No hay arte que pueda reflejar mejor la vida del hombre, la vida de los pueblos, con toda la complejidad que esta conlleva, como la literatura. La literatura, con un lenguaje preciso, y precioso por demás, ha retratado la existencia, la historia de las civilizaciones de la tierra desde sus orígenes; y no hay parte más sublime de la literatura que la poesía, lo que expresa lo que las simples palabras no pueden decir.
La poesía nace a la par que el hombre pensante, pues cuando el hombre buscó cómo nombrar a las cosas a su alrededor, lo hizo por medio del lenguaje figurado, dándoles el nombre de lo que más se pareciera a ellas; es decir, que el hombre, antes de hablar en prosa, que es como lo hacemos diariamente, habló poéticamente.
Pues bien, este hombre, que antaño hablara tan artísticamente, ahora se ha alejado de este bello arte, y de todos los demás. En términos generales, son pocos los mexicanos que tienen acceso a la cultura, a los buenos teatros, a los buenos recitales, a las grandes presentaciones de ballet internacional. Y esto es no porque el mexicano no quiera acercarse a las bellas artes, pues comoya se dijo, el hombre nace con ellas y ellas con el hombre, sino porque este hombre ha sido despojado, desterrado del terreno de las artes, a las que la sociedad globalizada ha convertido en mero objeto de consumo, en otra mercancía más.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a través del Módulo sobre Lectura (MOLEC), que tiene como objetivo generar información estadística sobre el comportamiento lector de la población adulta, solo el 42.2 por ciento de la población declaró leer al menos un libro en los últimos doce meses. El análisis, grosso modo, señala que de todos los mexicanos que saben leer y escribir ni siquiera la mitad leyeron un libro.
¡Claro! ¡Cómo van a leer los mexicanos si nunca nadie los educa para ello! El pueblo no está motivado a acercarse a la lectura, ni al arte en general, pues no se le llama, no se le dan los espacios necesarios, sino, al contrario, se hace todo lo posible por alejarlo de las máximas representaciones del espíritu y sensibilidad del hombre; al pueblo se le llena de basura intelectual, de música, películas, novelas, e incluso libros que en nada se comparan con las grandes creaciones de la humanidad, pues no dejan en el hombre nada bueno a su intelecto y entendimiento y, en cambio, lo obnubilan para que no sé de cuenta de las condiciones de vida que padece.
El Movimiento Antorchista conoce y comprende esta situación. Sabemos que es necesario regresarle las artes al pueblo pobre de México. Antorcha quiere que las masas conozcan la danza, disfruten el teatro, aprecien la pintura y hagan suya la poesía. Queremos devolver las artes a su primer creador: el pueblo humilde.
Para esto, desde nuestro nacimiento como organización, hace 45 años, hemos sido férreos impulsores del arte para el pueblo, formando grupos culturales que lleven espectáculos de gran calidad, de manera gratuita, a las artes a los pueblos y colonias más marginadas; creando escuelas de arte para los hijos del pueblo trabajador, con casas del estudiante integradas, para que su formación sea completa y regresen a sus pueblos a educar a más jóvenes en el mundo de la cultura.
Además, siendo, como somos, partidarios del arte como arma transformadora, el ingeniero Aquiles Córdova Morán, nuestro querido líder nacional y maestro de los casi tres millones de antorchistas de México, pone al alcance del pueblo humilde, a través de su extraordinaria pluma, toda una colección de libros para acercarnos al increíble y necesario mundo del arte: Conferencias culturales, El arte, arma para la transformación del hombre, La música popular mexicana, Pintura: reflejo del desarrollo humano, Literatura y libertad y Poesía y lenguaje.
Poesía y lenguaje es el último de 17 libros que el maestro Aquiles, como le decimos con cariño y respeto los antorchistas, ha escrito para acercar las artes al pueblo. En él explica los géneros poéticos, el lenguaje figurado, los tropos y las figuras del pensamiento de que se valen los poetas para expresar sentimientos y emociones, la composición interna de la poesía, las licencias poéticas y las combinaciones métricas, todo como si estuviera uno teniendo una plática con un amigo cercano, que te va exponiendo sencilla, pero puntualmente, los rudimentos de la poesía.
Este libro, como su autor lo explica, no es para especialistas, sino para que cualquier mexicano lo pueda leer, para que aquellos que quieran acercarse a la poesía tengan bases para entenderla y, así, conociendo sus elementos y su función, transmitirla, darles vida a los poemas a través de la declamación, que es el fin último, para que el pueblo la escuche también, pero ahora, a sabiendas de que fue escrita para él y por sus semejantes, pues es bien cierto que "la poesía es como el pan, de todos".
En Antorcha no tenemos duda de que el arte de la poesía ayuda a sensibilizar al hombre, lo que hace más humano y más solidario, lo ayuda a entender mejor el contexto en el que vive, le da otro horizonte, y es parte esencial en la construcción de una nueva sociedad, más humana y justa para todos. Por eso, queremos que el pueblo se apropie otra vez de la poesía y le de vida, porque, como dijo el poeta "mientras haya un misterio para el hombre, ¡habrá poesía!".
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