En la actualidad, la economía del país está globalizada, es decir, estamos interconectados con las demás economías del mundo, pero principalmente con los Estados Unidos.La globalización no es otra cosa, en esencia, que la visión moderna, "civilizada", de la fase imperialista del capitalismo, que su aparición en los primeros años del siglo pasado.Esto quiere decir, que lo que antes se lograba por el empleo de la fuerza en sus diversas formas y manifestaciones, de los países fuertes y ricos, sobre los pobres y débiles, recurso que se ha hecho "inviable" en la actualidad, ahora se logra mediante pactos y acuerdos comerciales "voluntarios" entre países y bloques de países bajo la protección de la teoría "científica" de la globalización.
El resultado de la globalización podemos ver que no es el equitativo reparto de la riqueza, del bienestar y del progreso para toda la superficie de la tierra, como se nos ha querido hacer ver, sino una acelerada y cada vez más irracional concentración de la riqueza mundial en unas cuantas manos, mientras se condena a la pobreza, al abandono y a la desesperanza a la gran mayoría de la humanidad.
México está integrado en el club de las 20 economías más poderosas del planeta, mejor conocido como el G-20.Estos países son, según su Producto Interno Bruto (PIB), en orden ascendente: Suiza, Turquía, Arabia Saudí, Países Bajos, Indonesia, México, Australia, España, Rusia, Corea del Sur, Canadá, Brasil, Italia, India, Francia, Reino Unido, Alemania, Japón, China y Estados Unidos.En estos países habitan las dos terceras partes de la población mundial y en conjunto, producen más del 85 por ciento de la riqueza (PIB) de todo el planeta.
Nuestro país se posiciona en lugar número 15, con un comercio internacional que alcanza los 813,500 millones de dólares y con un Producto Interno Bruto de 1,241,450 billones de dólares con los que nos colocamos como país en el décimo quinto lugar en el 2019.Para México, el 74 por ciento del Producto Interno Bruto es representado por el comercio exterior, lo que supone que tres cuartas partes de la economía dependen directamente, del comercio exterior y de las transacciones internacionales.Los productos que exportamos son: máquinas y electrónica que representa el 34.89 por ciento, el transporte el 26.61, combustibles 6.59 por ciento, metales el 4.26 por ciento, vegetales 3.47 por ciento, productos alimentarios el 3.23 por ciento y plásticos el 2.83 por ciento.Todo esto es lo que producimos los mexicanos en la fábrica y en el campo.
El destino de nuestras exportaciones son los siguientes países: a Estados Unidos le vendemos el 76.48 por ciento, a Canadá el 3.12 por ciento, a China solamente el 1.60 por ciento, a Alemania 1.57 por ciento y Brasil el 0.98 por ciento.
Se trata de una economía orientada a las exportaciones, con un comercio exterior regulado en tratados de libre comercio con más de 40 países.Pero el más importante es el Tratado de Libre y Comercio de América del Norte (TLCAN), firmada en 1992, y renovado como Tratado México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC), firmado conjuntamente por el presidente Andrés Manuel López Obrador el 8 de julio del presente año en su visita a Washington, D.C.junto con Donald Trump, presidente de los Estados Unidos.
Entonces, estando así nuestra economía muy dependiente de EE.UU., entre las voces que criticaron la visita de López Obrador a Estados Unidos, muy pocos, o casi nadie, hace una valoración a fondo, de lo que verdaderamente implicaba ir o no ir, y que en realidad ni los que hablan a favor ni lo que hablan en contra tienen razón.
El único que señaló el problema de fondo fue el ingeniero Aquiles Córdova Morán, dirigente nacional del Movimiento Antorchista Nacional, que aseguró que tanto los partidarios del presidente que aseguran que es una jugada maestra, que el mandatario supo hacer y que es una prueba de sus sagacidad, tanto como los que discrepan de la política del gobierno y que dicen se trató de servilismo y que humilló a los mexicanos; la verdad es que "no es ninguna jugada maestra y quiénes lo dicen, muestran con ello que no piensan, sino que sólo saben adular para sus propios intereses", y quienes dicen lo contrario " no hacen el esfuerzo por ahondar la verdadera esencia del problema".
Aquiles Córdova dijo que el presidente de la República no tenía opción, que no le quedaba más que asistir, porque de no hacerlo, seguramente hubiera estado en primer lugar la ira visceral del mandatario gringo.Si López Obrador, haciendo caso a los que hablan negativamente de él en ese tema, no hubiera asistido, un enfrentamiento entre México y Estados Unidos, sería un costo muy alto que hubiera resultado peor para todos los mexicanos.
La debilidad de la economía del país y su mala producción hizo que México esté de rodillas ante el país más rico del planeta.Estamos sometidos al país vecino, el presidente mexicano no puede comportarse con dignidad o independencia.Los mexicanos tenemos que razonar y concluir que la visita era inevitable para un México débil y dependiente de los americanos.Si queremos que nuestro país sea soberano e independiente, necesitamos pensar en un nuevo modelo económico, que se proponga elevar la producción y la productividad, que refuerce su mercado Interno, que cree empleos y que eleve los salarios que cada mexicano necesita para vivir.Cambiar el modelo económico es tarea del pueblo organizado.
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