Hace un par de días escuché en la radio -sí, soy una especie en peligro de extinción- un anuncio del Partido Acción Nacional (PAN) en el que Marko, con "K", presidente nacional del blanquiazul, proclamaba que su partido "se había convertido en la alternativa y contrapeso del poder". Debo confesar que me convertí en el loco del periférico, pues tan alocada afirmación me arrancó una carcajada, no exagero, y los automovilistas que me acompañaban en el tráfico en ese momento, me miraban con extrañeza, y no los juzgo, pero no pude contener la risa. El PAN desaprovechó la oportunidad histórica que tuvo de convertirse en "la alternativa de los mexicanos" y tuvo esa oportunidad durante 12 años una vez que Fox alcanzó una abrumadora victoria en el año 2000 pero, fracasó...En el discurso eran el cambio, mas en lo hechos, no.
Ahora el PAN no tiene cara para auto proclamarse el "contrapeso y alternativa" de México. Los cuestiono con toda seriedad: ¿alternativa, contrapeso?, ¿en serio? Pero si con dos periodos no pudieron cumplir con su promesa "histórica" de representar el cambio en México, qué garantiza que lo hagan ahora, ¿qué cambió como para creerles? Les recuerdo que en Jalisco, específicamente en Guadalajara, tenemos cientos de ejemplos que demuestran que no supieron qué hacer con el poder en las manos, salvo tratar de prohibir las minifaldas en el Ayuntamiento de Guadalajara o tener un gobernador que expresó sentir "asquito" por los gays, reitero: ¿alternativa, contrapeso?
¿Y Morena? Bueno, las cinco renuncias más sonadas de funcionarios del equipo de AMLO en siete meses llaman poderosamente la atención: en febrero, Clara Torres, ex secretaria del Bienestar, se fue en desacuerdo por el recorte a las estancias infantiles; en abril Simón Levy de la subsecretaría de Turismo; en mayo, Patricia Bugarín, subsecretaria de Seguridad y Protección Ciudadana y Germán Martínez a la dirección del IMSS en una carta que describe los que los mexicanos conocemos perfectamente respecto al "Seguro Social" y, en julio, la renuncia del doctor Carlos Urzúa Macías, ex Secretario de Hacienda, que es una de las que más preocupa. Casi una renuncia mensual. ¿Causalidad? Si usted amable lector no lo ve como la señal del Titanic hundiéndose, no sé qué se lo hará. ¿Para qué se desgastaron todos ellos haciendo campaña si habrían de renunciar en menos de un año? ¿Qué tiene AMLO que todo lo que toca lo convierte en renuncia?
¿Y las contradicciones presidenciales? En campaña decía una cosa, como presidente otra: fuera el ejército de las calles, mejor que siempre si se quede el ejército en las calles. Habrá becas para todos los estudiantes de preparatoria, la realidad dice que sólo habrá para la mitad. No cancelaré las estancias infantiles...bueno, mejor sí. Los índices de delincuencia y de crisis financiera arrojan una información y el presidente ha dicho literalmente en diferentes foros, que él tiene otros datos. Me queda claro que para los chairos, todo esto no son síntomas de un problema sino virtudes de un revolucionario, ¡nada más lejos de la verdad!
Ya sé qué dirán ¿y el PRI?, no habrá críticas para el PRI. Honestamente, no es necesario. Los errores del tricolor son tan evidentes y de sobra conocidos, que si el partido no se renueva de verdad (por segunda vez) difícilmente se recuperará. Estos errores perjudican más que beneficiar a nuestra organización y seguimos con el partido, pues nuestra palabra vale. Haciendo corte de caja al día de hoy, seguimos en el PRI, y en muchas elecciones donde competimos como Antorcha, ganamos a pesar del tsunami morenista de 2018. Hay muchos ejemplos, pero me concentraré en dos emblemáticos: Chimalhuacán e Ixtapaluca.
Tan sólo en sus primeros 100 días, la alcaldesa Antorchista de Ixtapaluca, licenciada Maricela Serrano, inauguró una obra diaria entre diciembre de 2018 y junio de 2019. Y en su administración anterior, 2012-2015, pavimentó una calle por día. Esa es voluntad para gobernar y por eso la gente vota por Antorcha. Por otro lado, en Chimalhuacán había un basurero, literalmente, y ahora es unos de los municipios más progresistas del oriente del Estado de México: Planetario, lago artificial, balneario, teatros (leyó usted bien, en plural), deportivos, alberca olímpica, canchas de futbol, escuelas, drenaje, calles pavimentadas, centros de salud y un largo etcétera que pueden leer en el libro "Chimalhuacán, de ciudad perdida a municipio modelo", de Alejandro Envila Fisher (MAPorrúa, 2018). En contraste, ¿por qué Texcoco sigue hundido en el atraso tras gobiernos de "izquierda" desde 2003? ¿Por qué los Reyes La Paz no ha conseguido nada y ese municipio sigue siendo uno de los más atrasados del país a pesar de que lo gobierna Morena?
Lo que no te dicen PRI, PAN y Morena es que la única salida que tiene México es un nuevo modelo económico distinto al neoliberalismo. Y Antorcha lo ha repetido desde el año 2014 cuando celebramos nuestro 40 aniversario: el modelo económico que proponemos se basa en cuatro ejes: generar empleo digno, elevar los salarios, impuestos progresivos (paga más quien gana más, paga menos quien gana menos) y una distribución equitativa de los impuestos en el gasto social. López Obrador, decretó "el final del neoliberalismo", pero no te dice cómo lo cancelará -y no creo que sepa-, porque no es economista y los que tiene, los ahuyenta.
Finalmente, a pesar de las mentiras, calumnias, fakenews y acusaciones en contra de nuestro movimiento, sí, en Antorcha tenemos defectos, pero ningún defecto o error de nuestra organización se acerca, ni tantito, a las intenciones de los Fox de mudarse al Castillo de Chapultepec o la guerra contra el narco de Calderón y más lejos está todavía de los otros datos del presidente Andrés Manuel. Por eso los invito a dos cosas: primero, conozcan a Antorcha: visiten www.movimientoantorchista.org.mx, lean los artículos de nuestros dirigentes y las noticias del portal y empiecen a despojarse de prejuicios. Segundo, únanse a Antorcha, el único proyecto político en México cuyos resultados están a la vista de todos. Si Antorcha tiene defectos, la única forma de arreglarlos no es quedarse afuera, apuntar y señalar con el dedo, sino involucrándose en el proyecto y entre todos, como propone nuestra ideología, llevar a cabo el cambio, no de palabra sino con los hechos.
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