MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Maniobras dilatorias ante la inconformidad social, origen de las manifestaciones

image

Oaxaca es un estado con una intensa y complicada vida política. Según la COPARMEX, en 2017 y 2018 se realizaron en promedio, por día, de 3 a 5 bloqueos carreteros, de 2 a 4 tomas de oficinas públicas y 3 manifestaciones. El ingrediente común, en la mayoría de los casos, es el radicalismo, que algunas veces desemboca en la agresión física, ante la cual, las autoridades toman como salida la represión. Así lo demuestran, por ejemplo, los incidentes en 2006 con la APPO (Asamblea de los Pueblos Pobres de Oaxaca), en los que hubo toma de calles en el centro de la ciudad, quema de llantas, vandalización de inmuebles, etc., y cuyas protestas culminaron con la represión por parte de la Policia Federal, y la detención de varios de los manifestantes.

El origen de esta radicalización pudiera atribuírsele a los manifestantes, pero el problema no es así de sencillo ni de unilateral. Para entenderlo es necesario conocer el carácter histórico de Oaxaca, su forma de gobierno, su condición geográfica y las condiciones político económicas actuales.

Oaxaca tiene 570 municipios, 152 de los cuales se rigen por el régimen constitucional, y los 418 restantes, bajo las formas locales de autogobierno, reconocidas como el sistema de Usos y Costumbres. Este marco jurídico mixto en el que viven 16 grupos étnicos distintos radicalmente, cuyas formas propias de gobierno se remontan a los pueblos originarios, explica en gran parte la arraigada y compleja idiosincrasia de los actuales oaxaqueños.

Por otro lado, la accidentada orografía del estado, en la que convergen 3 grandes sierras montañosas, la Sierra Madre Oriental, la Sierra Madre del Sur y la Sierra de Oaxaca, ha permitido de alguna forma la supervivencia de esta condición de los oaxaqueños en lo que respecta al orgullo de sus raíces y costumbres, pero esta ventaja ha sido, en parte, pretexto para su marginación económica y social. Según el último Plan Estratégico Sectorial del Transporte del gobierno estatal, sólo el 30% de los caminos del estado están en condiciones aceptables, situación que impide la buena comunicación y acceso a gran parte de sus comunidades, y con ello, el desarrollo económico en todos sus aspectos. El CONEVAL señala que hay aproximadamente 3,200,000 oaxaqueños en situación de pobreza (80%) y de estos, 1,087,200 en pobreza extrema; es decir, los datos comprueban que en Oaxaca, el atraso económico y social está en relación directa con el atraso carretero, con el acceso a las comunidades marginadas y las complicadas formas de auto gobierno locales.

A lo anterior se suma una equivocada política de los gobernantes de los tres niveles, quienes a las legítimas exigencias de solución a carencias en materia de obras y servicios, en apariencia, muestran aceptación, prometiendo resolverlas, pero en los hechos, lo hacen a cuenta gotas y esto, después de un verdadero viacrucis, en el que se deben realizar constantes visitas a las distintas esferas del entramado burocrático, ante el cual el ciudadano común, en muchas ocasiones, prefiere renunciar a la desgastante actividad de gestión. Estas son, a mi juicio, las razones que explican la compleja vida política y social que hace de Oaxaca un estado que se encuentra en constante conflicto: el arraigo cultural y autóctono que rige la vida política de muchas comunidades, la pobreza extrema que agudiza la inconformidad y radicaliza la postura de los demandantes de atención a sus necesidades y la insensible y pérfida manera de administrar esta situación por parte de los actores políticos de las distintas esferas de poder. Entenderlas lo mejor posible, para combatirlas, y conducir por la ruta del desarrollo integral a este estado, es cuestión de vital importancia.

La lucha del Movimiento Antorchista ha sido siempre conciliadora y abierta al diálogo, pero la insensibilidad y menosprecio de algunos funcionarios estatales, arriba descrita, nos ha orillado a hacer uso del derecho constitucional a las manifestaciones, las cuales, dados los nulos resultados en las constantes negociaciones, polarizan los ánimos de los manifestantes y de la opinion pública, que víctima de la constante campaña mediática oficialista, no distingue, entre los tipos de organizaciones que existen, su forma de lucha y la legitimidad de sus demandas, y sobre todo, los resultados de su actividad organizativa, resultados que deben medirse por el desarrollo en materia de infraestructura básica y servicios, y el desarrollo cultural, deportivo, educativo y político, en las comunidades en que tienen influencia.

En nuestro caso, podemos dar pruebas palpables en cada municipio, colonia o comunidad en la que hemos gestionado obras y servicios; importantes sectores ratifican y reconocen considerable contribución al desarrollo y urbanización en todo el estado; sirvan estos logros como sustento, para que la opinión pública no se pierda en el mar de lodo que algunos medios vierten sobre toda organización y su derecho a manifestarse, midiendo a todos con la misma vara, sin diferenciarlas por sus resultados.

El pasado lunes 29 de julio, salimos a las calles por segunda vez en una semana, después de largas y tediosas mesas de diálogo sin solución. Y es necesario aclarar que las demandas que hemos encabezado siempre han sido en interés y beneficio de los oaxaqueños más olvidados y humildes, pero a pesar de ello y de haber anunciado con antelación en una rueda de prensa que no se estaban antendiendo los compromisos de solución, nadie nos recibió ni antes ni durante el día de la marcha.

De cualquier forma, y debido a que en días recientes se establecieron nuevos plazos de solución a nuestras legítimas demandas, como prueba de que el único interés de nuestro movimiento es resolverlas, daremos una tregua a las manifestaciones programadas para los próximos días, en aras de alcanzar acuerdos con las dependencias estatales, anticipando que, de volver a incumplir, estaremos en nuestro derecho de exigir solución.

Sin embargo y a pesar de que se resolverán en alguna medida las demandas de miles de oaxaqueños, la realidad que no acepta razones, sino acciones, nos dice que la vida de los mexicanos se deteriora de forma alarmantemente rápida. Por ello, invitamos a todos los ciudadanos preocupados por el actual estado de las cosas en Oaxaca, a ver, en las constantes manifestaciones, la falta de interés, y peor aún, la negligencia de algunos gobernantes para resolver la problemática de la población.

Por más discursos que escuchemos de progreso y programas de atención a las mayorías empobrecidas, hace mucho que las condiciones de vida de los oaxaqueños no solo no mejoran, sino que empeoran rápidamente, y esto es así porque los sectores populares no participan activamente en política, permitiendo que ésta sea acaparada por profesionales que han hecho de ella una herramienta para beneficio propio y para mantenernos controlados. La vida de los pobres solo será mejorada por los pobres mismos, urge que defendamos nuestro derecho a organizarnos y a una vida digna. Educarse y organizarse es para la clase trabajadora mexicana, la tarea del momento.

  • Etiquetas:

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más

FOTO DEL DÍA