MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Hidalgo: El fracaso político llamado Omar Fayad

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La represión y la censura son la verdadera naturaleza política del gobernador del estado de Hidalgo, Omar Fayad Meneses. Al igual que Saulo cayendo del caballo en el camino de Damaso, cree haber recibido de las alturas, -en su caso-, la autoridad divina para gobernar a su antojo a más de dos millones 800 mil hidalguenses. Fayad arribó al poder en 2016, tras una trayectoria política larga en la escena pública, aunque poco fructífera para los más pobres, más ligado a personajes políticos encumbrados del llamado grupo Hidalgo, con al menos siete años de espera para arribar al poder. En lo que va del sexenio, es el grupo de antorchistas, quienes más lo han cuestionado para que cumpla una agenda social que por lo menos su partido, el PRI, asume como banderas propias. La justicia social, la atención de los más vulnerables, todo eso ha quedado desdibujado ya que el flamante mandatario se ha lanzado en cuerpo y alma, en un delirio por desaparecer del escenario político al Movimiento Antorchista Hidalguense olvidándose de su papel de gobernante.

Nunca, jamás en su historia política, Hidalgo había atravesado por un episodio marcado por la mentira, la farsa, el abuso y el desprecio hacia un grupo organizado, como se ha observado en el actuar del mandatario Omar Fayad contra el movimiento que encabeza la profesora, Guadalupe Orona Urías. No se trata tampoco de una nueva locura humana, enfermedad repentina o pasajera del gobernador priista, Omar Fayad, sino el resultado de una larga incubación de personajes y partidos políticos en decadencia en el país, pese a presentarse como el relanzamiento de un político de nuevo tipo. Ha pasado la mitad de su sexenio y el Gobernador de Hidalgo no parece entender la lección que vive el Partido Revolucionario Institucional (PRI), partido que lo llevó al poder político del estado ni de lo que será su futuro político próximo.

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A Fayad Meneses no le importa si 194 mil 400 hidalguenses no tienen agua potable, que el 50.6 % de la población viva en pobreza y pobreza extrema y 343 mil niños padezcan de rezago educativo. Decenas de comunidades de la Huasteca y otras regiones se encuentran sumidos en la ignorancia e insalubridad, miles y miles de habitantes caminan en el fango porque no se construyen carreteras ni pavimentaciones, los hidalguenses se ahogan en la miseria e inseguridad, pese a los espectaculares anuncios de un C5 de última generación.

Tres años y no se observa una agenda de gobierno que atienda estos enormes problemas, sino que además el clima político se deteriora peligrosamente. El mandatario es el primero en pisotear los derechos constitucionales, cuando recurre a la represión y la censura para quien se atreva a exigirle. Cual Nerón de Hidalgo, el gobernador no admite críticas, bloquea marchas, emplea porros contra quienes se manifiestan contra las graves injusticias sociales que viven los más pobres en el estado, amenaza a sus adversarios, esta ha sido la vida cotidiana de los antorchistas de Hidalgo, quienes tienen la desgracia de atestiguar la debacle del político que se presentó como un triunfo de tantos años en el servicio público.

Indolente y despreocupado, presume sus logros en las redes sociales. Quiere seducir a un público que no conoce la realidad política, económica y social de los hidalguenses, aunque la realidad del estado sea verdaderamente dramática. Recientemente, una encuesta puso de relieve que el 51 % de los hidalguenses desaprueba su gobierno, a la mitad de su mandato. Y aunque existan indicadores como estos, el mandatario no escucha ni atiende, repetirá la mentira incluso después de que la verdad le haya estallado ante su mismo rostro.

En vano la prensa hidalguense hace sus gorgoritos embaucadores, al calumniar y difamar la lucha de los antorchistas, el único grupo que le ha plantado cara al poder, en un hecho loable, si se tiene en cuenta que la agenda Antorchista busca obras de drenaje, pavimentaciones, clínicas y hasta maíz para las comunidades empobrecidas de la entidad. La verdad y la razón triunfarán, de otra manera el desarrollo de los pueblos pobres quedaría condenado al olvido, la situación exige un esfuerzo valiente, por ello la resistencia y la combatividad de los antorchistas, es un gran paso dentro de la marcha y la construcción de un país mejor, esfuerzo al que todos debemos sumarnos sin regateos, porque tarde o temprano nos llevarán a una sociedad más justa y digna.

Lo que ganen los hidalguenses en esta titánica lucha política será una lección que arrastre a otros pueblos que también tienen sátrapas disfrazados de gobernantes. Ni el PRI con Omar Fayad en Hidalgo ni la 4T con López Obrador al frente del país podrán mejorar las condiciones de vida de los mexicanos, sin un gigantesco movimiento popular, educado y organizado que respalde su plan de gobierno. "Para los pobres de este país, para los marginados para los olvidados, para los que solo hay negativas pidan lo que pidan, solo hay una verdadera alternativa, solo hay una verdadera solución, esa organización única, se llama Antorcha Revolucionaria" han dicho sus dirigentes nacionales. Ante fracasos políticos tan estrepitosos como el mandatario hidalguense, esto debe dejar de ser consigna y cada vez más es una enorme necesidad de las masas empobrecidas, el ponerse en pie y luchar si aspiran a un verdadero bienestar para ellos y sus hijos.

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