El 24 de agosto de 1821 se firmaron los Tratados de Córdoba entre Agustín Iturbide y Juan O’Donojú, con lo cual se reconocía la independencia de México respecto a España, hecho histórico que se festeja con el Grito de Independencia el 15 de septiembre.
Se consumó la independencia, pero no bajo la versión que nos quieren hacer creer los ideólogos de la actual clase dominante, como un gran triunfo de todos los mexicanos, en particular de las clases trabajadoras; sino que dicho movimiento fue resultado de que los grandes jerarcas de la iglesia católica unidos a los grandes terratenientes y a los ricos de la Nueva España, formaron lo que se conoció como la Conjura de Profesa, en la que acordaron una maniobra: hacer una independencia de a mentiritas, separarse de España para que no llegara a México la Constitución de Cádiz que era progresista, pues pretendía restarle poder al rey que era entonces el soberano absoluto.
Se trataba de separarse de España para que en el país las cosas quedaran igual que durante la colonia, que siguieran mandando los españoles enriquecidos que vivían en México.
Los verdaderos luchadores por la independencia murieron en el intento y los que consumaron la independencia lo hicieron para que todo siguiera igual. Fue un pacto de pillos y hoy las grandes fortunas de este país siguen estando en una altísima proporción en manos de españoles. Ahora se le han sumado capitales norteamericanos, ingleses, canadienses, libaneses, etc., pero la proporción de ricos españoles sigue siendo altísima. La riqueza de México, por la forma en que se hizo la independencia, nunca ha sido de las clases trabajadoras, no nos dejemos engañar.
La Guerra de Independencia la perdió el pueblo porque sus representantes eran Hidalgo y Morelos y ambos fueron fusilados, por lo tanto, las cosas siguieron y siguen estando como estaban bajo el dominio español.
En los días que corren, los gobiernos mexicanos festejan este hecho, según ellos, para honrar a los héroes que lucharon por la Independencia y al acto en sí mismo.
Lo hacen normalmente con una verbena popular, amenizadas por grupos musicales que cobran verdaderas fortunas, como es el caso de Veracruz en este año, regalan banderitas, los funcionarios organizan una cena para ellos e invitados especiales; en ellas los gobernantes en turno salen a medianoche a dar el Grito de Independencia y casi la totalidad de los asistentes lo hacen atraídos por el espectáculo musical o bien son acarreados que los gobernantes llevan para que les aplaudan y aclamen. Es decir, han convertido este festejo en una farsa.
Como los veremos en un rato, el gobierno de la cuarta transformación hará exactamente lo MISMO que los gobiernos priistas y panistas, es decir, le seguirán haciendo creer al pueblo trabajador mexicano que verdaderamente somos independientes, que los mexicanos triunfamos, cuando en realidad seguimos sometidos a los capitales nacionales y extranjeros: llámese capital bancario, industrial o comercial.
Con la diferencia, que ellos dicen de palabra ser distintos, y sí, algo de razón tienen, pero para mal de los mexicanos, pues están eliminando muchas de las conquistas que el pueblo trabajador ya había alcanzado con sus luchas, como por ejemplo el derecho de gestión y libre organización, cierto respeto a la división de poderes y a la existencia de una República federalista por sobre el centralismo.
En 1917 en el constituyente de Querétaro se promulgó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ley en la que se recogieron las aspiraciones y anhelos de los grupos progresistas que participaron en la Revolución Mexicana, que en su tiempo fue considera una de las más avanzadas en el mundo. Pero esta ley está siendo pisoteada por el actual gobierno, en Baja California con la ley Bonilla y en Tabasco con la "ley del garrote".
En Veracruz no se están atendiendo las necesidades de la población, se está conculcando el derecho de organización y se está reprimiendo el derecho de libre organización como lo vimos el pasado 11 de septiembre, cuando el gobierno de el Ing. Cuitláhuac García Jiménez intentó, por todos los medios, evitar se llevara a cabo la marcha de colonos y campesinos antorchistas, presionando a las empresas transportistas para que no le rentaran autobuses a los manifestantes y amenazando directamente a los campesinos y, al no lograrlo, pasó a intimidar con la policía estatal a los dirigentes de esta organización.
Es decir, Veracruz y el país entero van en franco retroceso, los morenos creen haber llegado a tierra de conquista y los gobernadores se asumen como virreyes, bajo cuyo mando, solo vale su voluntad.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario