgentes la unión, la fraternidad y la lucha. Están ustedes convocados.
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