El tema candente son las corcholatas. Mucha gente sabe quiénes se están peleando los huesos. Los nombres más conocidos son Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y otros. Los tres del mismo partido. Es en la precandidatura donde está la verdadera campal, porque cuando se elija al candidato solo será cuestión de tiempo para que sea el presidente oficial, ya lo sabemos, pa’ qué decir que no si sí.
No hace falta ser el mejor detective ni el mejor internauta para saber que todos esos tipos tienen una cola larguísima, y una lengua mayor. El caso más ilustrador, alegórico, es la caída del metro en la línea 12, en la Ciudad de México (CDMX), los que son de ahí saben que es una condena cuando deja de funcionar, y los que visitamos también podemos constatar. Bueno, ese asunto a más de dos años, los familiares de las víctimas aún siguen exigiendo justicia, porque el gobierno capitalino no resolvió nada.
Cualquiera de los candidatos que se elija es una de las cabezas de la Hidra. La Hidra, ese monstruo mitológico al cual Hercules enfrentó como una de sus 12 tareas. La Hidra tenía una cabeza central, humanoide, las otras eran como de serpiente o dragón (o sea de reptil), cada vez que Hércules cortaba una cabeza se regeneraba, pero salía doble, es decir que si cortaba cinco cabezas saldrían 10. ¿Cómo logró matar a esa terrible bestia? Le cortó las cabezas y cuando aún no se regeneraban con ayuda de otra persona las cauterizó, así las cabezas dependientes de la central no crecieron de nuevo, y a la cabeza central la aplastó con una enorme roca, empapó sus flechas con el propio veneno de la bestia, se las clavó y esa cosa horrorosa murió.
Cualquiera de esos candidatos es, por supuesto, una de las cabezas dependientes de la Hidra, porque todas salen del mismo cuerpo y todas tienen dependencia de la cabeza central.
La Hidra está viva, ahorita está haciendo campaña, está usando el dinero de todos los mexicanos en propaganda inútil, tapizando el transporte público, pintando las paredes, en un montón de formas de propaganda que harto ya me tienen. La Hidra está vigorosa, su cuerpo aún es fuerte y su cabeza central, la más espantosa (la cabecita de algodón para que no suene mal) y peligrosa no puede ser aplastar aún.
El tiempo de más desperdicio del erario se acerca. Y las cosas que han estado mal hace mucho tiempo empeoran: la salud, la educación; es decir, “el bienestar” es prácticamente inexistente.
¿De qué les sirve a los simpatizantes de Morena rasgarse las vestiduras por su candidato preferido? De nada, pues es una preocupación inútil, porque ellos más que el resto de México están enajenados de fantasías absurdas.
Y para el resto, pues pa’ qué nos preocupamos (en la elección interna de Morena). Ya todos los sabemos (que no se hagan ojos de hormiga) que el candidato será por dedazo. Lo que importa es no dejar que sigan violando la ley, ¡frenarlos ya!
La Hidra seguirá atemorizando a la población por algún tiempo, pero ya verán que por su propio veneno morirá, de dentro hacia afuera.
Mientras tanto, a mis compañeros antorchistas, ya saben que la tarea es educar y organizar, y para el resto de mexicanos, organícense con Antorcha, y juntos evitemos el fatal destino de México con Morena.
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