El retroceso que implica implementar políticas educativas que continúen con la marginación que asegura el reparto inequitativo de la riqueza social es un error, la nueva reforma educativa del Presidente morenista de México, lejos de encaminar a la población hacia un mejor bienestar, al garantizar que niños y jóvenes tengan acceso a una educación universitaria y con ello a trabajos y profesiones mejor remuneradas, es lo contrario. Obrador prometió que todos los jóvenes podrían cursar la universidad, al tener en sus manos una nueva reforma educativa, dejó escapar tal hecho y regresó al pasado, pudo establecer como obligatoria la universidad, así como lo es la primaria, secundaria y bachillerato, pero no, no lo hizo, y con ello aseguró que la educación en México siga formando generaciones de obreros, técnicos y comerciantes informales.
Somos un país de obreros, comerciantes y empleados que trabajan de sol a sol, dentro de los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) los mexicanos trabajaron 2,258 horas en el 2018, mientras que en Estados Unidos 1783 horas, esto es que en México se trabajaron 43 horas a la semana y en Estados Unidos 34 horas, sin embargo, en México por esas 43 horas los trabajadores ganaron en este 2019 el sueldo mínimo de 3,121.47 pesos, mientras que en Estado Unidos por esas 34 horas -nueve horas menos que los mexicanos- el salario mínimo es de 35,760 pesos, una gran diferencia que hace que el obrero mexicano continúe, acreciente y viva en la pobreza.
La política educativa neoliberal del presidente Obrador, al replicar lo que se hace en otros países y además en tiempo desfasado, pues a nivel primaria, en el primer y segundo año, la Secretaría de Educación Pública (SEP) evalúa a los niños de acuerdo al modelo educativo 2017 y al tercer, cuarto, quinto y sexto grado con el modelo 2011, así mismo en el primero y segundo de secundaria la evaluación es conforme al modelo 2017 y el tercer año de secundaria acorde con el modelo educativo del 2011 nuevamente, esto es un espejo de lo que pasa en el país en todos los ámbitos tanto sociales como económicos, ya que lo que se está implementado en México para instruir a los jóvenes es una copia de lo que les funcionó a otros países, pero sin orden, sin sentido, sin una meta fija a corto plazo y sin un verdadero análisis científico del contexto histórico, social y económico que se vive en nuestro país para adaptarlas, depurarlas o instaurar nuevas políticas educativas que lleven al desarrollo científico y económico de los mexicanos.
Sin embargo, lo anterior no es un objetivo del gobierno morenista en el poder. Al inicio del sexenio hizo creer al pueblo de México que con las tan anunciadas tarjetitas, que entregaría "sin intermediarios" para evitar la corrupción, la gente humilde iba a salir de la pobreza, hoy a 8 meses, su política contra la pobreza en becar a los jóvenes ha fallado; cuando empezó perjuraba que a los 4.5 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan serían beneficiarios del programa "Jóvenes construyendo el futuro", después que el programa sólo abarcaría a 2.3 millones y, el pasado 1 de agosto, Luisa María Alcalde, titular de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, señaló que en este año solo integrarían a 900 mil jóvenes, con ello 3.6 millones quedaron fuera. Cantidad que engrosa, bajo la misma perspectiva de Obrador al considerar que a 900 mil jóvenes se les dio empleo, el índice de desempleo. Sin contar que el verdadero objetivo de las tarjetitas es asegurar el voto cautivo para las próximas elecciones.
En México, el desempleo aunado a una mala educación son garantes de mano de obra barata para las grandes industrias del país. En este rubro como en muchos más, ha pasado lo contrario de lo que se esperaba, las malas decisiones de Obrador han causado que los empresarios estén en espera de mejores tiempos y decidan que mientras no vean un cambio de dirección en los dichos y hechos del Presidente, no invertirán en la creación de fuentes de empleos, además que con ello, se aseguran que no aumente el salario mínimo, al contar con un ejército de mano de obra desempleada que haría de todo por trabajar. Razones por las cuales el desempleo creció en el primer trimestre de este 2019, al alcanzar al 3.5 por ciento de la población económicamente activa, es decir 1.9 millones de personas, cifra que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) dependiente del INEGI, representa un aumento del 0.2 por ciento en comparación al año anterior.
