Han pasado tres años desde que Guillermo Lobato Toral y Marco Alonso Aco Cortés, cabecillas del cacicazgo en la región de Zacapoaxtla, perpetraron el atroz asesinato de nuestro querido compañero licenciado Manuel Hernández Pasión, en ese entonces presidente municipal constitucional de Huitzilan de Serdán y dirigente del Movimiento Antorchista en la Sierra Norte del Estado de Puebla.Los antorchistas de todo el país aún seguimos esperando justicia; los deudos de Manuel y los campesinos huitziltecos claman al gobierno estatal que detenga a los autores intelectuales del cobarde homicidio y los refunda tras las rejas, castigándolos con todo el peso de la ley.
Sin embargo, hasta el momento, la Fiscalía General del Estado no se ha interesado en perseguir, apresar y llevar ante la justicia a los asesinos del líder antorchista huitzilteco; muy por el contrario, ahora se ha dedicado a fabricar delitos contra los líderes estatales antorchistas, actuando por consigna, violando el debido proceso, atropellando los derechos constitucionales de organización, expresión y petición, y sirviendo como martillo de las venganzas políticas del ejecutivo estatal.
El crimen político ordenado por Guillermo Lobato Toral y Marco Alonso Aco Cortés se ejecutó el 10 de octubre del año 2017, siendo gobernador del estado José Antonio Gali Fayad.Dos de los autores materiales son parientes del expresidente municipal de Zacapoaxtla Guillermo Lobato Toral y fueron detenidos porque el Movimiento Antorchista Poblano anunció una manifestación con 50 mil personas el día del informe del gobernador Gali Fayad.
¿Qué motivó el criminal atentado contra la vida del licenciado Manuel Hernández Pasión? ¿Cuáles fueron los móviles que impulsaron a Guillermo Lobato Toral y Marco Alonso Aco Cortés a planear y ejecutar el atentado que segó la vida de Manuel?
Manuel Hernández Pasión desarrolló una amplia labor organizativa en toda la Sierra Nororiental, sumando a las filas del Movimiento Antorchista a miles de campesinos indígenas de prácticamente todos los municipios.La amplia cultura, sensibilidad y conocimiento de la lengua indígena de Manuel, le permitieron comunicarse a la perfección con el pueblo, creándole la conciencia de la necesidad de unirse y organizarse para luchar y defender sus derechos.Los campesinos comprendieron que había llegado el momento de tomar el destino de sus pueblos en sus manos y se aprestaron para elegir candidatos que los representaran en las elecciones municipales que se avecinaban.Además, se generó la conciencia de que unidos y organizados podían gestionar un mejor precio para los miles de quintales de café que producen y comercializan a precios de miseria, por obra y gracia de los caciques acaparadores.
El cacicazgo de la Sierra Norte entró en pánico al ver amenazado su control económico y político.Primero, desataron una ofensiva infame utilizando al párroco José Martín Hernández Martínez en Huitzilan de Serdán, para desprestigiar la labor de Manuel y llamar al linchamiento físico de su persona.Desde el púlpito, y amparándose en la sotana y el peso de la tradición, el párroco despotricó contra el trabajo ejemplar del presidente antorchista.Pero la campaña del Savonarola no dio resultado.A las autoridades eclesiásticas y del gobierno del Estado de Puebla se les informó del peligro inminente contra la vida de Manuel Hernández Pasión, y se les alertó de los personajes que estaban detrás de la campaña que incitaba a su asesinato.Pero ambas autoridades hicieron caso omiso del llamado a intervenir para frenar el atentado.Los caciques entendieron que tenían luz verde para ejecutar su crimen.
Guillermo Lobato Toral y Marco Alonso Aco Cortés, militante de Morena y prestanombres de la cadena de franquicias "Café Colibrí", todavía no han sido llevados a juicio y castigados por ese crimen que llenó de luto a los indígenas de la Sierra Norte de Zacapoaxtla y que conmovió al Movimiento Antorchista Nacional.
En honor de la memoria del compañero caído Manuel Hernández Pasión podemos decir que el trabajo de organización de los campesinos indígenas de la Sierra Norte no se ha detenido.Su sangre derramada fertilizó el trabajo del Movimiento Antorchista, integrándose miles de campesinos indígenas, que hoy están unidos, organizados y luchan por la construcción de una sociedad más justa y equitativa, donde no haya pobres y todos vivan en condiciones dignas de un ser humano.La lucha por construir la sociedad que fue el sueño de Manuel, hoy está más viva que nunca.
Pero los asesinos no deberán dormir tranquilos: tarde que temprano, el brazo justiciero de la ley los alcanzará y pagarán con cárcel el crimen político que cometieron.El Movimiento Antorchista Nacional no descansará hasta que sean detenidos y condenados por la justicia.Que conste.
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