El incremento de trastornos como ansiedad, depresión y adicciones, efectos colaterales del crimen organizado
Culiacán, Sin. El gobierno estatal ha menospreciado la atención a padecimientos psicológicos como consecuencia de la violencia que enfrenta actualmente un sector importante de la población.
Afectaciones como ansiedad, depresión, tendencias a la autoinmolación y adicciones a drogas son algunos de los trastornos, por lo que es urgente implementar un programa de salud mental, afirmó Saúl Pérez, director pediátrico de Sinaloa.
Durante la primera semana de julio, la población —principalmente niños y jóvenes— ha padecido actos traumáticos derivados de la confrontación entre grupos del crimen organizado.
Las consecuencias directas e indirectas incluyen estrés y angustia causados por los mil 632 homicidios dolosos, mil 673 personas privadas de la libertad, el despojo a mano armada de cinco mil vehículos y otros delitos patrimoniales que impactan también en la economía estatal.
“Conforme más tiempo prevalece la falta de acciones por parte del gobierno de Sinaloa, es mayor el número de personas con deterioros en la salud mental, sobre todo niños, jóvenes, mujeres y familiares de víctimas”, mencionó.
Asimismo, dio a conocer que crece el grado de desidia y apatía por parte de la Secretaría de Salud estatal y las áreas vinculadas en materia de atención a trastornos provocados por sentimientos de miedo y desprotección.
Por ello, reiteró que se requiere una política pública que demuestre suficiente voluntad política, operación estratégica y recursos humanos, técnicos y financieros para enfrentar estos padecimientos psicológicos.
De acuerdo con Saúl Pérez, en el estado al menos 58 mil menores de edad necesitan atención mental. En abril, el gobernador Rubén Rocha Moya inauguró la Unidad de Salud Mental Infantojuvenil, única en el noroeste del país; sin embargo, frente al universo de afectados, el esfuerzo resulta insuficiente.
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