Más números: Para el 15 de marzo de este año se contabilizaban 119.94 millones de habitantes en México, de esta cifra 59 millones de personas se encuentran en edad de trabajar en el país, pero la cantidad de personas que maneja el gobierno en producir bienes y servicios es de 56 millones 38 mil 431 personas, sin embargo, solo 15 millones lo hacen en el sector formal y 30.8 millones se emplean en la informalidad, (cifra que creció el 0.3 por ciento con respecto al trimestre anterior) en trabajos domésticos, en el comercio ambulante y venta de chácharas. Hoy es común ver en la calle, semáforos y avenidas un sinfín de personas que trabajan en la informalidad para llevar a sus hogares el pan de cada día, esto ante la falta de empleos bien remunerados y una política económica que asegure que el recién egresado de la universidad pueda acceder a un puesto para lo que se formó.
El desempleo, la informalidad y la deserción escolar crece cada año. En este último aspecto la deserción escolar se abarca, según los datos del Módulo de Trabajo Infantil del INEGI 2017, el 48.3 por ciento de los niños, que no asiste a la escuela por falta de recursos económicos y de ellos, el 14.2 por ciento se ven en la necesidad de trabajar para ayudar en los gastos familiares.
Por eso ya no es raro ver también niños y niñas trabajando en la calle como payasitos, vendedores de chicles, boleando zapatos, en las tiendas, en puestos ambulantes, en los tianguis o simplemente en cualquier parte, ahí donde puedan ayudar a sus padres en el micro negocio familiar, para ellos no hay escuela, deporte o recreación, la necesidad los obliga a trabajar desde pequeños, a contribuir con su granito de arena para que sus padres puedan pagar los servicios básicos, ropa, zapatos y comida. Para ellos, aunque sea obligatoria la primaria, secundaria y preparatoria, a su debido tiempo, obligados por las "circunstancias" dirá la familia, dejarán de asistir a la escuela y se harán obreros, albañiles, chalanes, comerciantes informales, afanadoras domésticas y, si bien les va, obreros certificados, ésta es la educación en el país.
Cuándo podrá México alcanzar el nivel de Estados Unidos, en donde la escolaridad es de 13.2 años, solo por debajo de Suecia, Reino Unido, Australia y Alemania, si México está en la posición número 99 con un una escolaridad de 8.6 años por debajo de países latinoamericanos como Uruguay, Perú, Venezuela y Argentina. La realidad de México es que solo el 29.5 por ciento de la población de 25 a 64 años cuenta con secundaria completa, el 16.7 por ciento tiene media superior y sólo el 21 por ciento alcanza los estudios superiores, pero sólo dos logran titularse.
La misma Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la ciencia y la Cultura (UNESCO), y la Organización para Estados Iberoamericanos para la Educación (OEI), han recomendado que "la educación permite alcanzar una serie de satisfactores y mejorar la calidad de vida de las personas que se benefician con ella". Sin embargo, ningún gobierno anterior, de derecha y centro, reestructuraron la educación en beneficio de las clases pobres, y peor aún el gobierno morenista de López Obrador, considerado como de izquierda, regreso al pasado en lugar de avanzar hacia adelante.
En contraste, desde hace 45 años el Movimiento Antorchista viene abriéndose paso como la única organización social que impulsa la unión y organización del pueblo mismo para generar mejores condiciones sociales, educativas y económicas para el pueblo como tal, más de tres millones de mexicanos se han beneficiado de su trabajo y lucha como organización social, imagínense que no hará como gobierno.
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